miércoles, 9 de abril de 2014

Ucrania: 15 000 nazis con antorchas desfiron en enero de 2014 por las calles de Kiev

UCRANIA
Rebeliones antifascistas en diferentes
puntos de la geografía de Ucrania
BAJO LOS ACORDE DEL HIMNO DE LA EX UNIÓN SOVIETICA PROCLAMAN LA REPUBLICA POPULAR DE DONETSK,UCRANIA



En la ciudad de Donetsk miles de manifestantes contrarios al nuevo Gobierno de Kiev han proclamado la República Popular de Donetsk. En una reunión celebrada en la sede de la Administración regional de Donetsk la proclamación fue aprobada unánimemente.

"En nombre de la República Popular de Donetsk puede intervenir únicamente el Consejo Supremo de la República. Las cuestiones más importantes de interés público relacionadas con el desarrollo de la República y con sus relaciones con otros Estados serán discutidas en la consulta popular o referendo", reza la declaración del Consejo. Según los activistas, el referendo se celebrará antes del 11 de mayo. "La República Popular de Donetsk se crea dentro de los límites administrativos de la región de Donetsk. Esta decisión entrará en vigor inmediatamente después del referendo", reza la declaración de los activistas.

Asimismo, el Consejo Popular de Donetsk ha pedido al presidente de Rusia que, en caso de agresión de las autoridades de Kiev, Moscú despliegue en esta región ucraniana un contingente temporal de paz.

No obstante, el presidente de la Comisión de Defensa y Seguridad de la Cámara alta del parlamento ruso, Víktor Ozerov, puntualizó que las fuerzas rusas de paz podrían ser enviadas a territorio de otro Estado solo en el marco de las normas internacionales existentes.

"Rusia no tiene derecho a hacerlo de forma unilateral. De otra forma, si fuera aprobada una resolución correspondiente del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el envío de tropas de paz, entonces Rusia, como miembro permanente del Consejo de Seguridad y miembro de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, podría unirse a las fuerzas de paz para garantizar la seguridad en una u otra región", subrayó.

Los manifestantes decidieron crear un Consejo Popular después de que el Consejo Regional de Donetsk se negara a celebrar una sesión extraordinaria sobre la convocatoria de un referendo que defina el estatus administrativo de la región de Donetsk. En una concentración que agrupó a miles de manifestantes, estos proclamaron bajo los acordes de Internacional y del himno de la desaparecida Unión sovietica, la constitucion de la nueva Republica Popular de Donetsk

Al mismo tiempo, un grupo de desconocidos intentó asaltar la sede de la televisión regional. Según un empleado del canal estatal, un coche se acercó a la entrada del edificio después de que personas no identificadas abrieran fuego de ametralladora y se retiraran tras la llegada de las fuerzas de seguridad. Se informa que la mayoría de los empleados del centro de televisión han sido evacuados.

Por su parte, las autoridades de la ciudad de Donetsk han declarado que están dispuestas a resolver todos los conflictos dentro del marco jurídico, buscando una solución constructiva mediante el diálogo, y han llamado a los líderes de las protestas a no participar en acciones ilegales y a evitar provocaciones y el derramamiento de sangre.

Mientras tanto, las autoridades de EE.UU. han declarado que no reconocerán el referendo en Donetsk si éste no se corresponde con la constitución de Ucrania. "Cualquier referendo que no se celebre conforme a la Constitución y viole la legislación, será considerado ilegal y como parte del teatro político", manifestó el embajador de EE.UU. ante la OSCE, Daniel Baer, citado por la agencia Itar-Tass.

La proclamación de la República Popular de Donetsk se produjo tras las multitudinarias protestas contra las autoridades actuales de Kiev y en apoyo de la federalización de Ucrania. Las manifestaciones arrancaron este domingo pacíficamente, pero los manifestantes asaltaron un edificio de la administración regional y exigieron la celebración de un referendo.

El politólogo Carlos Martínez García opina en declaraciones a RT que las protestas en varias ciudades del sureste de Ucrania son una reacción a la política radical de Kiev, que trata de limitar los derechos de la minoría étnica rusa. "Esto puede conducir a una situación peligrosa", advierte el experto, que recuerda que la cultura rusa en Ucrania es tan antigua como la propia Ucrania.

