Petter Slaatrem Titland, un ciudadano noruego se encuentra privado de la libertad en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza

Al terminar este día en el que pasaron tantas cosas, Petter Slaatrem Titland, un ciudadano noruego (nacido en uno de los países que lxs argentinxs más decimos admirar) se encuentra privado de la libertad en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza por la Dirección Nacional de Migraciones, a la espera de un avión que lo va a llevar de vuelta a su país de origen contra su voluntad.
Por qué?
Por no tener la documentación en regla?
Por no tener visa?
Por tener antecedentes penales?
Nada de eso: Peter tiene su pasaporte noruego al día y los ciudadanos noruegos pueden ingresar a nuestro país sin necesidad de una visa.
Tampoco tiene antecedentes penales.
Por qué entonces?
Porque pertenece a una organización llamada Attac que expresa ideas contrarias a la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Porque su nombre figura en un listado de personas “vedadas” que, si tuviéramos jueces probos, el gobierno estaría obligado a exhibir.
Peter no sólo vio revocada su credencial para participar en la Conferencia Ministerial de la OMC por “razones de seguridad” esgrimidas por el gobierno argentino (léase actividades de inteligencia ilegales sobre organizaciones sociales nacionales e internacionales) sino que ahora el gobierno lo rechaza en frontera y ni siquiera le permite ingresar al país para expresar sus ideas libremente.
Pidió asistencia consular, y se la negaron.
Pidió un abogado defensor, y se lo negaron.
Pidió un intérprete que le traduzca los documentos en castellano que le exigían firmar, y se lo negaron.
Un habeas corpus preventivo que buscaba protegerlo y un habeas data que buscaba que el gobierno revelara la información colectada contra el, promovido por el Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels) fue rechazado por un juez sin mayores fundamentos.
A pesar de eso, numerosas organizaciones de derechos humanos y la defensa pública oficial están en este momento haciendo gestiones contra reloj para que Peter, ciudadano noruego, pueda ingresar al país y pueda ejercer, nada mas y nada menos, su derecho a la libertad de expresión.
Ese que el gobierno dice defender.