miércoles, 2 de febrero de 2011

Egipto sin retroceso

Revuelta en el mundo árabe
Ganadores y perdedores
La revuelta árabe de 1916 fue encabezada por Sharif Hussein bin Ali en pos de la independencia árabe del imperio otomano. Los otomanos fueron expulsados. Sin embargo, la gran revuelta fue coptada por los británicos y los franceses. Después de 1945, gradualmente, los varios estados árabes se hicieron miembros independientes de Naciones Unidas. Pero en la mayoría de los casos su independencia fue coptada por Estados Unidos, sucesor de Gran Bretaña como controlador externo, manteniendo Francia un papel menor en el Magreb y en Líbano.
La segunda revuelta árabe se ha estado cocinando por algunos años ya. El mes pasado obtuvo una inyección sustancial del exitoso levantamiento de la juventud tunecina. Cuando hay jóvenes valerosos que arriesgan su vida para levantarse contra un régimen autoritario y supercorrupto y logran, de hecho, deponer al presidente, uno tiene que aplaudir. Independientemente de lo que pase después, fue un buen momento para la humanidad. La cuestión es siempre, ¿qué viene después?


En realidad hay dos preguntas. ¿Cómo fue que este levantamiento prevaleció, cuando muchos otros intentos en muchos otros países no lo lograron? Y luego, ¿quiénes serán los ganadores y los perdedores en Túnez, en otras partes del mundo árabe, y en el sistema-mundo completo?
No es fácil rebelarse contra un régimen autoritario. El régimen tiene armamento y dinero a su disposición, y normalmente puede suprimir con facilidad los intentos de desafiarlo que ocurren en las calles. Actos simbólicos, como la autoinmolación del vendedor ambulante en un poblado tunecino remoto, Mohamed Bouazizi, en protesta contra los caprichosos actos de los agentes del régimen, pueden encender a otros a que protesten, como ocurrió en Túnez. Pero para que dicho acto conduzca al derrocamiento del régimen, éste debe tener fisuras.
En este caso, es claro que había tales fisuras. Ni el ejército ni la gendarmería estaban preparados para disparar contra los manifestantes, y le dejaron esta tarea a la guardia presidencial de elite. No fue suficiente, y el presidente Zine el-Abidine Ben Ali y su familia tuvieron que huir, y sólo lograron hallar refugio en Arabia Saudita. Que había fisuras en el régimen queda claro por el hecho de que al intentar sobrevivir a la tormenta, las principales figuras del partido de Ben Ali se aseguraron de arrestar a la figura clave de la maquinaria represiva de Ben Ali, Abdelwahab Abdallah, con tal de que éste no los arrestara a ellos. Recordemos cómo fue que, tras la muerte de Stalin, sus sucesores arrestaron de inmediato a Lavrenti Beria, por la misma razón.
Por supuesto, después de que huyera Ben Ali, el mundo entero aplaudió, con la sola excepción de Kaddafi de Libia y Berlusconi de Italia, que continuaron defendiendo las virtudes de Ben Ali. El principal respaldo exterior de Ben Ali, Francia, se avergonzó lo suficiente como para confesar sus errores de juicio. Estados Unidos, habiendo dejado a Túnez en las supuestamente seguras manos de los franceses, no sintió la necesidad de ofrecer unas disculpas semejantes.
Como todo mundo anota, el ejemplo de Túnez impulsó a que en las calles árabes de otras partes se siguiera un camino semejante; los ejemplos más notables al momento están en Egipto, Yemen y Jordania. Mientras escribo, es poco seguro que el presidente Hosni Mubarak de Egipto sea capaz de sobrevivir.
¿Quiénes son los ganadores y los perdedores? No sabremos en por lo menos seis meses, tal vez más, quiénes llegarán, de hecho, al poder en Túnez, en Egipto, en realidad en todo el mundo árabe. Los levantamientos espontáneos crean una situación como la de Rusia en 1917 cuando, según la famosa frase de Lenin, el poder está en las calles, y por tanto una fuerza decidida y organizada puede tomarlo, que fue lo que hicieron los bolcheviques.
La real situación política en cada uno de los estados árabes es diferente. No hay Estado árabe en la actualidad que tenga un partido radical, laico, organizado, como los bolcheviques, que esté listo para intentar tomar el poder. Hay varios movimientos liberales burgueses a los que les gustaría jugar un mayor papel, pero pocos parecen tener una base importante. Los movimientos más organizados son los islamitas. Pero estos movimientos no tienen un solo color. Sus versiones de un Estado islámico van de los relativamente tolerantes hacia otros grupos, como el que existe ahora en Turquía, a la severa versión de la sharia (como los talibanes ejecutan en Afganistán), con variedades intermedias como la Hermandad Musulmana en Egipto.
