viernes, 21 de mayo de 2010

El Gobierno no es el Estado. El Bicentenario no es toda la historia

Síndrome del bicentenario

Por Alfredo Grande
Jueves, 20 de Mayo de 2010 02:12
“donde hubo fuego, no solo quedan cenizas. También quedan anhelos de las luchas del porvenir”
“Hay dos cosas que hacerlas es fácil: el pago y el gatillo” (aforismos implicados)

(APe).- Alguna vez alguien dijo que el pez por la boca muere. No me queda claro si eso incluye a otras especies, incluyendo al pingüino. Una de las mayores paradojas del democratismo de estado de estos tiempos es que toda la oposición toda, se empeña en potabilizar a todo el kirchnerismo todo. Y que todo el kirchnerismo todo, se empeña en sostener un mecanismo que denominaré Síndrome del Bicentenario. Si kirchnerismo es igual a Bicentenario, no faltará que vea a Cornelio Saavedra parecido a Cobos y el perfil de Mariano Moreno con la grandeza del Calafate. Dije y sostengo que el kirchnerismo es una catástrofe cultural, un avance político y un progreso económico. Pero cuando se festeja el des endeudamiento, la caída de los ideales libertarios es sin anestesia y sin red. Primero: no hay endeudamiento a esta altura de los acontecimientos, por todos los pagos realizados, y el juicio a la deuda realizado. Se podría bautizar como rescate de los Bonos Los Mareados, porque pareciera que la deuda emborracha a funcionarios. Total, corte mas, quebrada menos, se baja una deuda que no existe con recursos de todos los que no pueden opinar, porque nuestro democratismo no tiene previsto el plebiscito vinculante. Además, se busca des endeudar al Estado, pero se solicita endeudar a los ciudadanos. Stella y Amore, consumidores posicóticos, son los abanderados de las 50 cuotas, vaselina de largo aliento que no impedirá el ultraje final. Desde el Síndrome del Bicentenario se puede pensar que como De la Rua se fue en helicóptero, nos dejaron solos. Supongo que Néstor y Cristina estuvieron en las calles, donde nadie estaba solo. Por el contrario: la militancia renació, no de sus cenizas, sino avivando fuegos que tampoco se apagaron. No estuvimos solos, aunque si, varias veces mal acompañados. Kostecki y Santillán lo pagaron con su vida. Fuentealba, el Pocho Lepratti, Julio Jorge López, también. Y tantos otros del gatillo siempre fácil. Pero ellos tampoco están solos. Curiosa afirmación que permite pensar desde el Síndrome del Bicentenario que la única manera de estar acompañados es con una plétora de funcionarios y burócratas. Aunque siga siendo cierto que no es bueno que el hombre esté solo, hay compañías que matan. Tampoco es grato pensar en esta revival de la teoría de los dos demonios: el gorila de derecha y el gorila de izquierda. Pero gorilas son todos y todas los que no se incluyan en un frente o contrafrente para la victoria. Como dijo Aníbal Fernández: “a la izquierda de Kirchner está la pared”. Pues bien: seré ladrillo, y además, hueco....

La nota completa en Agencia Pelota de Trapo: http://www.pelotadetrapo.org.ar/ o en la página de este blog: Bicentenario, de la revolución a la independencia

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