"La extrema derecha gobernante que se ha impuesto en el Gobierno de Kiev está acabando con los derechos incluso lingüísticos de las poblaciones prorrusas. Esto es algo que en ningún país de la Unión Europea se hubiera tolerado", concluye.

Por otra parte, el pro occidental presidente de Chekia, Milos Zeman, declaró en el curso de la mañana de este lunes, que las tropas de la OTAN deberian intervenir si los rusos entraran en el este de Ucrania.
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Rusia advierte a Ucrania de que sus «preparativos militares» pueden desatar una guerra civil
Rusia ha instado a Ucrania a desistir de todo tipo de «preparativos militares» para poner fin a las protestas prorrusas en los territorios orientales ucranianos, ya que, a su juicio, pueden desatar una guerra civil.
Naiz.info|Moscú|2014/04/08

Activistas pro rusos en Donetsk. (Alexander KHUDOTEPLY/AFP)

El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso ha indicado que cuenta con información del envío a los territorios orientales de Ucrania de unidades de las tropas del Ministerio del Interior y la Guardia Nacional de Ucrania, de la que forman parte «guerrilleros de la formación armada ilegal Sector de Derechas».

«La misión que se les ha encomendado es aplastar las protestas de los habitantes del sureste del país (Ucrania) contra la política de las actuales autoridades de Kiev», se afirma en una declaración de la cancillería rusa publicada en su página web.

El Ministerio de Exteriores ha resaltado que «causa especial preocupación el hecho de que en esta operación participan cerca de 150 especialistas estadounidenses de la organización militar privada 'Greystone', que visten uniforme de la unidad (especial ucraniana) Sókol».

«Los participantes y organizadores de esta provocación asumen una enorme responsabilidad por crear amenazas a los derechos, las libertades y la vida de ciudadanos pacíficos de Ucrania y a la estabilidad de Estado ucraniano», añade la declaración.

El texto concluye con un llamamiento a «poner fin de inmediato a todo tipo de preparativos militares, que podrían conducir al estallido de una guerra civil».
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Los nuevos amos de Ucrania
Un tercio del nuevo gobierno ucraniano se compone de nazis, cuyas trayectorias ya presentamos a nuestros lectores. Los otros dos tercios son representantes de los grandes capitalistas de Ucrania. A pesar de las fuertes tensiones que existen en su seno, ese gobierno está aplicando a toda máquina una política claramente fascista cuyos principales aspectos nos describe aquí la publicaciónOriental Review.
Red Voltaire | Moscú (Rusia) | 3 de abril de 2014
El 1º de enero de 2014, 15 000 nazis con antorchas desfilan por las calles de Kiev en homenaje a Stepan Bandera.

El tono paternal y conciliador de los dirigentes occidentales hacia las nuevas autoridades de Ucrania se sitúa en los antípodas de los valores humanistas y democráticos que predican a los demás países del mundo. Una incómoda impresión de déjà vu se impone fatalmente al observador que analiza sin ideas preconcebidas la situación de este Estado, surgido como resultado de la disolución de la Unión Soviética, y la política que Occidente está imponiendo en la región. Desde ambos lados del Atlántico se lanzan declaraciones de respaldo al «gobierno legítimo de Ucrania» que ha quedado bajo el control de la pandilla de nacionalistas extremistas radicales que lo llevó al poder, a pesar de que sólo representa a una pequeñísima minoría de la población ucraniana.

Lo cierto es que lo que hoy sucede en Ucrania no es muy diferente de lo sucedido en la Alemania de los años 1930 con el ascenso de Hitler al poder. Son las mismas estratagemas políticas que en aquel entonces. Y se están imponiendo las mismas limitaciones.

El estudio minucioso de los acontecimientos actualmente en marcha y de las maniobras políticas que los acompañan permite arrojar una nueva luz sobre lo que ya sabíamos de los orígenes del nazismo en la Alemania del siglo XX.
Su ideología

Los grupos nazis ucranianos desempeñaron un importante papel en la organización del golpe de Estado perpetrado en Kiev en febrero de 2014.

El grupo que más se menciona es el que dirige Dimitri Yarosh: Pravy Sektor o «Sector Derecho». Yarosh está respaldado por los grupos paramilitares fascistoides que se autoproclamaron «fuerzas de autodefensa de Maidan». Estos individuos no se esconden para exhibir sus emblemas neonazis (la cruz celta y una versión camuflada de la cruz gamada [o «esvástica»]). Se presentan como continuadores de las formaciones de la Liga de los Nacionalistas Ucranianos de Stepan Bandera, del Ejército Insurgente Ucraniano y de la División Galizische [Galitzia] de las Waffen SS, a las que rinden culto públicamente.