¿Pero qué pasa con los poderes externos, que están profundamente involucrados en intentar controlar la situación? El principal actor externo es Estados Unidos. Un segundo actor es Irán. Todos los otros –Turquía, Francia, Gran Bretaña, Rusia y China– son menos importantes sin dejar de ser relevantes.
El gran perdedor de la segunda revuelta árabe es claramente Estados Unidos. Uno lo constata en la increíble vacilación del gobierno estadunidense en este momento. Estados Unidos (como cualquiera de las otras potencias importantes en el mundo) sitúa un criterio por encima de todos los demás: los regímenes que le son amigables. Washington quiere estar del lado de los ganadores, siempre y cuando el ganador no le sea hostil. ¿Qué hacer entonces en una situación como la de Egipto, que en el presente es virtualmente un Estado clientelar de Estados Unidos? Washington queda reducido a hacer llamados públicos en pos de más democracia, de que no haya violencia, y de negociaciones. Tras bambalinas, parecen haberle dicho al ejército egipcio que no avergüence a Estados Unidos disparándole a demasiadas personas. ¿Pero puede sobrevivir Mubarak sin dispararle a mucha gente?
La segunda revuelta árabe ocurre en medio de una caótica situación mundial en la que dominan tres rasgos: una caída en los estándares de vida de dos terceras partes de la población mundial, escandalosos incrementos en los ingresos actuales de un estrato alto relativamente pequeño y una seria decadencia del poder efectivo de la así llamada superpotencia, Estados Unidos. La segunda revuelta árabe, no importa cómo resulte, erosionará aún más el poderío estadunidense, especialmente en el mundo árabe, precisamente porque la única base segura de la popularidad política en estos países, hoy, es la oposición a que Washington se inmiscuya en sus asuntos. Aun aquéllos que normalmente quieren el involucramiento de Estados Unidos, y dependen de éste, encuentran peligroso continuar en esa postura.
El mayor ganador externo es Irán. Sin duda el régimen iraní es visto con considerable sospecha, en parte porque no es árabe y en parte porque es chiíta. Sin embargo, es la política estadunidense la que le otorgó a Irán su regalo más grande, el derrocamiento de Saddam Hussein. Saddam era el más fiero y eficaz enemigo de Irán. Los líderes iraníes probablemente profieren alguna bendición diaria para George W. Bush por su maravilloso regalo. Han construido sobre este golpe de suerte mediante una inteligente política con la que han demostrado estar listos para respaldar movimientos no chiítas tales como Hamas, siempre y cuando confronten fuertemente a Israel y la intrusión estadunidense en la región.
Un ganador menor es Turquía, que ha sido un anatema para las fuerzas populares en el mundo árabe por la doble razón de que es heredera del imperio otomano y una aliada cercana de Estados Unidos. El actual régimen electo popularmente, un movimiento islamita que no busca imponer la ley de la sharia sobre toda la población sino únicamente el droit de cité para la observancia islámica, se ha movido en dirección de apoyar la segunda revuelta árabe, aun con riesgo de comprometer sus anteriores buenas relaciones con Israel y Estados Unidos.
Y por supuesto, los ganadores más grandes de esta segunda revuelta árabe serán, con el tiempo, los pueblos árabes.
Traducción: Ramón Vera Herrera
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2011/02/06/index.php?section=opinion&article=024a1mun
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EGIPTO

Los manifestantes resisten en El Cairo: "O Mubarak o nosotros"

Cientos de miles de opositores recuperan pacíficamente el control de la plaza de la Liberación. -Mubarak reúne al equipo económico para reactivar la actividad después de doce días paralizado

POR E. GONZÁLEZ / N. TESÓN /
 
Nueva multitud en la plaza
Nueva multitud en la plaza-
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Los opositores al presidente de Hosni Mubarak no piensan rendirse, pese a que el presidente se aferra al poder. Los manifestantes que desde hace doce días ocupan la plaza de la Liberación, en el centro de El Cairo, siguen allí sin ninguna intención de abandonar su protesta. Aunque la mañana ha estado tranquila, por la tarde la plaza ha vuelto a llenarse de personas que piden la caída del presidente. La llegada de manifestantes ha sido constante desde primera hora de la mañana, con personas que se acercaban desde otros puntos de la ciudad llevando pan, zumos y provisiones para los que están acampados en la plaza.

