por Alfredo Grande (APe).-
Los males de la democracia no se curan con más democracia, sino con mejor democracia. Y una democracia mejor es lo opuesto a la denominada gobernabilidad, que es reinar con la apariencia de gobernar. Tampoco la versión clientelística permite superar el pasaje de la democracia a la “demos gracias”. La permanente alusión a las gracias otorgadas por las majestades de turno, sostiene un presidencialismo que es la continuación de la monarquía por otros medios. Por lo tanto el debate sobre lo destituyente, que además es un eufemismo encubridor para hablar de golpismo o de oposición legitimada como tal, podría dar paso para pensar por donde pasa lo instituyente en esta democracia institucionalizada y, en algunas áreas, instituida burocráticamente. Las rejas que protegen, aunque no se sepa de quien, al Congreso Nacional, con su sigla estampada a hierro, es más que una metáfora. Al igual que el Fuerte Casa Rosada, son analizadores del corte y quizá también de la fractura, entre el representado y el representante. Siempre me conmovió un párrafo del preámbulo de nuestra ley de leyes: “el pueblo no gobierna ni delibera sino a través de sus representantes”.Estamos en el horno. Parece un lejano e inesperado antecedente de la “Cobos way of life”: no votar por la positiva. Haber escrito en directo: “gobierna a través de sus representantes”, sin que garantizara que fuera cierto, al menos lo propiciaba. Pero parece que lo ficcional, el “como si”, la apariencia en lugar de la esencia, no es privativa de los tiempos posmodernos. Pero son justamente estos tiempos los que han enseñado que en el mundo de las apariencias, las apariencias no engañan. Enseñan. El territorio de lo mediático está disputado por más de un monopolio, sin dejar de señalar que las corporaciones de la subjetividad, incluyendo a la jerarquía de la Iglesia de Roma, formatean los discos duros y blandos de ciudadanas y ciudadanos hace siglos. Cerebros tan limados que pronto serán denominados “cascos grises”, por ser refractarios a todo forma del pensamiento crítico. Un silogismo berreta domina hoy la producción cultural del oficialismo: “los gorilas me critican; Ud, me critica; Ud. es gorila”. El significante goriladesbordó su territorio inicial, que hasta donde me acuerdo fue creado por el Delfor de La Revista Dislocada. Pienso que se ha metamorfoseado en un ariete descalificador, que ayuda mucho a la gobernabilidad, pero hace daño al acto de gobernar. La delgada línea roja entre “no ser” y “ser anti” es cruzada sin escrúpulo, y como toda cruzada, lo único que importa es arrebatar algún Santo Grial. Pero más allá de los debates de las formas, que algunos son de fondo, pienso que al Frente transversal para la Victoria, votando lo dejé y desapareció. Parece que no se perdió por tan poquito. Y un poder legislativo palaciego no es lo mismo, más bien es lo opuesto, a la movilización popular. La política proyectiva, se empeña en ver la viga en el ojo ajeno, pero ignora la viga en el propio. Por lo tanto, no me interesa seguir caracterizando la maldad de los enemigos, que la conocemos y padecimos y por otra parte, y por la misma parte, nunca votamos, sino me interesa caracterizar la maldad con los amigos. Es decir, con aliados que estuvieron, que ya no están, y que como las obscuras golondrinas, no volverán. No hay peor destituyente que el pago de la deuda, y mucho más si insistimos con honrarla. Porque aunque se la pague, no se la puede honrar. Esa deuda es sangre y hambre, y no se puede honrar pagando lo que se deshonró torturando y asesinando. Además ya se pagó, así que el honor sería seguir pagando y pagando, de honrados que somos. Discutir esto es salir de la transversalidad y entrar en la pura verticalidad. ¿Será el ADN militar del peronismo, como señaló la Presidenta? Si así fuera, sugiero urgente terapia genética. Otro ADN es posible. Y necesario. La lógica militar es la guerra, no la política. Por eso toda hipótesis de conflicto es necesaria, desde un terremoto hasta el consumo de drogas. Esa lógica militar debe ser deshonrada, porque fue esa lógica que sostuvo los mega endeudamientos. El estado de derecho también puede sostener y costear una lógica militar, como sostiene y costea el culto de los Von Wernich. Pero no exageremos, que cuando no hay arrepentidos, no hay perdón que valga. La única forma consistente, coherente y creíble para enfrentar a los demonios de la derecha, es con una lógica clasista. Las clases dominantes saben odiar, como bien señala Eduardo Aliverti en su trabajo ODIO. Pero es necesario señalar que las clases dominadas tienen anestesiado el odio al enemigo explotador, justamente por las lógicas aplacatorias y negadoras de la mediación y el “bien común”. Los explotadores tienen conciencia de clase; los explotados no. ¿Será la ausencia de un ADN socialista? Es posible, y en ese caso solo el trabajo sobre la conciencia y el inconciente individual y social podrá realizar la mutación necesaria. No hubo mayor fracaso de una propuesta transversal de liberación, que hacerla con un conservador mendocino. Quizá no era de liberación, sino, recordando el famoso fallido de Deolindo Bittel, otra de las máscaras de la dependencia. El pago sin reservas o el no pago de la deuda odiosa no solo es posible. Es necesario. Al menos si con toda sinceridad queremos ganar la batalla cultural, y el festejo del bicentenario es el festejo de una gesta anti imperialista, para que todos los imperios de ayer, hoy y mañana, “escupan su pestífera hiel”, como nuestro glorioso Himno Nacional , señala con profunda precisión. No hay mas que leer la letra originaria de la canción patria, para que no haya riesgo que el unicornio pueda perderse, y de azul, quede celeste desteñido.
