Greenpeace responde a ataque de 109 premios Nobel
De acuerdo con la carta de los firmantes, el arroz dorado es una variante precursora de la vitamina A, la cual disminuye el riesgo de padecer problemas oculares y ceguera.
Más de 100 premios Nobel han firmado una carta en contra de Greenpeace por su rechazo a los alimentos transgénicos; principalmente por sus campañas que se oponen a los organismos genéticamente modificados –particularmente del arroz dorado–. En la misma carta, los nobeles han pedido que la ONG ecologista reconozca “las conclusiones de las instituciones científicas competentes”.
De acuerdo con la carta de los firmantes, el arroz dorado es una variante precursora de la vitamina A, la cual disminuye el riesgo de padecer problemas oculares y ceguera. La Organización Mundial de la Salud calcula que 250 millones de niños sufren de la insuficiencia de esta vitamina, de los cuales 500 000 niños se quedan ciegos cada año y la mitad de ellos muere en el año siguiente a la pérdida de la visión.
Greenpeace ha encabezado la oposición al arroz dorado, que tiene el potencial de reducir o eliminar gran parte de las muertes y las enfermedades causadas por la deficiencia de vitamina A, que se ceban con las personas más pobres de África y el sudeste asiático. ¿Cuántas personas pobres deben morir en el mundo antes de que consideremos esto un crimen contra la humanidad?
Asimismo, los nobeles piden a los gobiernos del mundo que rechacen la campaña de Greenpeace contra el arroz dorado, los cultivos y alimentos mejorados mediante la biotecnología en general: “Hay que detener la oposición basada en emociones y dogmas, en contradicción con los datos”, atacando principalmente a Greenpeace –y al resto de organizaciones antitransgénicos– de “tergiversar los riesgos, beneficios e impactos de los organismos modificados genéticamente y de apoyar la destrucción criminal de cultivos de experimentación”. Para los redactores, los alimentos transgénicos “son tan seguros como cualquier otro alimento. Nunca ha habido un solo caso confirmado de un efecto negativo en la salud de humanos o animales.”
Frente a esta carta, Greenpeace ha respondido a las acusaciones en su blog:
Greenpeace lleva a cabo campañas para prevenir la liberación voluntaria de organismos modificados genéticamente (OMG), o transgénicos, al medio ambiente. Los transgénicos (plantas, animales, microorganismos) son organismos vivos que pueden reproducirse, cruzarse y provocar daños irreversibles en la biodiversidad y los ecosistemas. La seguridad a largo plazo de los alimentos transgénicos para los humanos y los animales sigue siendo desconocida. Greenpeace no se opone a la utilización de transgénicos en ambientes confinados y seguros, como la utilización en la medicina – por ejemplo en la producción de insulina a partir de bacterias transgénicas. A pesar del gran potencial que tiene la biología molecular para entender la naturaleza y desarrollar la investigación médica, esto no puede ser utilizado como justificación para convertir el medio ambiente en un gigantesco experimento con intereses comerciales.
Tras 20 años los cultivos transgénicos han demostrado que son un fracaso. No son necesarios, ni la solución a ninguno de los problemas que prometían resolver. Incluso los han agravado. Por ejemplo, con los cultivos transgénicos tolerantes a herbicidas (los predominantes) el uso de glifosato, clasificado recientemente como “probablemente cancerígeno para los seres humanos” por la OMS, creció de forma exponencial y también la resistencia de las “malas hierbas” a este producto, dificultando las labores agrícolas.
Tampoco son la solución al hambre en el mundo y se ha demostrado que los cultivos transgénicos no tienen mejores rendimientos que los convencionales. El problema del hambre no es que haya falta de alimentos en el mundo sino la mala distribución.
La solución no está en la uniformidad de cultivos, sino en la diversidad que aporta la agricultura ecológica. Además de ser un riesgo para la biodiversidad, tienen efectos imprevisibles sobre los ecosistemas. Y suponen incremento del uso de tóxicos, contaminación genética y del suelo o pérdida de biodiversidad.
La utilización de los OMG en la agricultura no hace más que exacerbar los efectos perniciosos de una producción industrializada e insostenible, que no favorece a los pequeños agricultores ni reparte equitativamente las riquezas. Concentra el control de la agricultura y la alimentación en unas pocas manos, poniendo en peligro la independencia de los pequeños agricultores.
Carta de los premios Nobel
En respuesta a la reciente carta de premios Nobel pidiendo a Greenpeace que revise su postura respecto al arroz modificado genéticamente, conocido también como ‘arroz dorado’, Wilhelmina Pelegrina, responsable de agricultura de Greenpeace Sudeste de Asia, ha asegurado:
“Las acusaciones de que alguien está bloqueando el desarrollo del arroz modificado genéticamente, conocido también como ‘arroz dorado’, son falsas. El ‘arroz dorado’ ha fallado como solución y aún no está disponible para comercialización, incluso después de más de 20 años de investigación. Tal como se reconoce por el Instituto Internacional de Investigación del Arroz, no se ha demostrado aún que pueda hacer frente a la deficiencia de vitamina A. Así que para ser claros, estamos hablando de algo que ni siquiera existe.
“Las empresas están promoviendo el ‘arroz dorado’ para allanar el camino a la aprobación mundial de otros cultivos transgénicos que les sean más rentables. Este experimento costoso no ha logrado producir resultados en los últimos 20 años y ha desviado la atención de las soluciones que ya están funcionando. En lugar de invertir en este caro ejercicio de relaciones públicas, tenemos que hacer frente a la desnutrición a través del acceso equitativo a la alimentación, una dieta diversa y la agricultura ecológica”.
Sobre soluciones alternativas:
“Proporcionar a las personas comida proveniente de la agricultura ecológica no sólo puede ayudar a acabar con la desnutrición, sino que también es una solución para adaptar la agricultura al cambio climático.
Hemos documentado comunidades en Filipinas que siguen expresando preocupaciones sobre el uso de ‘arroz dorado’ como solución. Es irresponsable imponer el ‘arroz dorado’ transgénico como un remedio rápido para las personas que padecen estos problemas pero que no quieren esta solución, sobre todo cuando existen opciones seguras y eficaces ya disponibles.
“Greenpeace está trabajando con otras ONG y los agricultores en Filipinas para impulsar la resiliencia climática. Hay una verdadera oportunidad aquí para que los gobiernos y la comunidad filantrópica apoye estos esfuerzos mediante la inversión en la agricultura ecológica y resiliente al clima y capacitar a los agricultores para acceder a una dieta equilibrada y nutritiva, en lugar de seguir tirando el dinero en el “arroz dorado.”
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por el autor de este blog: además se incluyen firmas de científicos que ya murieron.
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