domingo, 12 de abril de 2009

Dengue en Hersilia

Hersilia: Dengue para todos

Hace veinte días que el hospital de Hersilia comenzó a atender los primeros casos sin sospechar del Dengue. ¿Cómo podría pasarnos a nosotros, que somos tan buenos y estamos tan lejos del norte pobre?

Cuando empezaron a llegar en masa al hospital fue el primer alerta. Se llamó a la provincia y días después llegaron aquí.

Mientras tanto, el partido gobernante a nivel local iba a la radio, atendía otras menudencias y hacía anuncios radiales de prevención, pero en concreto, nada.

La oposición, portadora de una desidia de igual calibre sólo atinó a hacer un comunicado levantando sospechas contra la comuna, por contaminación con un virus (rumor que ellos mismos instalaron) supuestamente, al regar las calles de tierra con agua de las cloacas (cosa increíble aunque posible, pero totalmente descartable en este caso)

Aunque el muerto tuvo olor a podrido por varios días los expertos necesitaron tiempo para tomar muestras y confirmar en el laboratorio que el difunto era difunto cuando todos lo sabían. Es decir, no podemos decir que es Dengue, nos dijeron, pero hagan todo como si lo fuera.

Siempre aconsejan proceder con calma, pero no se sabe si se le dice a la población o a los mosquitos.

El día que se confirmaría por laboratorio (la defunción del difunto) el Dengue, hablaron desde Santa Fe anunciando el: ¡alerta, Dengue! Pero por la noche dijeron que no lo era porque las pruebas de laboratorio decían lo contrario.

Otra hipótesis era que sea un entero virus, como si eso hiciera la diferencia. Todos pedimos el nombre y queremos saber cómo se llama el agresor. Importa el nombre del bicho, pero ¿no es hora de que sepamos ya que el agresor más grande entre los agresores no es un virus?

Mientras tanto, hasta este miércoles antes del jueves santo, por 20 días, atendieron a más de 350 personas afectadas (un 20 % de la población) los médicos y enfermeros de planta hospitalaria. Recién a último momento enviaron refuerzos de enfermeras. Entre tanto, los pocos médicos del pueblo, con el resto físico y emocional que les queda por tal desgaste, atendían a todos los damnificados en esta guerra.

Usted preguntará ¿los partidos políticos ahora, sí actuaron? No, nada, ni campaña casa por casa, la famosa descharratización, la más efectiva acción de prevención no se hizo.

El viernes santo pasaron con el humo. Llegar al humo es llegar tarde. Pero hoy, domingo de Pascua, cuando el laboratorio confirmó 12 casos, y con todo el gabinete provincial de salud en el pueblo, saldrán nuevamente a fumigar. Fumigar sobre lo fumigado. Pre-venir, es antes de que venga, no después.

La ministra de salud de la nación dijo que el dengue vino para quedarse, también en la provincia de Santa Fe. Podríamos agregar, estos partidos y estos dirigentes vinieron para quedarse. El dengue con los polidengues se llevan bien, son aliados. Unos dejaron entrar a los otros y ahora se hacen los desconocidos.

Salud por venir.
El dengue está dejando a gran parte de la población con defensas muy bajas. Viene el invierno y sus pestes. Lo que no se ha gastado en prevenir se cuatruplicará en gastos de atención posterior sin contar el trabajo perdido por los infectados, los costos de la provincia en reemplazos, por supuesto, más allá de lo que implica en la calidad de vida en general de cada persona y del pueblo. Esto es sólo para los que se interesan por los números.
Y hablando de números: esperemos que la provincia afronte todos los gastos del Hospital local y que no tengamos que salir a hacer rifas y sorteos para pagar los gastos de esta guerra.

Deuda histórica.
Qué pasará con las familias más humildes, ya que cuando les agarra dengue quedan casi sin defensas y sabido es que la forma de levantarlas es comiendo bien, en cantidad y calidad. ¿Habrá un bolsón extra plus o habrá trabajo de verdad, habrá una tarjeta extra de $50 para un par de fideos más o habrá políticas seria de redistribución de la riqueza, el trabajo, la tierra.

No tenemos agua potable y las cloacas no son para todos. Traen agua desde la provincia desde hace unos meses, pero ahora dijeron que traerán agua segura. Entonces ¿la otra no era segura?, ¿qué es seguro? En el pueblo hay una junta de seguridad por robos. Pero el robo de la salud no es está en los estatutos. ¿Qué es la seguridad?

