Nota del autor de este blog publicada en dos partes (aquí completa) en la Revista bimestral: Micropolíticas, de la ciudad de Rosario. La misma fue escrita en febrero de 2011
Los medios del poder, el poder del medio, el medio en el poder, poder ponerse en el medio. Siempre en pos de expandir, abultar, proteger y favorecer al capital…
Los medios del poder.
El poder siempre busca la forma de crear, imponer y sostener sus ideas, prácticas, normas y sus ganancias. Así, para no ir tan lejos, pero sin partir de tan cerca, miraremos los procesos por los cuales el capital internacional y el nacional, con sus variantes provinciales (coloniales – feudales; los Saa, los Giojia, los Insfrán,los Juarez seguidos de Zamora, los Romero, Urtubey, etc. Para nombrar sólo los más claros exponentes), va mutando en sus formas, acciones, discursos e imágenes, para sostenerse, avanzar, expandirse, protegerse, y multiplicarse.
Desde la dictadura, nuestro punto de inicio en esta rápida mirada, recreó ideas de sesgo fundamentalista religioso (Dios-Patria y hogar), convirtió a la desfigurada estructura del estado en centro operacional de vigilancia, coerción, represión, persecución política y desaparición de los enemigos (desaparición de trabajadores, religiosos/as, jóvenes universitarios, militantes de fuerzas revolucionarias armadas, intelectuales, maestras/os, cooperativistas, artistas, profesores/as, investigadores/as, periodistas, científicos/as, estudiantes, campesinos/as, gremialistas de base, gente con principios y con ganas de hacer otro país), junto a la imposición de normas autoritarias y de concentración del poder bajo la idea de la seguridad y la organización nacional. Su medio fue la utilización de la fuerza de las armas del y desde el estado en todas sus dimensiones. Esparcir el terror. Más el control, la regulación, el saqueo y la destrucción de todo lo que, en el aparato productivo - económico no se alineara con los sectores financieros internacionales (toma de deuda de los bancos rebosante del dinero del petróleo más, hacia los fines de la dictadura, la estatización de la deuda privada hecha por Cavallo, que le costara al Estado 17000 millones de dólares). La censura (mediático cultural), la persecución y desaparición de todo lo que fuera contra-información-formación al régimen dictatorial.
La derecha y la clase media acomodada al miedo, a la ruleta financiera y al discurso fariseo-moralista se quejaban de los tantos millones de personas que querían otro país, pero nada hicieron para que la gente no llegue a desearlo. Avalaron siempre las dictaduras anteriores y cuando hubo democracia quisieron el poder a costa de lo que fuera en complicidad con los burócratas estatales y sindicales. Si una sociedad produce descontentos tendrá buscadores de la alegría.
Con el advenimiento de la democracia alfonsinista cambiaron los medios. En principio fue la calle, la marcha, el acto multitudinario la mayor expresión de una nueva etapa. (El capital se tornaba más democrático y con fuerzas sociales y políticas disminuidas por la dictadura, mucho no tendría que preocuparse en el nuevo juego). Otro medio puesto de relieve fue la justicia, que sirvió a los actores civiles en el fortalecimiento de su nuevo protagonismo intentado un corte con la dictadura el que a la vez era necesario para garantizar lo que el capitalismo llama, “reglas de juego serias”. El juicio a las juntas (las malas juntas) será entonces un intento que luego el propio stablishment se encargará de tirar abajo (También recordar que esto se hizo bajo la llamada “Teoría de los dos demonios” pues el decreto de Alfonsín incluye al ERP y a Montoneros para el juzgamiento junto a los militares. También recordar que las junta militar antes de irse se había promulgado una autoadmistía). Hubo por entonces una revalorización de la palabra y la participación. El discurso estuvo nuevamente en los mítines pero también en las aulas, en los clubes, en las oficinas, en las universidades. A las prácticas de gobierno se le instalaron dos ejes desde el poder financiero deviniente y reinante desde la dictadura: deuda externa e inflación más un sector industrial nacional golpeado y en una parte corrompido. Por ende lo que estuvo al medio de las discusiones sobre el final de este primer gobierno pos dictatorial fue el papel del estado y las finanzas. Junto a ello se empezaba a poner de relieve otro tema que estaría al centro de las discusiones posteriores: la burocracia del estado y los partidos, los gremios y centrales obreras (recordemos el papel que tuvo el movimiento obrero en este período, con 13 paros generales en el ´86, y como cambiarán sus acciones en pos de seguir los pasos del capital), y los intentos privatizadores que desembarcarían con todo años más tarde.
El centro del movimiento socio-popular de este período residió en los organismos de Derechos Humanos, sobresaliendo las Madres y las Abuelas luego. La derecha y la clase media acomodada al miedo, a la ruleta financiera y al discurso fariseo-moralista se quejaban de los tantos protagonismos. Pero como no haber Madres y Abuelas sin tanto hijo y nieto desaparecido, tanto dolor y tanta injusticia.