El centro de la capital egipcia se ha convertido en el escenario donde partidarios del presidente Mubarak y los que quieren su dimisión sellan sus diferencias a punta de piedras y cócteles molotov
El epicentro de las protestas está dividido por zonas. En una parte, un grupo de manifestantes trata de mantener un espíritu festivo con cánticos y música, mientras en otra zona hay tiendas de campaña con familias enteras, hombres, mujeres y niños que están instalados desde que iniciaron las protestas. También hay espacio para los que quieren informarse y leen en los periódicos los acontecimientos que ellos mismos están protagonizando, y en otra zona, un grupo de hombres desayuna. Además, en la plaza hay cuatro puntos de atención sanitaria, con médicos y enfermeros que llevan en la plaza desde el principio de las revueltas. Algunos de ellos han atendido heridos durante tres días, día y noche, sin descanso. Por estos puestos han pasado cientos de heridos. Mohamed Amish, uno de los médicos presentes, llegó el día en que empezaron lo disturbios y dice que se quedará hasta que se vaya Mubarak.
La llamada Jornada de Despedida convocada por la oposición movilizó ayer de nuevo a centenares de miles de personas en el centro de El Cairo y Alejandría sin que la crisis se desbloqueara. Y se registraron nuevos actos de violencia por parte de los inmovilistas, que prefirieron bautizar el día como Jornada de la Lealtad.
La última cifra facilitada por el Ministerio de Sanidad señala que son11 los fallecidos desde el miércoles y más de 5.000 los heridos. La ONU hizo ayer alusión a "informes no confirmados que sugieren que más de 300 personas han sido asesinadas" desde el inicio de las protestas.
Tras dos días de violencia por parte de los fieles a Mubarak, claramente coordinada desde el poder, la situación general se ha hecho más tranquila. Con todo, los extranjeros, especialmente los periodistas, dependen de la suerte cada vez que tienen que pasar por uno de los numerosos controles militares. También las organizaciones sociales, aunque los activistas extranjeros que fueron detenidos el pasado jueves han sido puestos en libertad la pasada madrugada.
Mubarak trata de reactivar la economía
Mientras esto ocurre en la plaza de la Liberación, el presidente Mubarak se ha reunido hoy con los principales responsables de la economía en el país: el primer ministro, el de Finanzas, el responsable del Petróleo, el ministro de Comercio e Industria y el gobernador del Banco Central. La BBC informa que mañana se reabrirán los bancos, que han permanecido cerrados durante los días de la protesta. La economía egipcia ha estado prácticamente paralizada estos días, con pérdidas estimadas en 340 millones de dólares por día, según algunos analistas. Sin embargo, la bolsa, que permanece cerrada, no reanudará su actividad el lunes, como se había contado en un primer momento. Un alto ejecutivo de la institución ha desmentido la apertura, y ha explicado que esta se anunciará con 48 horas de antelación.
El Ejército tiene las manos libres. El ministro de Defensa y viceprimer ministro, Mohamed Tantawi, se permitió acudir ayer por la mañana a la plaza de la Liberación, en donde permanecían miles de manifestantes tras una nueva noche de enfrentamientos y a donde empezaban a afluir miles de personas para gritar, una vez más, adiós a Mubarak. Tantawi dijo que solo quería pasar revista a las tropas desplegadas en torno a la plaza de forma más densa y efectiva que en anteriores jornadas. El significado real de su gesto era difícil de interpretar; demostraba, en cualquier caso, que las máximas autoridades militares podían permitirse pasear por entre los manifestantes y departir con ellos.
Otro gesto significativo fue la aparición en la plaza de Amr Musa, exministro de Asuntos Exteriores con Mubarak y actual secretario general de la Liga Árabe. Musa comentó que sopesaba la opción de presentarse como candidato a las elecciones presidenciales, previstas para septiembre. El hecho de que un hombre incrustado en la élite política egipcia y árabe se pasara al bando de la protesta indicó, al margen de un mayor o menor oportunismo, hacia dónde sopla el viento de la historia. Con todos los corredores tomando posición de salida a nadie le ha pasado desapercibido el movimiento de Youssef Butros Gali, hijo del exsecretario general de Naciones Unidas Butros Butros Gali, pero, sobre todo, ministro de Economía con Mubarak desde 2004 y hasta que fue sustituido hace unos días. El vástago de la saga deja con efecto "inmediato" la presidencia del comité financiero del Fondo Monetario Internacional que ocupaba desde octubre de 2008.
Los esfuerzos estadounidenses por patrocinar una "transición pilotada" de acuerdo con el Ejército que apartara, de alguna forma, el bloqueo personificado por Mubarak, no obtuvieron resultados por el momento. Además de la resistencia personal de Mubarak (un hombre con una fortuna estimada en 1.700 millones de dólares) y su círculo más próximo, la cúpula militar, perfectamente confundible con la cúpula gubernamental, insiste en la necesidad de mantener la legalidad y el respeto a la Constitución. Eso implica numerosas dificultades. Por ejemplo, la de iniciar un proceso de transición con un Parlamento recién constituido tras unas elecciones amañadas y boicoteadas por la oposición moderada y los candidatos independientes de los Hermanos Musulmanes, con el resultado de un 90% de los escaños para el Partido Nacional Democrático de Mubarak.
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EGIPTO