En Argentina todo es a nivel de plagas, somos el país mais torpe du mundo:
Creemos que sabemos pero no entendemos nada…decimos de todo pero no hacemos nada…
Tuvimos, por dar algunos ejemplos, nada más:
La dictadura más terrible y sanguinaria, aquí…
La deuda pública más corrupta y grande, aquí…
Los políticos más ineficaces y vende soberanía, aquí…
El neoliberalismo con toda su crueldad, aquí…
Las privatizaciones y el desguace más feroz del estado, aquí…
La soja con todo su veneno, aquí…
Las inundaciones más desprolijas (por ejemplo la inundación Reutemann), aquí…
La tala más despiadada e irracional, aquí…
La más grande quita de tierras y la pérdida de tierras de productores pequeños, aquí
La minería con toda su contaminación de aguas, aquí…
El dengue más libre y rápido, aquí…

Uno está tentado de volver a decir…”que se vayan todos” junto con ellos el Dengue, porque, quién duda de que el Dengue y lo que nos pasa es, porque están ellos.

Que no se prenda ningún milico o pro milico de esto que decimos, porque son ellos los que lo empezaron…

A ver cuando aprendemos a organizarnos solos como sociedad civil sin que se metan los partidos, los burócratas sindicales, las distractoras religiones oficiales, las Ongs. parasitarias del dinero extranjero.
Acá, en Hersilia, tenemos Dengue, lo han querido ocultar y sólo lograron que se expanda. Pasa con él como pasa con todo lo que nos roban y nos dejamos robar.

Es nuestro deseo ferviente y nuestra búsqueda, que podamos, aprendiendo con humildad y vocación de justicia, pasar del puterio y la politiquería barata a ser actores de la transformación de la realidad.

Que no haya Dengue depende de las medidas que el Estado implemente para prevenir, pero si cada uno no combate al mosquito en su casa nada será posible. El Dengue está en las cabezas, en las ideas e infecta nuestra acción sobre la realidad.

Mientras tanto, a prepararse porque los cambios de la naturaleza por la acción de la técnica capitalista de explotación y producción, de exterminio y consumo de energía y vida, parece seguir por buen tiempo más, a menos que le digamos basta...nos organicemos y empecemos a inventar otra historia…

Hablando de prevención, una escuela estatal, en Hersilia, tuvo que salir a vender huevos de pascua para ver si pueden arreglar los baños…

Grupo Misionero Trashumante de Hersilia
Grupo de vecinos Dejate Sorprende Hersilia

Santa Fe

miércoles, 1 de abril de 2009

Del libro: Espejos. De Eduardo Galeano




Eduardo Galeano

Las clases sociales
En los primeros tiempos, tiempos de hambre, estaba la primera mujer escarbando la tierra cuando los rayos del sol la penetraron por atrás. Al rato nomás, nació una criatura.
Al dios Pachacamac no le cayó nada bien esa gentileza del sol y despedazó al recién nacido. Del muertito brotaron las primeras plantas. Los clientes se convirtieron en granos de maíz, los huesos fueron yucas, la carne se hizo papa, boniato, zapallo...
La furia del sol no se hizo esperar. Sus rayos fulminaron la costa de Perú y la dejaron seca para siempre jamás. Y la venganza culminó cuando el sol partió tres huevos sobre esos suelos.
Del huevo de oro salieron los señores.
Del huevo de plata, las señoras de los señores.
Y del huevo de cobre, los que trabajan.



Organización Internacional del Comercio
Había que elegir al dios del comercio. Desde el trono del Olimpo, Zeus estudió a su familia. No tuvo que pensarlo mucho. Tenía que ser Hermes.
Zeus le regaló sandalias con alitas de oro y le encargó la promoción del intercambio mercantil, la firma de tratados y la salvaguarda de la libertad de comercio. Hermes, que después, en Roma, se llamó Mercurio, fue elegido porque era el que mejor mentía.



División del trabajo
Dicen que fue el rey manu quien otorgó prestigio divino a las castas de la India.
De su boca brotaron los sacerdotes. De sus brazos, los reyes y los guerreros. De sus muslos, los comerciantes. De sus pies, los siervos y los artesanos.
Y a partir de entonces se construyó la pirámide social, que en la India tiene más de tres mil pisos.
Cada cual nace donde debe nacer, para hacer lo que debe hacer. En tu cuna está tu tumba, tu origen es tu destino: tu vida es la recompensa o el castigo que merecen tus vidas anteriores, y la herencia dicta tu lugar y tu función.
El rey Manu aconsejaba corregir la mala conducta: si una persona de casta inferior escucha los versos de los libros sagrados, se le echará plomo derretido en los oídos; y si los recita, se le cortará la lengua. Estas pedagogías ya no se aplican, pero todavía quien se sale de su sitio, en el amor, en el trabajo o en lo que sea, arriesga escarmientos públicos que podrían matarlo o dejarlo más muerto que vivo.
Los sincasta, uno de cada cinco hindúes, están por debajo de los de más abajo. Los llaman intocables, porque contaminan: malditos entre los malditos, no pueden hablar con los demás, ni caminar sus caminos, ni tocar sus vasos ni sus platos. La ley los protege, la realidad los expulsa. A ellos, cualquiera los humilla; a ellas, cualquiera las viola, que ahí sí que resultan tocables las intocables.
A finales del año 2004, cuando el tsunami embistió contra las costas de la India, los intocables se ocuparon de recoger la basura y los muertos.
Como siempre.



