jueves, 4 de marzo de 2010

Chile: Terremoto y Militares en guerra contra el pueblo




Y duele hasta el alma constatar la magnitud de la catástrofe, la soledadde los desaparecidos, el llanto de los niños y la enorme y extensadevastación cuando algo de ello era evitable. Sin embargo, la soberbia dela elite dominante que se asume infalible sirvió para – con la ayuda delos medios de comunicación – cambiar violentamente la realidad y así lasvictimas pasaron a ser saqueadores y delincuentes. El discurso se propalósin piedad alguna y se le acompañó – ¡cómo no! – con 12 mil militares ytoque de queda. Y volvieron los tanques y las metralletas a mancillar elpaisaje sureño, como en tiempos de dictadura. Y volvieron también lasamenazas cuando lo principal pasó a ser la seguridad y el orden público.Por la razón o la fuerza se defenderá la propiedad privada, dicen,flanqueados por los comandantes en jefe de las fuerzas armadas, como siesto fuera guerra. En el intertanto la gente continúa aislada, sinalimentos, sin luz o agua, sin abrigo y sumidos en la más completaincertidumbre mientras las autoridades defienden a los ricos. Pareceincreíble, pero en lugar de distribuir alimentos, proporcionar frazadas ohabilitar albergues, el gobierno ha declarado la guerra a un puebloinerme. Nadie puede condonar o aceptar el saqueo de electrodomésticos oimplementaos suntuarios, pero la mayoría de la gente sólo necesita comer.Por lo demás, nada de ello hubiese ocurrido si las autoridades hubiesenreaccionado con celeridad y eficiencia en lugar de ocultar su estulticiacon la violencia del fusil. Aquí no se necesita represión, sino compasión;no se requieren balas, sino que comida. Y respuestas, no sólo de lasautoridades, sino que también de los empresarios que se han hechomillonarios en el Chile neoliberal y cuyos edificios, casas, puentes,carreteras y pasarelas se derrumbaron como castillos de arena, cercenandovidas y destruyendo sueños de miles de chilenos. No sólo en el sur, claro,sino que en Valparaíso, Quilpue, Santiago, y centenares de ciudades ypueblos donde el terremoto golpeó con inusitada furia, aunque no salga enlas noticias, porque la guerra unilateral del gobierno se está librando enConcepción, Constitución, Chiguayante. El resto de Chile debe esperar, sinagua o luz, en la calle, en los parques, en medio del temor de lascentenares de replicas que te hacen saltar el corazón de tanto en tanto.Nada importa a las autoridades, sólo la defensa incondicional de lapropiedad privada, por eso hoy nos movemos entre el dolor y la ira de unterremoto que vivirá para siempre en nuestra memoria. No lo olvidaremosjamás, como tampoco olvidaremos la singular guerra contra un pueblo quesólo quería comer el día después que la tierra y el mar nos estremecieronel alma sin aviso previo.

Tito TricotDirector Centro de Estudios de América Latina y el Caribe

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A 58 horas del terremoto de 8,8 grados de magnitud que estremeció la región centro-sur de Chile, el país del sur registró decenas de réplicas que mantienen en alerta a la población. El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) informó que hasta la fecha se han producido 121 sismos superiores a los 5,0 grados de magnitud.
La institución científica precisó que ocho de estos movimientos telúricos tuvieron magnitudes de 6,0 grados o superiores, tal como lo muestra el mapa que acompaña esta nota. La réplica más potente del terremoto registrada hasta ahora fue de 6,9 grados y ocurrió una hora y media después del violento sismo.
Un experto de la Departamento de Sismología de la Universidad de Chile afirmó hoy que las réplicas que suceden al terremoto de 8,8 grados podrían durar hasta el año 2011.


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