miércoles, 30 de marzo de 2011

Derechos Humanos en la cárcel y en la calle

ONTINUAN LAS AUDIENCIAS MIERCOLES 6 Y JUEVES 7 DE ABRIL.
 
Inició el Juicio al Sargento José Riquelme

Riquelme junto a su abogada
Comenzó ayer el juicio al Sargento Primero José Abel Riquelme acusado de “vejaciones en concurso ideal con lesiones graves”. El mismo se lleva a cabo en la Cámara Criminal II de Neuquén -Hipólito Irigoyen 179- y los jueces que la integran son Héctor De Dominicci, Víctor Andrada, Daniel Varesio y la fiscal Dolores Finoccieto. Por su parte, los abogados Federico Egea y Santiago Navaes, se presentaron como querellantes junto a Luís Acuña. Se hicieron presentes también en la sala, integrantes de organismos sociales, políticos y de Derechos Humanos como Zainuco, APDH, Sindicato Ceramista y obreros/as de Zanón y la CTA y familiares de Luís. Continuará los días 6 y 7 de este mes.
 
El hecho en cuestión se remonta a la madrugada del 8 de septiembre de 2006, cuando un móvil de la Policía Provincial que conducía el cabo Ariel Bustamante en compañía de Riquelme, interceptó a Luís y Julio Acuña - quienes se encontraban comprando en un mercado del barrio Sapere -, Riquelme se bajó y les disparó con una escopeta antitumulto, causándoles lesiones y la inmediata la pérdida del ojo izquierdo a Luís.
 
En el inicio del juicio, Estefanía Saulí, abogada de Riquelme, solicitó que se citen a los testigos ofrecidos por la defensa que ya habían sido desistidos por la Cámara, para el último día del juicio. En cuanto a estos testigos, Egea refutó el pedido explicando que “poco o nada pueden aportar en relación a la causa, ya que la defensa no fijó una relación concreta de los testigos – efectivos policiales- porque eran personas que nos estaban en el hecho”. Agregó también que las causas penales de este tipo cuentan con una participación activa de las fuerzas policiales, que se empeñan en obstaculizar el proceso de tal forma que el imputado resulte encubierto. Finalmente, la Cámara rechazó el planteo de la defensa y los testigos ofrecidos por resultar redundantes. El acusado se negó a declarar.
 
Luís Acuña es albañil y tenía 27 años cuando le dispararon. Al entrar al recinto identificó, como ya lo había hecho en una rueda de reconocimiento, a Riquelme como su agresor. En su declaración, detalló que lo sucedido esa noche. “Invité a mi hermano a comer unas pizzas, a ver un partido Boca – San Pablo con su familia. Nosotros íbamos a comprar una gaseosa para los chicos en una despensita de las calles Pitrol y Picunches (…) vimos un móvil que se nos venía encima y mi hermano se tiró a la vereda. Se bajó alguien del lado del acompañante y, sin mediar palabra, me dispararon”. Como consecuencia le efectuaron ocho puntos en el mentón y el gran corte en la mano izquierda con la que se cubrió de los escopetazos.
 
De esta forma, el querellante, ante una sala atónita y con suma calma continuó relatando: “Mi hermano quería ayudar a levantarme pero quedé en el piso. Vi las luces, reflejos, escuché detonaciones. Mi hermano corrió y quedé tirado. Estaba medio mareado y me levanté, caminé por Islas Malvinas, seguí avanzando y escuché vecinos que me hablaban pero no entendía lo que decían. Llegué a Carmen de Patagones y veo a mi hermano en el piso que le estaban pegando entre cinco policías. Les digo que lo dejen y siento un golpe y caigo. Escuché a mi hermana y los chicos que decían que lo dejen.”
 
Por último, ante la pregunta del Juez Andrada acerca de qué consecuencias le trajo el hecho de perder el ojo izquierdo, Luís respondió: “Es muy traumático perderlo de esta forma. Por ahí si fuera trabajando sería distinto, yo soy albañil y siempre hay accidentes por los materiales con los que trabajamos. Pero perderlo así…” ---------------

“Le seguían pegando…”

Entre los testigos que se presentaron el primer día del juicio, se encontraba el médico forense, José Flores, quién constató las heridas que habrían sufrido los hermanos esa noche.
 
