martes, 31 de marzo de 2009

Relato breve. Del libro: Aterrizar para volar

  • Los pibes de la murga.

    Los chicos bailan la tierra bajo sus pies y ella se marea de tantos sacudones. Un secarropa viejo y cortado cubierto de cintas, juega a ser tambor detrás de los golpes que riman al son de la vida que baila.
    Esto ocurre en Hersilia, en el noroeste de la provincia de Santa Fe. Un pueblo chico dividido por las vías del ferrocarril, los bolsillos y las conciencias. Los pibes de la murga son de la parte más sufridora del pueblo, donde las calles están hechas de la misma materia que el mundo, pura tierra.
    La murga bailandera de tambores y caderas va y viene. Dos cuadras para allá y pegar la vuelta. Las lentejuelas aparecen como llovidas pegándose de a poco en las mayas de las niñas y en los pantaloncitos de los niños. Todos llevan sus viejas ropitas para ver qué se puede inventar con ellas.
    Los jóvenes más grandes tienen algo de vergüenza, porque los verán los chicos de su misma edad, pero del centro, haciendo “pavadas”. Pero ellos lo harán igual, porque saben que no es ninguna pavada y que eso de bailar es algo serio. Tan serio como que serán ellos mismos los que le pondrán fiesta a su aburrido pueblo.
    La noche de los carnavales al fin los ve pasar. Las calles céntricas del pueblo por dos noches se llenarán de su baile y su música, de los colores de sus lentejuelas ocultando trapitos viejos y tristezas. Los niños bailan y nada importa ya, están de fiesta.
    Los aplausos se hacen sentir, la alegría es casi completa. Es el preciso momento, el de esas dos noches, donde los niños y jóvenes del barrio dan por tomadas las calles y las miradas, la atención y los aplausos de aquellos que durante todo un año volverán a ignorarlos. La calle es de ellos, la fiesta también. Son el signo persistente de que la invasión de alegría nunca parará, aunque sea por dos días. Presagio de otras invasiones, de otras muchas y nuevas alegrías que del barrio vendrán para que nunca termine el baile y los tambores anuncien cada nueva aparecida.

1 comentario:

  1. Hermoso relato y retrato, Fernando...
    Fernando te encontré por casualidad tratando de encontrar literatura sobre "Los transhumantes"... Soy docente y bibliotacaria en Florencio Varela, Buenos Aires y quisiera leer tu libro con los chicos de 5º de mi escuela en este año..Podrías explicarme como puedo comprarlo contarrembolso?
    Patry B laverdadnoescuestiondesuerte@hotmail.com

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