Fundación religiosa del racismo
Noé se emborrachó celebrando la llegada del arca al monte Ararat.
Despertó incompleto. Según una de las diversas versiones de la Biblia, su hijo Cam lo había castrado mientras dormía. Y esa versión dice que Dios maldijo a Cam y a sus hijos y a los hijos de sus hijos, condenándolos a la esclavitud por los siglos de los siglos.
Pero ninguna de las diversas versiones de la Biblia dijo que Cam fuera negro. África no vendía esclavos cuando la Biblia nació, y Cam oscureció su piel mucho tiempo después. Quizá su negritud empezó a aparecer allá por los siglos XI o XII, cuando los árabes iniciaron el tráfico de esclavos desde el sur del desierto, pero seguramente Cam pasó a ser del todo negro allá por siglos XVI o XVII, cuando la esclavitud se convirtió en el gran negocio europeo.
A partir de entonces se otorgó prestigio divino y vida eterna al tráfico negrero. La razón al servicio de la religión, la religión al servicio de la opresión: como los esclavos eran negros, Cam debía ser negro. Y sus hijos, también negros, nacían para ser esclavos, porque Dios no se equivoca.
Y Cam y sus hijos y los hijos de sus hijos tendrían pelo motudo, ojos rojos y labios hinchados, andarían desnudos luciendo sus penes escandalosos, serían aficionados al robo, odiarían a sus amos, jamás dirían la verdad y dedicarían a las cosas sucias su tiempo de dormir.
Fundación científica del racismo
Raza caucásica se llama, todavía, la minoría blanca que ocupa la cúspide de las jerarquías humanas.
Así fue bautizada en 1775 por Johann Friedrich Blumenbach.
Este zoólogo creía que el Cáucaso era la cuna de la humanidad y que de allí provenían la inteligencia y la belleza. El término se sigue usando, contra toda evidencia, en nuestros días.
Blumenbach había reunido 245 cráneos que fundamentaban el derecho de los europeos a humillar a los demás.
La humanidad formaba una pirámide de cinco pisos.
Arriba, los blancos.
La pureza original había sido arruinada, pisos abajo, por las razas de piel sucia: los nativos australianos, los indios americanos, los asiáticos amarillos. Y debajo de todos, deformes por fuera y por dentro, estaban los negros africanos.
La ciencia siempre ubicaba a los negros en el sótano.
En 1863, la Sociedad Antropológica de Londres llegó a la conclusión de que los negros eran intelectualmente inferiores a los blancos, y sólo los europeos tenían la capacidad de humanizarlos y civilizarlos. Europa consagró sus mejores energías a esta noble misión, pero no tuvo suerte. Casi un siglo y medio después, en el año 2007, el estadounidense James Watson, premio Nobel de Medicina, afirmó que está científicamente demostrado que los negros siguen siendo menos inteligentes que los blancos.



Inseguridad ciudadana
La democracia griega amaba la libertad, pero vivía de sus prisioneros. Los esclavos y las esclavas labraban tierras, abrían caminos, excavaban montañas en busca de plata y de piedras, alzaban casas, tejían ropas, cosían calzados, cocinaban, lavaban, barrían, forjaban lanzas y corazas, azadas y martillos, daban placer en las fiestas y en los burdeles y criaban a los hijos de sus amos.
Un esclavo era más barato que una mula. La esclavitud, tema despreciable, rara vez aparecía en la poesía, en el teatro o en las pinturas que decoraban las vasijas y los muros. Los filósofos la ignoraban, como no fuera para confirmar que ése era el destino natural de los seres inferiores, y para encender la alarma. Cuidado con ellos, advertía Platón. Los esclavos, decía, tienen una inevitable tendencia a odiar a sus amos y sólo una constante vigilancia podrá impedir que nos asesinen a todos.
Y Aristóteles sostenía que el entrenamiento militar de los ciudadanos era imprescindible, por la inseguridad reinante.