Por su parte, Laura Acuña, hermana de Luís y Julio, quien residía a pocos metros del hecho, relató su versión de lo acontecido esa noche: “Estaba durmiendo y, cuando escuché el disparo, salí y vi a mi hermano tirado en el piso. Luís sangraba del mentón, la mano y el ojo. Tratamos de levantarlo con mi otro hermano y vinieron más policías. Me pegaron a mí que estaba embarazada y a mi mamá. Me entraron a pegar rodillazos en la panza. Cuando los vi eran muchos los que le seguían pegando a Luís, cinco o seis, más los que le pegaban a mi otro hermano. Cuando vino la ambulancia, no la dejaron cruzar, la policía nos tiraba piedras a nosotros. El camillero vino solo caminando y como vio que mi hermano no se podía levantar, recién ahí cruzó la ambulancia.”

La hipótesis del rebote

A continuación, declaró el Sub - comisario Cristian Cafaro, perito balístico, constató que las pruebas realizadas a las vainas encontradas por los testigos en el lugar del hecho, correspondían con la escopeta antitumulto 12/70 que utilizara Riquelme.
 
Mientras que José Roteta, Comisario Mayor retirado, Instructor de tiro, se presentó como testigo de la defensa y explicó que la utilización de escopetas antitumulto, “con el fin de disuadir o para enfrentamiento armado”, está permitido en las fuerzas policiales en las modalidades de tiro “con rebote o al aire”. Desde la defensa, se barajó la hipótesis del rebote, es decir, la posibilidad de que el disparo se haya realizado hacia el suelo y, como consecuencia, los perdigones se hayan dirigido hacia Luís. Con este argumento la defensa pretende demostrar que Riquelme cumplió su función, contrariamente a lo declarado por Luís quien afirma que le dispararon directamente al rostro.
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POR TORTURAS EN CÁRCEL DE DEVOTOhttp://www.agenciawalsh.org

Miércoles, 30 de Marzo de 2011
Torturadores al banquillo
(AW)Al cierre de esta edición, se desarrollaba el juicio oral por hechos de tortura perpetrados en el Complejo Penitenciario Federal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (ex Unidad 2 de Devoto). La Audiencia tiene lugar en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 4 (Talcahuano 550 6to piso Oficina 6115 y continuará el 4 próximo 4 de abril). Los represores Maximiliano Carlos Barresi y Néstor Iñiguez en el banquillo.
En dicho debate se procesa a los agentes del Servicio Penitenciario Federal Maximiliano Carlos Barresi y Néstor Iñiguez por los hechos de la madrugada del 3 de julio de 2007, día en el que un grupo de detenidos ingresó a la unidad mencionada. En la ocasión, fueron sometidos a una "Bienvenida", práctica habitual por parte de los penitenciarios al momento en que una persona privada de la libertad ingresa a una cárcel.
La referida práctica consiste en una serie de golpes, patadas y diversos tratos humillantes, que configuran el delito de tortura. Las secuelas físicas de las víctimas de este caso fueron comprobadas mediante informes médicos, fotografías y otras constancias que constan en la causa. También se recogieron testimonios concordantes que resaltan el carácter habitual y sistemático del castigo asestado por el grupo de agentes que llevó a cabo el procedimiento de requisa a los recién llegados:

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Comunicado de Prensa - zainuco.blogspot.com
Comunicamos a Ud. que se realizará el juicio por la causa “Riquelme José Abel s/ vejaciones en concurso ideal con lesiones graves” los días 4, 6 y 7 de abril desde las 9 hs., en la Cámara Criminal Segunda ubicada en Hipólito Irigoyen 179 de Neuquén. La cámara estará compuesta por los jueces Héctor De Dominicci, Emilio Castro, Daniel Varesio y la fiscal Dolores Finoccieto. Por su parte, Zainuco acompaña como querellante a LUIS ACUÑA con el patrocinio de nuestros abogados  Federico Egea y Santiago Nabaes.
Recordamos,  el hecho por el que se lleva a cabo el juicio, sucedió en la madrugada del 8 de septiembre de 2006 cuando los hermanos  LUIS ELIAS ACUÑA y JULIO CESAR ACUÑA, fueron interceptados sin razón y baleados por efectivos policiales en el barrio Sapere de Neuquén. Como consecuencia del accionar represivo, Luis Acuña perdió el ojo izquierdo, además de sufrir, ambos, graves lesiones en todo el cuerpo por los impactos de una escopeta antitumulto.
El principal policía imputado en este juicio es el SGTO.JOSÉ ABEL RIQUELME, quien en ese momento se encontraba junto al cabo Ariel Bustamante, ambos pertenecientes a la Policía Provincial.