Los males de la democracia no se curan con más democracia, sino con mejor democracia. Y una democracia mejor es lo opuesto a la denominada gobernabilidad, que es reinar con la apariencia de gobernar. Tampoco la versión clientelística permite superar el pasaje de la democracia a la “demos gracias”. La permanente alusión a las gracias otorgadas por las majestades de turno, sostiene un presidencialismo que es la continuación de la monarquía por otros medios. Por lo tanto el debate sobre lo destituyente, que además es un eufemismo encubridor para hablar de golpismo o de oposición legitimada como tal, podría dar paso para pensar por donde pasa lo instituyente en esta democracia institucionalizada y, en algunas áreas, instituida burocráticamente. Las rejas que protegen, aunque no se sepa de quien, al Congreso Nacional, con su sigla estampada a hierro, es más que una metáfora. Al igual que el Fuerte Casa Rosada, son analizadores del corte y quizá también de la fractura, entre el representado y el representante. Siempre me conmovió un párrafo del preámbulo de nuestra ley de leyes: “el pueblo no gobierna ni delibera sino a través de sus representantes”.Estamos en el horno. Parece un lejano e inesperado antecedente de la “Cobos way of life”: no votar por la positiva. Haber escrito en directo: “gobierna a través de sus representantes”, sin que garantizara que fuera cierto, al menos lo propiciaba. Pero parece que lo ficcional, el “como si”, la apariencia en lugar de la esencia, no es privativa de los tiempos posmodernos. Pero son justamente estos tiempos los que han enseñado que en el mundo de las apariencias, las apariencias no engañan. Enseñan. El territorio de lo mediático está disputado por más de un monopolio, sin dejar de señalar que las corporaciones de la subjetividad, incluyendo a la jerarquía de la Iglesia de Roma, formatean los discos duros y blandos de ciudadanas y ciudadanos hace siglos. Cerebros tan limados que pronto serán denominados “cascos grises”, por ser refractarios a todo forma del pensamiento crítico. Un silogismo berreta domina hoy la producción cultural del oficialismo: “los gorilas me critican; Ud, me critica; Ud. es gorila”. El significante goriladesbordó su territorio inicial, que hasta donde me acuerdo fue creado por el Delfor de La Revista Dislocada. Pienso que se ha metamorfoseado en un ariete descalificador, que ayuda mucho a la gobernabilidad, pero hace daño al acto de gobernar. La delgada línea roja entre “no ser” y “ser anti” es cruzada sin escrúpulo, y como toda cruzada, lo único que importa es arrebatar algún Santo Grial. Pero más allá de los debates de las formas, que algunos son de fondo, pienso que al Frente transversal para la Victoria, votando lo dejé y desapareció. Parece que no se perdió por tan poquito. Y un poder legislativo palaciego no es lo mismo, más bien es lo opuesto, a la movilización popular. La política proyectiva, se empeña en ver la viga en el ojo ajeno, pero ignora la viga en el propio. Por lo tanto, no me interesa seguir caracterizando la maldad de los enemigos, que la conocemos y padecimos y por otra parte, y por la misma parte, nunca votamos, sino me interesa caracterizar la maldad con los amigos. Es decir, con aliados que estuvieron, que ya no están, y que como las obscuras golondrinas, no volverán. No hay peor destituyente que el pago de la deuda, y mucho más si insistimos con honrarla. Porque aunque se la pague, no se la puede honrar. Esa deuda es sangre y hambre, y no se puede honrar pagando lo que se deshonró torturando y asesinando. Además ya se pagó, así que el honor sería seguir pagando y pagando, de honrados que somos. Discutir esto es salir de la transversalidad y entrar en la pura verticalidad. ¿Será el ADN militar del peronismo, como señaló la Presidenta? Si así fuera, sugiero urgente terapia genética. Otro ADN es posible. Y necesario. La lógica militar es la guerra, no la política. Por eso toda hipótesis de conflicto es necesaria, desde un terremoto hasta el consumo de drogas. Esa lógica militar debe ser deshonrada, porque fue esa lógica que sostuvo los mega endeudamientos. El estado de derecho también puede sostener y costear una lógica militar, como sostiene y costea el culto de los Von Wernich. Pero no exageremos, que cuando no hay arrepentidos, no hay perdón que valga. La única forma consistente, coherente y creíble para enfrentar a los demonios de la derecha, es con una lógica clasista. Las clases dominantes saben odiar, como bien señala Eduardo Aliverti en su trabajo ODIO. Pero es necesario señalar que las clases dominadas tienen anestesiado el odio al enemigo explotador, justamente por las lógicas aplacatorias y negadoras de la mediación y el “bien común”. Los explotadores tienen conciencia de clase; los explotados no. ¿Será la ausencia de un ADN socialista? Es posible, y en ese caso solo el trabajo sobre la conciencia y el inconciente individual y social podrá realizar la mutación necesaria. No hubo mayor fracaso de una propuesta transversal de liberación, que hacerla con un conservador mendocino. Quizá no era de liberación, sino, recordando el famoso fallido de Deolindo Bittel, otra de las máscaras de la dependencia. El pago sin reservas o el no pago de la deuda odiosa no solo es posible. Es necesario. Al menos si con toda sinceridad queremos ganar la batalla cultural, y el festejo del bicentenario es el festejo de una gesta anti imperialista, para que todos los imperios de ayer, hoy y mañana, “escupan su pestífera hiel”, como nuestro glorioso Himno Nacional , señala con profunda precisión. No hay mas que leer la letra originaria de la canción patria, para que no haya riesgo que el unicornio pueda perderse, y de azul, quede celeste desteñido.
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