Así llega el período estrictamente neoliberal, en los 90`, puesto al medio del ruedo algo que los militantes de los 70´ habían visto fracasar y que en el alfonsinismo apenas fue una ilusión edulcorada (con la democracia se come, se educa, se cura…), fue el tema de la revolución: productiva por supuesto y junto a ello se instaló con una fuerza sin precedentes el papel de los medios (Tiempo Nuevo por caso y el eterno Grondona, primero juntos, luego separados, pero con la misma saña) Desde allí cobro singular interés el mundo en proceso de globalización liberal, el estado como carga para los pueblos y lo privado como la panacea para el desarrollo y la transformación de un país que hasta ese momento, no había podido levantar cabeza. Así, los 90´tuvieron en su centro, partiendo al medio la realidad, las privatizaciones (en lo más grosero: YPF, las Telecomunicaciones, Aerolíneas, Aeropuertos, Rutas, Sistema Jubilatorio, Salud, etc), la destrucción de viejos organismos de control y regulación y la creación de otros afines, la alineación dólar-peso, como si fuera igual decir EEUU-Argentina, blanqueo de la deuda ilegal, adquisición por parte del estado, como deuda pública, de la deuda privada (que continuará hasta el período actual por lo cual se niegan a tratar la Ley de Entidades Financieras), relaciones carnales, reforma constitucional y desmembramiento territorial con entrega de los patrimonios provinciales a las multinacionales (a través de los socios locales. Este mecanismo de los ´90 se ve funcionando en plenitud con los contratos petroleros provinciales y sobre todo con la minería a cielo abierto que da pie a la impunidad de casi todos los gobernadores cordilleranos desconociendo algunos de ellos por ejemplo la Ley de Glaciares bajo el pretexto de lo federal) y una profunda reforma educativa que profundizó las diferencias entre las clases altas y dirigenciales ( puso a las escuelas en competencia y a maestros y profesores en una carrera tras puntajes y títulos, sin precedente, quebrando viejas solidaridades) y los sectores rurales (con la introducción, tras la negación de Brasil, de la famosa y no menos nefasta soja transgénica que luego entrara por contrabando al país carioca, introducción permitida por Felipe Solá, el Dualde otrora gobernador y Menem), trabajadores y populares (que comenzarán a experimentar la escuela comedor, la escuela contención, la escuela diversidad de maneras y dificultades para aprender por los graves problemas sociales)
En este momento empezarán a ocupar centralmente la escena los movimientos piqueteros, (también a mediados de los ´90 comenzará tomar forma la CTA, que está ligada a la nueva traición de las burocracias sindicales a los trabajadores) sobre todo de desocupados. La derecha y la clase media acomodada al miedo, a la ruleta financiera y al discurso fariseo-moralista se quejaban de los tantos cortes y protestas. Qué pretendían, que además de sufrir el desarraigo laboral, la pérdida de los salarios, la imposibilidad de la reinserción, el mal cobro de sus indemnizaciones, se quedaran en sus casas a festejar como si en vez de ser un desocupado hubieran sido mandado a vacacionar hasta que se cansen.
De La Rua fue sólo continuidad de los ´90 y el poder progresista que se había reorganizado dentro de la partidocracia (FrePaSo que había tenido como antecedente al Frente Grande), estando al medio por un instante (Alianza), de las posibilidades de lo que vendría, no alcanzó a ser un tibio esbozo fagocitado por la impericia e impunidad de los continuadores de las líneas generales del neoliberalismo noventista y un progresismo tibio e impaciente que antes de hacerse históricamente fuerte se hace apresuradamente escueto y dirigido por líderes inconsecuentes.
Así llegamos al 2001 donde el medio, para el poder, es en principio un intento de represión (que se cobró dolorosas víctimas del pueblo nuevamente), pero que no tendría ni cerca las condiciones de los 70 como para imponerse por la fuerza. El medio para el pueblo fue las rutas, las calles y los puentes, organizándose más horizontalmente y en nuevas autonomías, alejados del sindicalismo que hiciera 13 paros generales en los ´80 y entregara sus trabajadores a la calle en los `90. Los piquetes de los ex pueblos del petróleo estatal y los desocupados de las grandes ciudades llegarán al pico de su protagonismo, a quienes se le sumarán una clase media que vio venirse abajo (muchas pasando a engrosar la clase pobre y dentro del campesinado cuando en 1988 eran 282029 productores de 200 ha o menos pasaron a ser 206736 en 2002, es decir 75293 productores pequeños menos) sus estanterías y ahorros. “Que se vayan todos y, piquete y cacerola, la lucha es una sola”, son las “profecías fundadoras” al decir de Alfredo Grande, que luego se verán fagocitadas por la reconstrucción de los poderes del estado, el reajuste de la moneda y el aprovechamiento, de parte del estado K, de las fuerzas populares, para generar un neo clientelismo y el posterior crecimiento y reconstrucción de los aparatos partidarios tradicionales favorecidos por las nuevas condiciones del mercado mundial con su voracidad por todo aquello que sea mineral o vegetal.