El partido Svoboda [Libertad] es la vitrina política del movimiento neonazi ucraniano. Ha obtenido casi la mitad de las carteras distribuidas en Kiev por el «gobierno provisional». Su jefe, Oleg Tiagnibok, es uno de los miembros de la triada considerada como «el estado mayor de Euromaidan». En la última elección obtuvo más de 2 millones y medio de votos. Según los resultados obtenidos en la parte occidental de Ucrania ya dispone en esa región de una base electoral significativa. Según su programa, los partidarios de Tiagnibok tienen intenciones de agregar al pasaporte ucraniano una mención obligatoria sobre la procedencia «nacional» destinada a facilitar la identificación de los judíos y los moscovitas. También quieren extender a todos, exceptuando a los enfermos mentales, el derecho a la posesión de armas de fuego y agregar a la constitución ucraniana una cláusula en virtud de la cual el gobierno en ejercicio sería el continuador del Estado ucraniano creado el 30 de junio de 1941, cuya proclamación oficial precisaba:

«El nuevo poder ucraniano trabajará en estrecha colaboración con el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, que se esfuerza por instaurar un nuevo orden en Europa y ayuda a la nación ucraniana a deshacerse de los moscovitas que ocupan el país.»

Vale la pena destacar aquí otro aspecto del programa de Svoboda: su decisión de devolver a Ucrania el estatus de potencia nuclear y de dotarse de un «arsenal de misiles nucleares tácticos». ¿Se imaginan ustedes a Dimitri Yarosh como presidente de un Estado ucraniano independiente poseedor de armas atómicas?
Sus métodos de combate y táctica

Al igual que los nazis en la Alemania de los años 1920 y 1930, los neonazis ucranianos llegaron al poder como consecuencia de una ola de motines acompañados de asesinatos. Los amotinados denunciaron la respuesta de las autoridades –a pesar de que esta fue bastante tímida– como «una abolición de la libertad y una acción terrorista perpetrada por los judíos comunistas». Los intentos de resistencia de la sociedad civil ante el golpe de Estado fueron calificados de «intrigas urdidas por los agentes de Moscú».

Los directores del coro de la propaganda golpista, aprovechando la «libertad de expresión» de la que gozaban, trataron de conmover al mundo entero hablando del «aplastamiento de las manifestaciones pacíficas». Y cuando tales alaridos ya no tuvieron los efectos esperados, «misteriosos francotiradores» comenzaron a masacrar la población de los barrios de Kiev.

Fue exactamente de esa manera como Hitler y sus acólitos llegaron al poder en Alemania. Los que ayer blandían sus armas cuando tomaban por asalto los edificios administrativos, los que golpeaban a sus adversarios políticos, los que torturaban públicamente a los agentes oficiales de las fuerzas del orden del Estado y a los periodistas, hoy son elogiados y tratados como héroes. La junta de Kiev y los matones a su sueldo tratan de reprimir por la fuerza la resistencia popular que se organiza en el sudeste del país, como trataron de hacerlo en Donetsk, en el este, el 13 de marzo [de 2014].

Los imponentes cortejos de fascistas ucranianos desfilando con sus antorchas corresponden al breviario nazi, con sus eslóganes repetidos como mantras del tipo «Ucrania ante todo, por encima de todo el mundo», «Gloria a la nación. Muerte a sus enemigos», etc.

El estandarte rojo y negro de Stepan Bandera izado en Kiev, frente a la sede del parlamento (Rada), es una alusión no disimulada a la bandera roja y negra de la Alemania nazi. La exaltación mistificadora de la «revolución nacional» se remacha en las mentes de los ciudadanos ucranianos, aún hipnotizados por los acontecimientos registrados en la plaza Maidan. Esta payasada alcanzó su clímax en las primeras horas del 22 de febrero de 2014 con el desencadenamiento del golpe de Estado, incluso antes de que se secara la tinta de las firmas del acuerdo para la salida de crisis que los dirigentes de la oposición habían aceptado el día anterior. Aquel acuerdo, garantizado incluso por la Unión Europea y firmado por los ministros de Relaciones Exteriores de Alemania, Francia y Polonia, en realidad era una ambiciosa maniobra con doble objetivo, una medida dilatoria antes de desencadenar el golpe de Estado.
Su mitología

El culto a los «100 gloriosos» de la plaza Maidan es la copia al carbón del culto al «Partido de los Mártires» de la Alemania nazi, con la diferencia de que ni a Hitler y ni a sus compinches del fracasado putsch del 9 de noviembre de 1932 se les ocurrió la idea de pagar francotiradores para que asesinaran a sus propios seguidores.

