Reconversión productiva y lucha campesina en el norte de Santa Fe
Por Eliana Ibarra - Friday, Feb. 22, 2013 at 11:04 PMDesde el norte de Santa Fe, familias campesinas resisten a los avances de distintos modelos productivos, que –lejos de generar mano de obra e inclusión- amenazan su forma de vida, su cultura y sus territorios. Mientras aguardan por incentivos para sus emprendimientos familiares, en Villa Ocampo, zona del cultivo del algodón y la caña de azúcar, se pretende enviar millones de pesos para el futuro riego artificial y la producción de biodiesel.
La región chaqueña, no sólo alberga en su interior, una diversidad de bosques, llanuras, ríos y arroyos, sino también una historia de lucha de las organizaciones campesinas e indígenas que la defienden.
En los últimos días, la organización Obreros del Surco, una de las organizaciones de base que forma parte de la UONSAFE (Unión de Organizaciones del Norte de Santa Fe) salió a la calle a manifestarse por las trabas burocráticas que hay en torno a un desembolso de dinero que había comprometido el gobierno provincial, a instancias de fin del año 2012.
Este dinero permitiría entre otras cosas, que las familias puedan llevar a cabo distintos emprendimientos productivos, tales como el cerramiento de gallineros, chacras, compra de mangueras, cambio del motor bombeador de agua, mejoras de las canoas utilizadas para la pesca, compra de animales de granja, bebederos, comederos, entre otras herramientas que hacen a la actividad de producción y sustento de estas familias.
Emprendimientos familiares en el oeste santafesino
En el año 2009, la UONSAFE, había presentado ante el Ministerio de la Producción, por entonces a cargo de Juan José Bertero, el documento base denominado PLAN PRODUCTIVO, que es donde cada una de las organizaciones campesinas y de pequeños productores que la integran, han puesto las prioridades y necesidades que deben atenderse para garantizar la continuidad de las familias en el campo.
Reiteró la presentación a principios de 2012, en la nueva gestión socialista con Antonio Bonfatti. E hizo lo propio con el actual ministro de la producción, Edgardo Fascendini.
En cuanto al principal punto de reclamo, José Luis Castillo, dirigente de Obreros del Surco, dijo que “El número uno, es el desembolso de los recursos del plan productivo que viene de la anterior gestión del gobernador Binner. Es un plan que hemos elaborado entre 5 organizaciones, una ONG y el Gobierno. En el quinto año de tramitaciones y gestión, hemos recibido de la anterior gestión unas migajas. Y en esta todavia nada. Hemos gastado de nuestros propios bolsillos y de otros fondos para poder seguir gestionando este plan”.
Desde entonces, están en diálogo con los distintos funcionarios para lograr que alguna gota, de la tan mentada riqueza productiva santafesina, salpique por estos lugares. La culpa de todo, lo tiene la burocracia, los tiempos administrativos, la ausencia de Estado, y el problema de haber nacido en el norte empobrecido.
UONSAFE en gestiones con el gobierno provincial
Modelo Santafesino
Uno de los proyectos más importantes que tiene la provincia de Santa Fe, y ya aprobados por la Nación, es el de “Reconversión de la Cuenca Cañera Santafesina”. Apunta a convertir la cuenca cañera santafesina, que se extiende desde Florencia a Guadalupe Norte, en un polo de producción de azúcar y alcohol para biocombustibles y alimentos balanceados.
Para estabilizar la producción e incrementar la superficie de ambos cultivos, se analiza hacer una toma de agua en el río Paraná para instalar un sistema de riego. En total, se pretende abarcar 10.000 hectáreas con riego para producción cañera.
En palabras de mandatarios de gobierno y funcionarios, el riego beneficiará a 700 productores, generará empleo para 1.400 personas y se invertirán más de 60 millones de dólares, otorgados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y bajo endeudamiento público.
La otra lectura que se hace del mismo proyecto, es mucho menos bondadosa con el desarrollo. En los estudios de impacto ambiental se menciona como “potencial” y como “problema” al crecimiento de la superficie de cultivo, pero también al crecimiento de la contaminación de cuencas, a la pérdida y exilio de animales autóctonos, al deterioro de la tierra, por fumigaciones, salinización e inundaciones.
Sumado a los conflictos, por el valor de la tierra de campesinos y pobladores, que podría traer aparejado desalojo y expulsión.
Entrega del petitorio
Discriminación
Desde diciembre del año pasado, la UONSAFE, se encuentra en estado de movilización. Lo hacen desde el monte adentro de la cuña boscosa, o en el secano del noroeste, o bien desde las orillas del río Paraná. Estas son las características que reúne al TERRITORIO de la UONSAFE.
Acerca de las decisiones de gobierno, las mujeres campesinas son las que manifiestan con mucha claridad, los problemas que le significan no estar incluidos en las políticas para la agricultura familiar.
Dice Ana Ledesma, en relación a la falta de políticas del municipio de Villa Ocampo: “Nosotros estamos bastante mal, porque sentimos que el gobierno de acá nos está discriminando como sector. Al no tener trabajo, estamos peleando para poner algo en la olla. Necesitamos que nos ayuden un poquito para poder seguir adelante y no andar pidiendo un bolsón de mercaderías. Eso nos indigna a nosotros que somos del campo”.
¿En qué cosas hace falta que se los apoye? , pregunta esta cronista:
La respuesta ahora es de Guillermo Walter, pequeño productor y obrero del surco de la zona de Tacuarendí: “El gobierno tiene que apoyarnos para que nos quedemos en el campo, para que nuestros hijos sigan quedando, para que no vayan a las villas miserias. Que nuestros hijos sigan en el campo, para vivir dignamente”, sostiene.
Fumigaciones
Si hay cuestiones en común entre el norte de Santa Fe y la región sur pampeana, es la problemática de las fumigaciones en zonas periurbanas y rurales.
Leyes ambientales sin tratamiento, como la ley 11273 de regulación del uso de los agrotóxicos, perjudican en forma directa a las pobladores de cientos de parajes y asentamientos rurales, exponiéndolos a enfermedades crónicas respiratorias y la pérdida de sus cultivos y animales de granja.
En este sentido, Ana expresaba: “Queremos plantar, pero nos riegan [nota: riego=fumigaciones] nos funde todo el sembrado con los matayuyos. A mí me regaron todo y me dejaron sin nada. Eso te indigna mucho como ser humano. Nosotros todos los días tenemos que comer, tenemos que criar los pollos, sembrar zapallos, toda esa es nuestra vida y si nos dicen ‘váyanse de ahí’ nos cortan un brazo. A nuestros jóvenes les decimos que esa es la vida, que ahí es lo mejor que hay. Es menos contaminado, decimos nosotros a pesar de que nos están regando.
Si te venís a la ciudad, dependés del gobierno de la ciudad porque no hay trabajo, y solo si no tenés estudio, fuiste”, reclama.
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