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El primo estaba en problemas, graves y trascendentes problemas. Por momentos pensaba que exageraba, que se había construido un personaje para darse algún valor, quizá el que no hallaba como periodista. Pero me asustó y le creí a fuerza de no poder preguntar cuando vi la foto, aun la guardaba, de aquel bebe dueño de una habitación prohibida. Debo confesarlo, vi la foto en su mano y cuando me la puso frente a la cara miré para otro lado, por si acaso la superstición era correcta. No quería cargar con aquel rostro en mi conciencia y menos aun exponerme a su mala suerte. Yo no estudié, pero tengo bien clarito que lo que uno ve por los ojos después, quieras o no, aparece en tus sueños y de ahí nadie se puede ir...
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