Dimite la cúpula del partido de Mubarak, incluido su hijo

La cúpula del Partido Nacional Democrático del presidente egipcio, Hosni Mubarak, ha presentado su dimisión, según informa la televisión estatal.
05/02/2011 10:19:00
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Manifestantes antigubernamentales en la plaza Tahrir, junto a un tanque del Ejército. (Marco LONGARI/AFP)
WASHINGTON-. Según han difundido la televisión estatal egipcia y la cadena Al Jazeera, la cúpula del partido de Hosni Mubarak ha dimitido, incluido su hijo Gamal, quien se perfilaba en su día como posible sucesor de su padre.
El gobernante Partido Nacional Democrático (PND) ha nombrado al senador Hosam Badrawi como nuevo secretario general y jefe del comité político, cargo que ocupaba Gamal Mubarak,
Badrawi, considerado del ala "liberal" dentro del partido, reemplaza a Safuat al Sharif, uno de los políticos más próximos al presidente de Egipto.
Mubarak se ha reunido hoy con el primer ministro, Ahmed Shafiq; el jefe del Banco Central, Faruq Oqda; y con los titulares de Comercio e Industria, Samiha Fauzi; Solidaridad Social, Ali al Musilhi; de Finanzas, Samir Raduán; y de Petróleo, Sameh Fahmi.

Tras la reunión, el ministro de Industria ha asegurado que "hay suficientes artículos básicos para satisfacer las necesidades básicas de la población. Muchas fábricas han comenzado a funcionar a partir de hoy con normalidad" y que los bancos volverán a abrir mañana tras permanecer cerrados una semana a causa de las protestas.
Por su parte, el titular de Finanzas ha dicho que "la creación de empleo y los salarios serán las prioridades del nuevo Gobierno".
Obama le insta a acometer una transición "verdadera ya"
Mientras Mubarak se resiste a dejar el cargo, EEUU le está presionando para forzar una transición. El presidente, Barack Obama, le  ha instado hoy a tomar "la decisión correcta" y a comenzar una transición "verdadera y significativa ya".
El mandatario estadounidense Mubarak debe plantearse "cómo dejar un legado en el que Egipto pueda superar este periodo de transformación. Mi esperanza es que acabará tomando la decisión correcta".
Ha destacado que deberán ser los egipcios quienes lleven a cabo la transición y que "no corresponde a EEUU ni a ningún otro país" intervenir en cómo se desarrollará el proceso.
Según Obama, Washington observa con atención los acontecimientos y reclama una serie de principios en la transición, que incluyan la apertura de un diálogo con representantes de la sociedad civil, de cara a la celebración de elecciones, que debe "resolver quejas legítimas".
"Si hacen gestos hacia la oposición, pero lleva a la supresión de estos movimientos, no va a funcionar. Si hace como que acomete reformas, pero no se llevan a cabo reformas reales, no funcionará", ha insistido.
FUENTE: GARA