No es casual entonces que entre piquetes y cacerolas comiencen a enfebrecer las calles de las ciudades y pueblos las asambleas ciudadanas (con el surgimiento de ellas se mezclarán pequeños grupos sociales que vienen desde antes trabajando por reivindicaciones particulares como género, drogadicción, tierra y hábitat, educación popular, cultura y arte popular, comunicación popular – comunitaria – alternativa, ecología-medio ambiente, jubilados, mujeres golpeadas, mujeres del campo que perdieron sus tierras, movimientos campesinos e indígenas, y muchas más)
Será este pequeño período el más bajo en eso de: La derecha y la clase media acomodada al miedo, a la ruleta financiera y al discurso fariseo-moralista…. Pues ahora están comprometidas sus esperanzas de futuro, de trabajo y sus ansias de recuperación de los ahorros.
La década K, a la que estamos asistiendo a su fin (no porque vaya a perder o ganar la elección presidencial de este año, sino porque ya fue revelada su alianza, de una grave claridad (presencia en el G20 – discurso en el cierre del Seminario de negocios de Quatar el 18-01-11), con los nuevos actores del capitalismo mundial y sus voceros: Naciones Unidas y la FAO, encontrará nuevos medios para continuar lo que moldearon a fuerza de armas y reglas financieras impúdicas, los sectores financieros internacionales a partir de la dictadura del 76. Eso que afianzaron con movidas hiperinflacionarias y extorsiones a través de una deuda externa corrupta, ilegítima e ilegal según fue demostrado ante la justicia, (caso Olmos) y que luego procediera a avanzar con las maniobras de desguace del estado nacional, la cultura del trabajo y el sistema educativo por nombrar sólo algo. Precedidos, en el modo de reorganización del estado capitalista, por un Duhalde que no puede avanzar en ello sino es reprimiendo (Maximiliano Kosteky y Darío Santillán asecinados por la policía mandada por Duhalde), volviéndose feroz contra los sectores populares y dejando indicios, a los que le seguirán, como el tomar la reivindicación del Fre.Na.Po. y convertirla en programa del estado vaciándola del sustancial contenido (Jefes y Jefas de hogar). Al fin, los k (que asumieran con el 22% de los votos) encontrarán como mejor manera de continuar con el saqueo y el modelo agro exportador (ahora agro-minero semi - industrial exportador) la reafirmación de los poderes del estado, la ampliación de sus funciones y la recomposición de la partidocracia discursiva, capturando para sí y vaciando de sentido popular conceptos como: democracia – derechos humanos – transversalidad – pueblo/popular – distribución - federalismo.
Siendo que es la parte más reciente de nuestra historia, afinando un poco la mirada, se puede ver como en la década K, desde el gobierno, fueron construyendo poder mediante estrategias claras y diferentes según las manifestaciones coyunturales. Así podemos apreciar en un principio un discurso y unas acciones tendientes a cooptar (las ambiciones de poder popular) y captar (las intenciones y creencias de quienes quieren construir poder popular) a través de los Derechos Humanos (por supuesto que aquí no todos fueron cooptados o captados). Luego seguirían Cooptando y captando con otras variables asociadas a esta, como la comunicación (lucha de los medios alternativos), el sistema previsional, el manejo de fondos (un vuelto pero que nunca estuvo en ningún otro gobierno) para el pequeño campesinado, los grupos y movimientos de trabajos barriales, con la creación de secretarías populares, la Asignación Universal por hijo (que esconde la concentración de la tierra y un sistema de mercado incapaz de resolver el problema del trabajo digno, saludable, sustentable de todos los y las trabajadoras sin dejar de desconocer el derecho a un salario universal como agregado a la dignidad y no como dignificador). Viejas luchas fueron tomadas inteligentemente y puestas entre el poder de la continuidad neoliberal y las diferentes y nunca unificadas proclamas, reivindicaciones y luchas populares. Luego, con el conflicto de la 125, CK. pondrá al medio, ya no las reivindicaciones populares, pues las que le quedan son aquellas con las que jamás negociaría nada. Porque: las primeras no quieren negociar con quienes lo persiguen, matan y traban en sus búsquedas (organizaciones sociales y populares contra el agro-negocio, la minería a cielo abierto, contra el desmonte y la quita de tierras, contra la trata, el narcotráfico, contra la violencia policial o de las patotas del poder sindical) y porque además ellas representan justo, la práctica económica prevaleciente en su propuesta neocolonial (neoliberal), y son la caja grande de su poder actual. Allí, encontramos cómo una estrategia ha sido poner todas las discusiones ligadas a estas problemáticas bajo el tenor de la ley. Es decir. El medio es la ley y con esto es la cámara de Diputados y la de Senadores. De esta manera, (en el país de “hecha la ley hecha la trampa” o mejor dicho, de “la ley de la telaraña” el más chico queda, el grande la rompe y escapa), lo que se acerca a los ideales debatidos queda en los papeles pero en la realidad no tiene aplicación (Ver ejemplo Ley de Glaciares en el contexto amplio y macro de toda la mega minería). Sirve, de algún modo como parámetro ético y como recurso ante la justicia, lo cual obliga a mirar cómo está esta última, la que también fue siempre un medio para regular las pujas de poder al interior del capital. En lo que respecta a las leyes como medios baste pensar en los deficientes y casi nulos órganos de control (por ejemplo: para la provincia de Santa Fe en lo que respecta a Fitosanitarios los inspectores no son más de 10 amén de que responden a la política sojera y no sirven al resguardo de las poblaciones), o la corrupción intrínseca a estos organismos o el relativismo, el amiguismo que priman antes que lo justo.
