por los propios catedráticos judíos. NO existe un solo libro en la enorme biblioteca de Tel Aviv que aporte un solo dato de ese hecho.
Los romanos mataban a sus enemigos, no se tomaban el trabajo de expulsarlos. Ese hecho jamás aconteció.
Desde allí comenzó a pergeñar lo que fue su primer libro (de tres): "La invención del 'pueblo judío'". El segundo libro se tituló "La invención de la tierra de Israel". Mi primer libro fue muy banal, confiesa. Yo todavía no había comprendido la tecnología del sionismo, un movimiento secular que tomó posesión de la -hasta entonces- religión judía, convirtiéndola en un movimiento político racista. ¿Porqué "un pueblo" y no una religión como las demás? Muy simple, dice, porque las religiones no tienen territorios, los pueblos sí. Alí nacía la idea del "pueblo judío" y de la tierra prometida, una metáfora bíblica que el relato sionista convirtió en una especie de mandato para apoderarse de "su" tierra, donde ya había asentado un pueblo: el palestino.
El tercer libro (hasta donde sé todavía no fue escrito) se titularía "La invención del judío secular". La inexistencia de una etnia o pueblo o raza judía, como arguye el sionismo, convierte en una contradicción en los términos la posibilidad de que alguien sea judío y ateo (judío secular). El judaísmo es una religión, como cualquier otra. Todo lo demás es mito e imperialismo.
Los romanos mataban a sus enemigos, no se tomaban el trabajo de expulsarlos. Ese hecho jamás aconteció.
Desde allí comenzó a pergeñar lo que fue su primer libro (de tres): "La invención del 'pueblo judío'". El segundo libro se tituló "La invención de la tierra de Israel". Mi primer libro fue muy banal, confiesa. Yo todavía no había comprendido la tecnología del sionismo, un movimiento secular que tomó posesión de la -hasta entonces- religión judía, convirtiéndola en un movimiento político racista. ¿Porqué "un pueblo" y no una religión como las demás? Muy simple, dice, porque las religiones no tienen territorios, los pueblos sí. Alí nacía la idea del "pueblo judío" y de la tierra prometida, una metáfora bíblica que el relato sionista convirtió en una especie de mandato para apoderarse de "su" tierra, donde ya había asentado un pueblo: el palestino.
El tercer libro (hasta donde sé todavía no fue escrito) se titularía "La invención del judío secular". La inexistencia de una etnia o pueblo o raza judía, como arguye el sionismo, convierte en una contradicción en los términos la posibilidad de que alguien sea judío y ateo (judío secular). El judaísmo es una religión, como cualquier otra. Todo lo demás es mito e imperialismo.
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