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Kissinger: “Mubarak era la mejor manera de alcanzar los objetivos de EEUU en la región”
En declaraciones a la cadena Fox, el ex Secretario de Estado Henry Kissinger aseguró que los estadounidenses “hemos tenido cinco presidentes que consideraron que Hosni Mubarak era la mejor manera de alcanzar los objetivos de EEUU en la región”.
Kissinger reconoció que tras Anuar el Sadat, Mubarak fue un elemento estabilizador en la región. Cínicamente reconoce que “estábamos tan acostumbrados a Sadat y a Mubarak que por treinta años olvidamos que antes Egipto era una fuente de actividades nacionalistas anti-americanas“.
Viejo zorro político, comprende que Egipto es el país clave del Medio Oriente y que los resultados de la actual situación repercutirán en todo el entorno.
Kissinger, quien tuvo una activa participación en la política exterior norteamericana en la década del 60 y el 70 del siglo pasado, fue un aliado de las dictaduras latinoamericanas de esa época y organizó la Operación Cóndor, un plan internacional de eliminación sistemática de opositores en nombre de la  “lucha contra el comunismo”.
También, se ha demostrado su participación en el golpe de Estado contra el gobierno de Salvador Allende en Chile. Fue sometido a proceso en Estados Unidos por el asesinato del comandante en jefe del Ejército chileno René Schneider, aunque en el 2006 la Corte Suprema de ese país falló que su responsabilidad había sido política y no criminal.

 EGIPTO

Los Hermanos Musulmanes insisten en reclamar la salida de Mubarak

El principal grupo opositor de Egipto, los Hermanos Musulmanes, ha insistido en pedir la renuncia del presidente, Hosni Mubarak, al considerar que su anuncio de no presentarse a las próximas elecciones llega tarde.
02/02/2011
Hosni Mubarak, durante su discurso ayer en la cadena Al Masriya. (AFP)
WASHINGTON-. "Está claro que el presidente Mubarak ignora las peticiones del pueblo y de los Hermanos con las otras fuerzas opositoras, que todavía piden la salida del presidente, y no menos de esto", ha declarado a Efe Gamal Nasar, portavoz de ese grupo opositor.
Hosni Mubarak anunció ayer que no dimite y que sólo cede en no presentarse a las próximas elecciones, después de las multitudinarias movilizaciones que exigieron ayer su salida en distintas ciudades egipcias.
El presidente de EEUU, Barack Obama, ha mantenido una conversación telefónica con su homólogo egipcio y le ha transmitido que la transición "ordenada" de Egipto "debe ser significativa, debe ser pacífica y debe comenzar ahora", y que dicha transición "debe llevar a unas elecciones que sean libres y justas".
El dirigente estadounidense, en un discurso recogido por "The Washington Post", explica que en su conversación con Mubarak, éste había reconocido que "el statu quo no es sostenible", con lo que "ha de ocurrir un cambio".
"Egipto no ha tenido muchos momentos de transformación, las voces del pueblo egipcio nos dicen que este es uno de esos momentos", ha añadido Obama.
Washington también ha transmitido a Mubarak que mantendrá "la alianza y amistad" con El Cairo y continuará dispuesto a ofrecer toda la ayuda necesaria



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EGIPTO
Mubarak, desafiante, acepta fin forzado por protestas