Las agencias de noticias
Napoleón fue definitivamente derrotado por los ingleses en la batalla de Waterloo, al sur de Bruselas.
El mariscal Arthur Wellesley, duque de Wellington, se adjudicó la victoria, pero el vencedor fue el banquero Nathan Rothschild, que no disparó ni un tiro y estaba muy lejos de allí.
Rothschild operó al mando de una minúscula tropa de palomas mensajeras. Las palomas, veloces y bien amaestradas, le llevaron la noticia a Londres. Él supo antes que nadie que Napoleón había sido derrotado, pero hizo correr la voz de que la victoria francesa había sido fulminante, y despistó al mercado desprendiéndose de todo lo que fuera británico, bonos, acciones, dinero. Y en un santiamén todos lo imitaron, porque él siempre sabía lo que hacía, y a precio de basura vendieron los valores de la nación que creían vencida. Y entonces Rothschild compró. Compró todo, a cambio de nada.
Así Inglaterra triunfó en el campo de batalla y fue derrotada en la Bolsa de Valores.
El banquero Rothschild multiplicó por veinte su fortuna y se convirtió en el hombre más rico del mundo.
Algunos años después, a mediados del siglo XIX, nacieron las primeras agencias internacionales de prensa: Havas, que ahora se llama France Presse, Reuters, Associated Press...
Todas usaban palomas mensajeras.



Los campos de concentración
Cuando Namibia conquistó la independencia, en 1990, se siguió llamando Göring la principal avenida de su capital. No por Hermann, el célebre jefe nazi, sino en homenaje a su papá, Heinrich Göring, que fue uno de los autores del primer genocidio del siglo XX.
Aquel Göring, representante del imperio alemán en ese país africano, había tenido la bondad de confirmar, en 1904, la orden de exterminio dictada por el general Lothar von Trotta.
Los hereros, negros pastores, se habían alzado en rebelión. El poder colonial los expulsó a todos y advirtió que mataría a los hereros que encontrara en Namibia, hombres, mujeres o niños, armados o desarmados.
De cada cuatro hereros murieron tres. Los abatieron los cañones o los soles del desierto adonde fueron arrojados.
Los sobrevivientes de la carnicería fueron a parar a los campos de concentración, que Göring programó. Entonces, el canciller Von Bülow tuvo el honor de pronunciar por primera vez la palabra konzentrationslager.
Los campos, inspirados en el antecedente británico de África del Sur, combinaban el encierro, el trabajo forzado y la experimentación científica. Los prisioneros, que extenuaban la vida en las minas de oro y diamantes, eran también cobayos humanos para la investigación de las razas inferiores. En esos laboratorios trabajaban Theodor Mollison y Eugen Fischer, que fueron maestros de Joseph Mengele.
Mengele pudo desarrollar sus enseñanzas a partir de 1933. Ese año, Göring hijo fundó los primeros campos de concentración en Alemania, siguiendo el modelo que su papá había ensayado en África.



Las desapariciones
Miles de muertos sin sepultura deambulan por la Pampa argentina. Son los desaparecidos de la última dictadura militar.
La dictadura del general Videla aplicó en escala jamás vista la desaparición como arma de guerra. La aplicó, pero no la inventó. Un siglo antes, el general Roca había utilizado contra los indios esta obra maestra de la crueldad, que obliga a cada muerto a morir varias veces y que condena a sus queridos a volverse locos persiguiendo su sombra fugitiva.
En Argentina, como en toda América, los indios fueron los primeros desaparecidos. Desaparecieron antes de aparecer. El general Roca llamó conquista del desierto a su invasión de las tierras indígenas. La Patagonia era un espacio vacío, un reino de la nada, habitado por nadie.
Y los indios siguieron desapareciendo después. Los que se sometieron y renunciaron a la tierra y a todo fueron llamados indios reducidos: reducidos hasta desaparecer. Y los que no se sometieron y fueron vencidos a balazos y sablazos, desaparecieron convertidos en números, muertos sin nombre, en los partes militares. Y sus hijos desaparecieron también: repartidos como botín de guerra, llamados con otros nombres, vaciados de memoria, esclavitos de los asesinos de sus padres.


La democracia
En 1889 murió la democracia en Brasil.
Esa mañana, los políticos monárquicos despertaron siendo republicanos.
Un par de años después se promulgó la Constitución que implantó el voto universal. Todos podían votar, menos los analfabetos y las mujeres.
Como casi todos los brasileños eran analfabetos o mujeres, casi nadie votó.
En esa primera elección democrática, 98 de cada 100 brasileños no acudieron al llamado de las urnas.
Un poderoso hacendado del café, Prudente de Morais, fue elegido presidente de la nación. Llegó de São Pablo a Río y nadie se enteró. Nadie fue a recibirlo, nadie lo reconoció.
Ahora goza de cierta fama, por ser calle de la elegante playa de Ipanema. -

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