Macri habla para el pedazo de país que nada en su propio egoísmo.

Macri, no habla para ni uno de los sectores que han sido formados en la criticidad, la honestidad, la búsqueda de la verdad y el Bien Común, la Solidaridad.

Habla sin dudas para los que han sido formados en el egoísmos del sálvate a ti mismo, de primero la familia y luego la familia sin poder entablar empatía más que con otras familias que son un calco de la suya, habla para los que nunca entendieron ni se preocuparon por entender como funciona la economía y la política global, Latinoamericana, nacional, regional o local, habla para los que sólo entienden del rubro comercial que les da guita, habla para los que han crecido en ambientes de racismo y odio con la incapacidad de sentir y comprender al otro/a. Habla para los que desean violencia y sueñan con ejercer un día la prepotencia del mando autoritario, habla para los que se quieren parecer a lo que no son porque se azco a sí mismos aunque jamás lo asumirían porque no les alcanzaría ni los psicólogos ni las pastillas, ni la vergüenza.
Macri habla desde la impunidad que le da el poder y desde la sed de sangre que pide un grupo no mayoritario pero grande de psicópatas en autos de alta gama y cuentas bancarias con algunos buenos dólares.

La pregunta sería, cómo se educa a los mal educados para los que habla Macri, o cómo se les pone límites sin que estos sean del estilo de los que usa el poder, mientras no repetimos la lógicas del capitalismo en nuestros propios espacios, organizaciones y movimientos y vamos tejiendo redes de solidaridad, lucha, alegría, creación de realidades dignificantes.