A la sombra de las banderas que proclaman «¡No traicionen a los 100 Gloriosos!», un régimen de fanáticos nacionalistas está tomando el control absoluto de los medios informativos, organizando la represión contra sus adversarios políticos y desencadenando una sicosis nacionalista a través de Ucrania. Los propagandistas neonazis proclaman que todo cuestionamiento sobre los métodos utilizados para combatir a los adversarios políticos será considerado una traición al «Partido de los Mártires»

El sueño de edificar un Estado que permita la unificación de la nación alemana siempre fue el elemento fundamental de la mitología nazi. Para el nuevo régimen ucraniano, la erradicación del uso del idioma ruso en todos los aspectos de la vida cotidiana constituye una prioridad imperiosa. La voluntad infamante de integrar Ucrania a la Unión Europea es presentada como un deber sagrado en la mitología del nuevo régimen, como si Europa fuese la providencial tabla de salvación que permitirá salvar Ucrania de las «hordas asiáticas bárbaras» de Moscú. Cruel ironía, «Maidan» es un término de origen asiático, vestigio de la influencia de las hordas tártaras y mongolas sobre la cultura de la Rusia Menor.
Su iglesia

Las tesis nacionalistas extremistas que caracterizan las homilías del «Patriarcado de Kiev» y de la iglesia cismática greco-católica uniata sirvieron de base al catecismo de los militantes de Euromaidan y de los sublevados que asaltaron el poder en Kiev.

Pero la iglesia uniata tiene un infamante pasado de colaboración con las ligas nazis de Stepan Bandera. Las funciones ideológicas y religiosas que el nuevo régimen ha asignado al «Patriarcado de Kiev» son las mismas que confió el III Reich a la iglesia evangélica alemana de Ludwig Muller. Siguiendo las huellas de los nazis alemanes, que en su época se dieron a la tarea de crear una iglesia luterana nacional unificada para el imperio alemán, los nazis ucranianos de hoy defienden un programa que resalta la necesidad de establecer una iglesia nacional ucraniana, separada.
Las leyes que proclaman

El primer acto altamente simbólico del nuevo régimen ucraniano fue la abolición de la ley sobre las lenguas regionales, que garantizaba –a nivel local– una relativa protección de los derechos elementales de los ucranianos de origen ruso y de la población rusoparlante, mayoritarias en Ucrania.

Al individuo que hoy se hace llamar «el presidente de Ucrania», Alexander Turchinov, se le señaló firmemente que no debía firmar ese decreto. Al régimen le pareció por lo tanto que lo más oportuno era posponer su guerra lingüística contra los rusoparlantes.

Ahora es el neonazi rusófobo Volodimir Yavorivsky quien preside la comisión encargada de elaborar la nueva ley ucraniana sobre las lenguas, secundado por la demente Irina Farion, nueva titular del ministerio de Educación, quien hasta hace poco amenazaba con deportar al este a los niños que persistan en conservar su nombre de pila ruso.

Según un miembro de esa comisión, los autores de la nueva «ley» aspiraban a crear una «policía lingüística» nacional. Sólo a causa de las exhortaciones europeas se decidió eliminar temporalmente del texto de ley toda referencia a la lengua rusa [1].

Los primeros intentos de la pandilla que ocupa el poder en Kiev también incluyen el corte de las transmisiones de los canales de televisión rusos que operan en Ucrania y una política de tolerancia –que equivale a una aprobación– hacia la ola de destrucciones de monumentos que los fascistas ucranianos consideran como incómodos recordatorios de los destinos, inseparables en muchos aspectos, de Ucrania y Rusia.