Por Ulises Canales
El Cairo, 1 feb (PL) El presidente Hosni Mubarak aceptó hoy públicamente su inminente final como estadista tras 30 años en el poder, y prometió facilitar una transición pacífica, aunque desafió a sus adversarios jurando que morirá en Egipto.
En su segunda alocución a la nación en menos de una semana, el mandatario se vio obligado a pronunciarse sobre lo que calificó de "prueba difícil" para este país, sumido en el caos desde el comienzo hace ocho días de multitudinarias protestas callejeras.
Con el rostro desencajado, el jefe de Estado declaró que "teniendo en cuenta las condiciones actuales, no tengo la intención de presentarme a un nuevo mandato", una decisión histórica considerada insuficiente por sus opositores.
Según el dirigente, "nunca he sido alguien que ha querido acaparar el poder", y se negó a "abandonar mi misión", alegando que "mi primera responsabilidad ahora es restaurar la seguridad en el país para que pueda llevarse a cabo una transición pacífica".
Mubarak dijo desear que quien resulte ganador en las elecciones presidenciales egipcias previstas para septiembre próximo "pueda llevar a cabo esa transición", pero defendió que hasta entonces terminará su mandato y defenderá su país.
Miles de personas que aún permanecen en la céntrica Plaza Tahrir de El Cairo gritaron: "Boukra, boukra" (mañana, mañana) y "Barra, barra" (fuera, fuera), para indicar al mandatario de que tenía que dejar el poder de inmediato y marcharse del país.
La intervención del presidente tuvo lugar tras una jornada de masivas protestas en la bautizada Marcha del Millón. Alrededor de dos millones de egipcios en distintas ciudades con el reclamo común que dimita del cargo de forma súbita e incondicional.
Con su discurso, Mubarak también desafío a quienes reclaman que se marche a Israel o Arabia Saudita, siguiendo los pasos de su hasta hace poco homólogo tunecino Zine el-Abridine Ben Ali, derrocado por una revuelta popular el 14 de enero pasado.
"Me siento orgulloso del tiempo que he pasado al frente de este país que es la patria de todos los egipcios. He combatido por este país, he defendido su territorio, su soberanía y voy a morir en esta tierra. Solo la historia podrá juzgarme para bien o para mal", recalcó.
Igualmente, provocó irritación entre sus detractores la aseveración de que las reivindicaciones "nobles de los jóvenes" fueron manipuladas por "organizaciones políticas que quieren acelerar los cambios y han utilizado a los ciudadanos sin tener en cuenta su seguridad".
Mubarak, de 82 años y 30 en el cargo, aseguró que ordenó al nuevo vicepresidente, Omar Suleiman, y al primer ministro Ahmed Shafiq, emprender con la mayor celeridad posible un programa de reformas para atender las legítimas demandas populares.
Añadió que también giró instrucciones para introducir modificaciones constitucionales y legislativas "para responder a esas reivindicaciones del pueblo, y así llevar la democracia y la seguridad a ese pueblo".
Lamentó, sin embargo, que hay fuerzas políticas de la oposición que "han rechazado negociar y dialogar con nosotros porque tienen su propia agenda y no toman en consideración la situación tan inestable y difícil por la que atraviesa Egipto".
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EGIPTO

El Ejército pide a los egipcios que abandonen las protestas en la calle

Los manifestantes consideran insuficiente el anuncio de Mubarak de ceder el poder en septiembre y acuden de nuevo a la plaza Tahrir de El Cairo


  Escuchado el anuncio de Hosni Mubarak, ayer, de que no se va, pero que no se presentará a la reelección en las presidenciales de septiembre, y visto el poder de convocatoria del movimiento que reclama la salida del dictador con una masiva concentración -cientos de miles de personas- en la plaza de la Liberación de El Cairo, el Ejército egipcio ha tomado la palabra hoy para llamar a los ciudadanos, que inician hoy el noveno día de protestas, a que vuelvan a sus casas. Se ha escuchado vuestro mensaje y se han atendido vuestras demandas, dice el estamento militar, personaje clave en el país por el apoyo que goza entre la población pero también como cuna del actual presidente y de los dos anteriores.
"Las Fuerzas Armadas os llaman. Empezasteis saliendo a la calle para expresar vuestras demandas y sois los únicos capaces de recuperar la vida normal", ha dicho un portavoz militar, dado que ahora -se supone que tras la intervención presidencial de ayer- se ha escuchado el mensaje de los manifestantes y sus demandas de mayor libertad y democracia van a ser atendidas. La llamada a abandonar las calles y las protestas ha sido realizada apenas unas horas después de que Mubarak, anunciara que no optaría a un sexto mandato en las elecciones presidenciales, previstas para septiembre. En todo caso, dejó claro que tenía la intención de pilotar el país hasta entonces, pese a las presiones, dentro del país y fuera, de que inicie "ahora" la transición. Así se lo pidió ayer, el presidente de EE UU, Barack Obama, que le urgió a una "transición verdadera, pacífica y que tiene que empezar ahora".

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