Adjuntamos en este correo más información sobre el hecho que ha sido publicada en los diarios de la región. También estarán disponibles para su consulta las crónicas diarias del juicio en nuestro blog: www.zainuco.wordpress.com
Desde ya muchas gracias por la difusión.
Zainuco
Derechos Humanos en la cárcel y en la calle
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Sábado 09 de Septiembre de 2006 - DIARIO RIO NEGRO

Perdió un ojo en una batalla campal con policías

Fue ayer a la madrugada en un barrio neuquino. Dicen que los uniformados "los fusilaron".


Julio Acuña también fue víctima de los perdigones policiales. Lo balearon en el rostro, en el pecho, y en un brazo cuando se cubrió.
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NEUQUEN (AN).- Un balazo de goma policial le voló el ojo izquierdo a un albañil del barrio Sapere durante un prolongado enfrentamiento entre vecinos y uniformados. El proyectil ingresó por el párpado y literalmente hizo girar el lóbulo para quedar alojado allí. Además de ese disparo, a muy corta distancia, Luis Acuña -de 27 años- recibió un impacto en el mentón por lo que recibió ocho puntos de sutura y otro en una de sus manos, cuando se cubrió.
"Ibamos con mi hermano caminando sin hacer nada y llevábamos una cerveza para ir a su casa donde habíamos visto el partido. Apareció la Policía, nos atravesó la camioneta y nos empezó a disparar cuando estábamos en el piso. No nos pidieron documento ni nada", afirmó Julio Acuña, de 25 años, hermano de Luis y también víctima de los disparos. Recibió dos en la frente, uno en el pecho y otro en el brazo.
"Nos fusilaron, nos querían matar", le dijo Julio Acuña a "Río Negro", anoche en el cuarto piso del hospital Castro Rendón.
El hecho se produjo alrededor de la una y se extendió durante casi dos horas, pues la acción policial motivó una verdadera batalla campal donde vecinos y familiares de Acuña salieron a la calle para enfrentar a los policías. En la refriega resultaron lesionados tres policías y varios jóvenes, entre los cuales hubo una hermana de Luis y Julio.
Según la Policía, todo se inició a partir del enfrentamiento entre dos grupos antagónicos de Sapere, y fue ese hecho el que motivó el accionar de una patrulla de la comisaría Primera. Para los familiares y vecinos consultados por este diario, los uniformados agredieron a los jóvenes quienes volvían al barrio luego de comprar una cerveza.
Los testimonios coinciden en que la esquina de Carmen de Patagones e Islas Malvinas se transformó en un infierno ayer a la madrugada. Allí volaron piedras y ladrillos contra los balazos de goma de la Policía.
"Mire, acá a la autoridad se le fue la mano. Yo ví que los tenían tirados en la calle a estos muchachos y les pegaban y les pegaban; después salieron otras personas pero yo creo que no se puede pegar así", afirmó Edgardo Zuñiga, un hombre que vive en los departamentos ubicados frente al lugar donde se produjeron los hechos.
Por el enfrentamiento, el tránsito estuvo cortado durante algo más de una hora, pues por ese lugar entran y salen vehículos que van o vienen de Cipolletti.
El subjefe de la Policía de Neuquén, Moisés Soto, defendió el accionar policial que, explicó, respondió al llamado de un vecino que alertó sobre disturbios en la zona. Soto dijo que al llegar la Policía fueron recibidos a piedrazos y que en ese escenario fue que se produjo la represión.
"Vamos a seguir velando por la seguridad de la gente que quiere vivir bien, estas cosas ya son conocidas por nosotros", afirmó el jefe policial en declaraciones radiales. Soto dijo que los grupos antagónicos se unieron contra la Policía mientras que una alta fuente de la comisaría Primera sostuvo que "un grupo se fue y el otro se enfrentó" con los uniformados.
"Llegaron acá a los tiros; a mi hermano que perdió el ojo lo tuvieron tirado en el piso sin dejar entrar a la ambulancia. Y a mi otra hermana que está embarazada le pegar y la dejaron tirada en el piso. Gritaban que ellos son la ley y que todos somos delincuentes", afirmó Laura Saavedra, hermana de Luis y Julio Acuña.
El que estaba tirado era Julio, quien perdió el ojo.
Laura Saavedra aseguró que además de las patrullas de calles, había camionetas y una trafic "de la que salían más y más policías, pero no dejaban entrar a la ambulancia".
Ayer por la tarde, Julio Acuña fue operado en el hospital Castro Rendón -donde anoche seguía internado- y se confirmó la pérdida del ojo luego de que le sacaran el proyectil.
Acuña es albañil, está casado y tiene una hija de siete meses: "tiraron contra todos, había mujeres y chicos en la calle, no les importó nada. Mi marido vio el partido con su hermano y salió a comprar la cerveza, nada más que eso".

