Las caras de la memoria

Recordar, volver a pasar por el corazón, por la piel, por las entrañas, por las ideas, en una fecha todas las fechas del horror y de los sueños perseguidos y aniquilados en la vida de los 30 000 y más.

Hacer memoria es construir pasado, reconstruirlo. Tomar los pedazos que a garrotazos de olvido han dispersado y como rearmando un rompecabezas volver a darle sentido, historia, consistencia.

Hacer memoria es poner nombres, decir las palabras y llenarlas de la vida de las que fueron despojadas. Decir 30000 no es cualquier número, es el número de la barbarie, del plan genocida necesario para que los poderosos puedan imponer el capitalismo y sus mecanismos de explotación, esquilmación y aniquilación de las mayorías pobres.

Hacer memoria es mirar donde piso, es hacerme presente, preguntarme por hoy desde ayer, por mañana desde ahora, simpre desde ese ahora cargado de memorias y sueños.

Hacer memoria es sembrar por venir, es tomar entre las manos las semillas de lo que queremos que venga, que sea. La semilla es la memoria del fruto, el fruto la memoria de la flor, la flor la memoria del árbol, el árbol la memoria de la tierra. Hacer memoria es ser parte de la tierra, hijo de ella.

Ser memoria es hacer la historia desde la pregunta a los amores amantes de la vida del pasado...

es creer en los sueños de justicias y dignidades colectivas, humanas, de la felicidad de todos y todas...

es dejar que el otro y la otra sea, vaya siendo y haciendose parte de esas memorias, las que parten y van hacia la vida, las que desprecian la muerte y a sus conductores, ejecutores, avaladores y cómplices...

es encontrarnos sin mayores pretenciones que la de querer un mundo otro donde el centro sea la posibilidad para el desarrollo pleno de la vida sin que nadie pase por encima de nadie en ninguna magnitud o escala, de ningún modo, con ningún artilujio, poder, herramienta, método, idea, negligencia, escusa o ignorancia.

Que no haya ni un ninguneado, violentado, encarcelado o desaparecido más en nuestra historia...

Por una democracia que sea cada vez más democrática, es decir, más de todos y todas en cada día, a cada paso y por cada peso, desde cada sueño y en todas las vigilias, empecinadamente buscando toda justicia y proponiendo por horizonte las razones y los amores de los que se nutre la verdad.