viernes, 7 de enero de 2011

Miles de granjas cerradas por la presencia de dioxinas en los piensos industriales


ALEMANIA | Alerta sanitaria en todo el país
Gallinas en una granja alemana, en Goch. Gallinas en una granja alemana, en Goch.
Apenas certificaron los laboratorios la presencia de dioxinas en los piensos industriales, la Fiscalía de Baja Sajonia ordenó anoche el cierre de miles de granjas avícolas y porcinas en todo el territorio alemán.
Una fábrica de piensos del estado de Schleswig-Holstein ha estado incluyendo aceites industriales no comestibles en sus productos y toda granja que haya suministrado estos piensos a sus animales tendrá que ser precintada de inmediato.
Más de 120.000 huevos fueron retirados de los supermercados a primera hora y cerca de 10.000 gallinas fueron sacrificadas y quemadas, tras comprobarse la presencia de las dioxinas.
La contaminación de la cadena alimenticia afecta a la carne de pollo, cerdo, pavo y lechón, de forma que el precio de estos productos se ha derrumbado en los mercados y las grandes superficies buscan a toda prisa carne procedente del resto de Europa para cubrir la demanda.
Las grasas utilizadas son apropiadas para la fabricación de lubricantes y la Fiscalía sospecha que la empresa implicada llevaba años comprando residuos de la producción de biodiesel en varios países europeos para utilizarlos como componente de sus productos.
Origen holandés
El origen de esta alerta sanitaria parece situarse en Holanda. La fábrica de piensos alemana Harles & Jentzsch recibió de una empresa holandesa las grasas para su producción y las incluyó en la fabricación de unas 527 toneladas de alimentos para animales contaminados con dioxina.
Entre otros, los piensos contaminados fueron distribuidos por siete empresas en el estado federado de la Baja Sajonia, donde han sido cerradas más de un millar de granjas avícolas y porcinas. Además otros distribuidores hicieron llegar el pienso contaminado a granjas porcinas y avícolas de los estados de Renania del Norte Westfalia, al oeste del país, Sajonia-Anhalt, Sajonia y Turingia en el este y Brandeburgo al norte.
El gerente del fabricante del pienso contaminado, Siegfried Sievert, defiende la "ingenuidad" de su empresa al utilizar las gasas industriales y asegura que creían "que eran adecuadas para la producción de piensos", pero la Federación Alemana de Agricultores ha exigido que sea él quien asuma toda la responsabilidad y corra con los costes de las pérdidas que sufrirán por los cierres los granjeros afectados.
Las autoridades sanitarias alemanas insisten en que la contaminación está controlada y que no existe peligro para la salud pública, pero son muchos los supermercados alemanes que esta mañana han colocado en sus puertas el cartel de "Hoy no hay carne".

ALEMANIA | Tardaron 5 semanas en cerrar las granjas afectadas

La carne contaminada no ha salido de Alemania

Un huevo de una granja de Schwerin. | Efe Un huevo de una granja de Schwerin. | Efe
  • 25 fábricas de piensos y no una, como dijo Berlín, usaron aceites industriales
  • Se han consumido 3.000 toneladas de grasa contaminada con dioxinas
  • Aseguran que la contaminación 'no supone un riesgo para el consumo humano'
  • A pesar de ello, el consumo de huevos y carne ha caído en picado
La buena noticia es que la carne contaminada con dioxinas no ha salido de Alemania. Una comisión del Bundestag ha confirmado, ante la exigencia de explicaciones de la Comisión Europea, que ninguna partida de carne procedente de las más de mil granjas cerradas en los últimos dos días en territorio germano ha sido exportada a otros países europeos.
Han tenido que ser retirados del mercado unos 200.000 huevos y 15.000 gallinas han sido sacrificadas
La mala es que, tras una exhaustiva investigación, el gobierno alemán reconoce que no es una fábrica, como inicialmente se informó, sino 25 las que han producido piensos en los que se habían incluido como componentes aceites de uso exclusivamente industrial, del tipo de la fabricación de lubricantes, y no aptos para el consumo.

'No hay riesgo para el consumo humano'

Según el informe oficial definitivo, se han producido y consumido hasta 3.000 toneladas de grasa contaminada con dioxina destinada a la fabricación de piensos para animales y que puede haber hasta 150.000 toneladas más todavía almacenadas en las que la contaminación alcanza porcentajes de entre el 2 y el 10%. Aun así, el Instituto Federal de Evaluación de Riesgos asegura en un comunicado que la contaminación "no representa un riesgo para el consumo humano" y que no hay motivo para bloquear las exportaciones de carne.
Las investigaciones llevadas a cabo por la comisión parlamentaria han puesto en evidencia, además, que Alemania ha dejado pasar cinco semanas desde que, el pasado 28 de noviembre, hizo llegar una primera y discreta alerta a Bruselas, tras los primeros indicios de la presencia de dioxinas en los piensos, hasta que ha comenzado a cerrar granjas, en las últimas 48 horas.

Endurecimiento de la legislación

En el caso de uno de los fabricantes de piensos afectados en el norte de Alemania, Harles & Jentzsh, la Oficina Federal para la Defensa del Consumidor, ha confirmado que usó un aceite industrial de origen vegetal en sus productos, procedente de la empresa holandesa Petrotec y correctamente etiquetado como no comestible. Aun así fue legalmente comercializado y por eso los ministros de Agricultura de los länder han acordado un endurecimiento de la legislación del sector que impida en el futuro problemas sanitarios como estos.
También están trabajando en el paquete de cuantiosas multas que quieren exigir a los responsables y con las que financiar los gastos que está ocasionando la crisis sanitaria, puesto que han tenido que ser retirados del mercado unos 200.000 huevos y unas 15.000 gallinas han sido sacrificadas. El Gobierno alemán y los estados federados afectados analizan además si existen responsabilidades penales en la contaminación con dioxina.

Caída en picada del consumo

De acuerdo con la Federación de Agricultores alemanes (DBV), el productor holandés de biodiesel vendió el ácido graso a los productores alemanes a través de una tercera empresa holandesa. "Esto va a durar varias semanas para efectuar los controles de contaminación con dioxina. Pero la protección del consumidor es lo prioritario", indicó un portavoz del ministerio de Agricultura del Estado regional de Baja Sajonia (centro de Alemania), donde están situadas la mayor parte de las granjas consumidoras de forraje contaminado.
El gobierno de Renania del norte-Westfalia publicó la primera lista de números de serie de huevos contaminados, que al parecer ya fueron consumidos y que aparece colgada a la vista en muchos supermercados. El consumo de huevos y carne, a pesar de los mensajes tranquilizadores del gobierno, ha caído en picado
ElMundo.es

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