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Domingo 10 de Septiembre de 2006

Excesos policiales: "No hubo enfrentamiento ni resistencia"

"Bajaron, nos pegaron y nos balearon", le aseguró a "Río Negro" el joven albañil que perdió un ojo en Neuquén.


Vilma Castro no puede entender la reacción policial. A la izquierda, Luis Acuña (foto sacada con un celular).
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NEUQUEN (AN).- El albañil Luis Acuña está postrado en una cama del cuarto piso del hospital Castro Rendón, casi no puede moverse y apenas le salen las palabras. Tiene un vendaje en el mentón y otro que le cubre parte de la cara. Otra venda envuelve la mano con la que, tirado en el piso, se cubrió ante los escopetazos que escupían balas de goma. Por la hinchazón su cara brilla, su imagen asusta.
"No hubo enfrentamiento ni golpes, bajaron, nos pegaron y nos dispararon", confirmó ayer el albañil en un breve contacto con "Río Negro".
Su esposa Vilma Castro, quien permitió el ingreso de una periodista de este diario, no sabe qué hacer: Este era un buen año, su esposo estaba trabajando bien y se ilusionaba con mejorar aún más pues el año pasado terminó el secundario. El viernes por la mañana, dejó por unas horas a su esposo -quien aún tenía la bala de goma incrustada sobre el lóbulo vacío- y cuando llegó lo encontró esposado a la cama. "Somos gente de trabajo, mire lo que nos hicieron", afirmó Castro, madre de una pequeña de siete meses.
"Me dijo que estaba tirado en el piso y sangrando y aún así le seguían pegando patadas y patadas", señaló entre las lágrimas.
Luis Acuña tiene ocho puntos en el mentón y un gran corte en la mano izquierda con la que se cubrió de los escopetazos.
El hecho se produjo poco después de la medianoche en el barrio Sapere y además de Luis Acuña también fue herido su hermano Julio y también tres policías que recibieron piedrazos y ladrillazos de parte de los familiares y vecinos quienes reaccionaron luego del primer incidente.
Mientras el subjefe de Policía Moisés Soto dice que fueron dos patotas que se unieron para atacar a la policía, el jefe de la comisaría Primera, Diógenes Martín, dijo que tras la pelea de dos grupos antagónicos hubo uno que arremetió contra los uniformados.
Acuña se sumó así a la triste estadística de las personas que perdieron ojos como consecuencias de los balazos de goma. Antes estuvieron Pedro Alveal, fusilado por motoqueros policiales, y Víctor Guíñez un chico de Confluencia que soñaba con ser policía. En otro hecho, el periodista Bernardo Guerra se salvó de milagro luego de que un uniformado le apuntara a los ojos: la bala le dio en el pómulo.
Luis Acuña dijo que no hubo enfrentamiento, ni resistencia, sólo golpes y balazos policiales. Además señaló que fueron cerca de cinco los móviles que participaron del hecho, en la esquina de Islas Malvinas y Carmen de Patagones.
El joven asegura que el viernes a la una de la mañana venía caminando por Islas Malvinas con su hermano Julio cuando de pronto vio que se aproximaba un móvil policial a alta velocidad.
"El cruzó la calle y vio que el móvil encerró a su hermano, se bajaron varios policías y le empezaron a pegar. Entonces Luis cruzó la calle de nuevo y les preguntó qué pasaba, pero sin decirle nada le empezaron a pegar, lo tiraron al piso, lo patearon y le dispararon con escopeta varias veces y a la cara", relató Vilma.
"Les pegaron porque iban vestidos con ropa oscura", aseguró la joven mujer.
La principal preocupación de Vilma es cómo su familia saldrá adelante ya que desde hace un mes el sueldo de Luis era el único que ingresaba a la modesta casa del barrio Sapere.


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