El partido Svoboda, muy ampliamente representado en el «gobierno provisional», ya ha puesto de relieve que considera necesario prohibir el uso de la lengua rusa en los lugares públicos. Ese partido tiene intenciones de convertir la desrrusificación en uno de los objetivos prioritarios de la nación, en el mismo plano que la erradicación de las actividades criminales.

Lo anterior es sólo una rápida muestra de los primeros experimentos de los equipos con los que cuentan los antiguos sublevados para empezar a imponer su versión actualizada de las siniestras leyes de Núremberg.
El ejercicio del poder

Aún bajo la amenaza de las armas de las «fuerzas de autodefensa de Maidan», el Consejo Supremo de Ucrania [2], cuyo funcionamiento actual constituye en sí mismo una violación de la constitución ucraniana, acaba de adoptar una resolución sobre la creación de una «Guardia Nacional» de 60 000 combatientes. Esa fuerza de intervención tendrá como misión garantizar «el orden público» (como el Nuevo Orden que en su época establecían los nazis alemanes en los territorios ocupados) y poner fin a los «desórdenes» que violen lo establecido en el Estado de urgencia. También contribuirá a la defensa de las fronteras (las fronteras con Rusia, por supuesto) y participará en las operaciones militares en caso de guerra. Los «grupos de autodefensa de Maidan» y de Pravy Sektor serán la punta de lanza de esa fuerza.

Al igual que las secciones de asalto alemanas, estos batallones, en su mayoría originarios de Lviv (en la parte occidental de Ucrania) actuarán –como las Waffen SS– al mismo tiempo como unidades de combate y como fuerzas represivas. En su época, los nazis alemanes se deshicieron rápidamente de los generales de Wehrmacht que se atrevieron a oponerse a que se creara y se armara un «ejército del partido». Recurriendo a la misma estratagema, el «primer ministro» en funciones, Arseny Yatseniuk, no vaciló en destituir a 3 ministros delegados de la Defensa que se atrevieron a oponerse a su descabellado proyecto de armar a los militantes de Pravy Sektor.

En Ucrania, el ministerio del Interior, la Oficina Ucraniana de Seguridad y los servicios del fiscal general pasarán pronto al baúl de los recuerdos. Una única y simple misión les ha sido asignada: la identificación de escépticos y opositores para castigarlos.

A lo largo y ancho del país se incita a los ciudadanos –recurriendo a todos los medios publicitarios– a utilizar números telefónicos que les garantizan el anonimato para delatar a todo individuo sospechoso de ser favorable al separatismo. Los teléfonos están interceptados. Se espían los mensajes de correo electrónico. Las maniobras de intimidación y amenazas de procesos judiciales o de convocación a las oficinas de los servicios de seguridad son de público conocimiento. Agentes encubiertos fotografían abiertamente a toda persona vista en las cercanías de alguna reunión antifascista. Se ha creado una comisión de ajuste de los servicios estatales para organizar la expulsión de los «elementos no confiables».

La promulgación de una amnistía general que absuelve a los «héroes de Maidan» de todos los crímenes y delitos de los que estaban acusados –incluyendo los asesinatos– ha sido el preludio a la apertura de una cascada de investigaciones de naturaleza muy diferente. Se han pronunciado inculpaciones contra personas acusadas de ser separatistas, federalistas o de haber participado en la «toma» de los edificios administrativos en el sudeste del país, etc. Y puede verse la aparición fulgurante de un sistema generalizado de vigilancia y represión fuera de todo control. Ese sistema, que se dedica a reforzar todos los servicios represivos del Estado, no es otra cosa que la versión ucraniana contemporánea de la Gestapo alemana de otros tiempos.

La represión contra los opositores del régimen neonazi de Kiev alcanza proporciones tales que Ucrania pudiera verse rápidamente ante su propia noche de los cristales rotos, como la que orquestaron en toda Alemania las secciones de asalto en noviembre de 1938.

¿Puede mantenerse Rusia impasible ante la inminencia de ese peligro? Ya se cuentan por decenas las personas convocadas, interrogadas y enviadas a la tortura en las mazmorras de los servicios de seguridad ucranianos. Pronto serán cientos, y luego miles…

Pero los cómplices de los neonazis de Kiev en Washington y en Bruselas no parecen deplorar el resultado del plan que orquestaron para separar a Rusia de Ucrania. Se creen capaces de controlar la bestia neonazi que han alimentado y hecho crecer.

Fuente: Oriental Review

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