“Los maíces de Monsanto son venenosos y mutantes”

Por Víctor Kriger Fabbroni

MONSANTO

LA MÁS SINIESTRA E INESCRUPULOSA ENTRE TODAS LAS MULTINACIONALES.

Los promotores de la instalación de la Planta Monsanto en Malvinas Argentinas, dicen:

1.     Que no generará contaminación por ser solo  una “procesadora de semillas”.

2.     Que de  los poderosos venenos con que éstas son tratadas, de eso, no hablamos.

3.     Que hacemos solo “semillas”. ¿Entienden?: ¡semillaaaaas!!!.

Una pregunta:

·        Estas semillas de Maíz Monsanto: ¿son solamente maíz…?

·        Quienes comen este maíz, o su harina, aceite o edulcorantes: ¿Comen solamente maíz?

·        ¿Qué vende el que vende, qué come el que paga?

La Red de Médicos de Pueblos Fumigados, dice:

“Los maíces de Monsanto son venenosos y mutantes”.

¿Por qué venenosos? ¿Mutantes…?

Porque el Maíz Bt-MON810 está injertado con genes transgénicos para que secrete permanentemente una toxina (veneno). Para que esta toxina, que actúa como antibiótico (igual al que se usa en humanos) no mate a la planta misma, ésta genera sus propios mecanismos de resistencia que luego nos serán transferidos cuando comemos este maíz o subproductos que luego se activarán, nuevamente, como venenos. Por esta razón fue prohibido en la Unión Europea. El Estado Argentino autorizó su venta sin importar las consecuencias, como que ya esté presente en el cordón umbilical de nuestros recién nacidos.

Porque el Maíz MON89034 – INTACTA, versión “mejorada” del maíz BtMON810 (si aún se puede seguir llamándolo maíz), no sólo genera un veneno, sino que sintetiza y secreta permanentemente tres venenos diferentes. Además, es resistente al Glifosato y al Glufosinato de Amonio (herbicidas tóxicos para humanos) que lloverán permanentemente  sobre 12 millones de personas que vivimos en zonas de cultivos transgénicos, pudiendo dar fe de ello nuestros crecientes enfermos y muertos. Porque además, es falsa y maliciosa la propaganda corporativa que asegura que “estas semillas” disminuyen el uso de agrotóxicos. Porque al contrario, su aumento es irracional y constituye una demencial y permanente carrera entre naturaleza y venenos. Porque,  finalmente, solo conviene a las empresas de biotecnología, mismas que año tras año inventan soluciones falsas y dañinas tan solo para sostener la vigencia de su negocio.

Otra pregunta:

Si el maíz INTACTA es híbrido, significa que no se puede guardar para resembrar. Significa que cuando a MONSANTO se le ocurra o convenga no producirlo y, ya que el maíz orgánico va desapareciendo del mercado de semillas, ¿ARGENTINA QUEDARÁ SIN SEMILLAS DE MAÍZ?

La Red Médicos de Pueblos Fumigados concluye:

Estas semillas, reconvertidas biotecnológicamente, constituyen un asesino serial capaz de resistir la lluvia combinada de venenos que matarán a todas las plantas, menos al nuevo mutante de Monsanto; y será también una usina permanente de toxinas insecticidas con consecuencias ambientales para nuestro delicado equilibrio ecológico-sanitario (recordar epidemia de Dengue/2009). En base a esta información se debería aplicar inmediatamente el Principio de Precaución en la Legislación Ambiental y detener irrevocablemente el PROYECTO INTACTA de Monsanto, per se y porque estas  factorías (como la de Malvinas Argentinas-Córdoba) solo significan contaminación, estrago ambiental y muerte.

Otra pregunta más:

¿Por qué se habla de contaminación, estrago ambiental y muerte?

Contesta la Red Universitaria de Ambiente y Salud:

Porque esta semillera de Monsanto es una amenaza para el pueblo de Malvinas Argentinas. Luego de separar el grano de la semilla, de procesarlo y ensilarlo, comienza el “curado” impregnándolas con tóxicos (venenos) que la protejan del ataque de gorgojos y hongos durante su almacenamiento y comercialización y, luego de sembradas y nacidas, protejan a la planta. La planta, obediente,  las transferirá al fruto.

El trágico abrazo de Monsanto y Bayer.

Los productos “curasemillas” no las curan de nada, solo agregan más veneno al que ya contiene transgénicamente  la propia semilla, más los de las fumigaciones a que fueron sometidas. En vez de “sanarlas”, las vuelve más venenosas.

En el estragoso proceso de “curado” se utiliza el insecticida CLOTIANIDINA (Poncho-Gaucho de Bayer) que es un neonicotinoide de clase toxicología II y el fungicida TEBUCONAZOLE – TRIFLOXISTROBIN (Nativo de Bayer) también grado II de toxicidad, y algún que otro Carbamato de ídem toxicidad e inaceptables consecuencias para la salud humana porque, cualquiera que ingiera estas semillas, ¡muere!, sea pollo, cerdo, vaca o persona.

Se utilizarán aproximadamente 500.000 litros de tóxicos “curadores” que luego serán diluidos en enormes, enormes cantidades de agua.

Y otras preguntas más:

Con los residuos, con lo que sobra del “curado” ¡Qué harán?

¿Qué cuenca hídrica ¿podrá? soportarlos?

¿Contaminarán las aguas subterráneas?

¿Quién y cómo  controlará el tratamiento residual?

¿Permitirá Monsanto la presencia de veedores de nuestras Universidades?

Mucho de “un poco”, es un poco casi demasiado.

Con una población mundial de 7.000 millones de habitantes y 1.000 millones de hambrientos, y donde el Mercado de Alimentos no busca “alimentar” sino ganar dinero, y la contaminación ambiental y la degradación de nuestras tierras colapsen, y luego que, finalmente, estas semillas tóxicas sean rechazadas y se destinen a biocombustibles:

¿Quién pondrá comida en nuestras mesas?