El poder del medio.
Nos concentraremos ahora en sólo un par de medios utilizados por el poder, a los fines de pensar un poco más como funciona su permanencia como eje vertebrador del capitalismo actual.
De la ley ya algo hablamos así que lo dejaremos para otra ocasión y nos ocuparemos ahora de la cooptación (la cooptación es el mecanismo, los medios para cooptar son, ya veremos: apropiación de reivindicaciones del campo popular, oferta de dinero, cargos, poder, protagonismo histórico supuestamente transformador, “rebeldía” con comodidad y sin riesgos, trabajo para poder sobre vivir).
La cooptación es la palabra elegida para marcar una dinámica. Esta, muestra el límite que habita alguien que en principio está en una parte y luego pasa a otra que anteriormente era vista, al menos, como muy diferente y en el mejor de los casos como enemiga o antagónica a sus intereses. Aquí me interesa reflexionar sobre algunos puntos, mirando el lado de los cooptados y no de los cooptadores solamente, a quienes conocemos más (al menos eso creíamos y mirá como nos fue):
Para que alguien sea cooptado:
1- Tiene que haber tenido ciertas debilidades (asumidas u ocultas) por las cuales en algún momento ha creído que de la manera estaba caminando y con quienes, no era posible concretar los sueños, propuestas, proyectos o reivindicaciones. Aquí, la categoría “debilidad” no necesariamente se aplica a la imagen que estos daban o dan. Alguien puede parecer fuerte pero en realidad, por desesperación, percepción desajustada del otro oponente, falta de confianza en el proyecto o en el proceso, cansancios, apuros, sucumbe ante quien parece darle todas las respuestas o al menos la apariencia de conseguirlas más rápido. Y he aquí que no se trata de velocidad sino de profundidad, no se trata de legalidad sino de legitimidad, no se trata sólo de intereses sino de honestidades y búsqueda de la verdad, no se trata tanto de poder sino de ser, ni de ir por lo particular sino por lo de todos y con todos. Cuando se cede la autonomía, que siempre es autonomía del estado, no sólo se entregan, prestan o ponen a disposición del otro estrategias, herramientas u organización sino se va mucho del espíritu, del alma, de la esencia por la que se construyó todo aquello en lo que se creía. (por eso, debilidad es también fortalezas que sólo cobrarán nuevo valor o tendrán posibilidad de realización aparente en el campo del enemigo y no en el propio). No juzgo en esto, pues no es fácil cuando la realidad de muchos, debe pasar al plano de la cooptación como factor de sobrevivencia emocional, estamental, generacional o material.
2- Otro mecanismo de cooptación menos atendible, es aquel por el cual alguien o alguienes se pasan al otro lado, se dejan institucionalizar por las lógicas del estado, el capital y su poder a cambio de acceder a parte del dinero que este estado capital le ofrece, para pertenecer a ese flanco de la administración del poder, aunque al lado de los otros sea minúsculo. La peor de las cooptaciones en este sentido es la dada a cambio de dinero y cargos. Pues las jerarquizaciones rentadas no sólo pervierten las propuestas autónomas sino a los sujetos constructores de las mismas, convirtiendo a los ocupantes del escalón más alto en replicadores de las lógicas del poder cooptador, comprador o corruptor (incluso a los fines de permanecer en el poder porque se tiene un muy buen proyecto popular. Si aquí lo planteo abruptamente no hay que dejar de desconocer los grises, las pruebas por ensayo-error de algunas organizaciones e intento bien intencionados que de todos modos creo no darán más positivo que negativo por la lógica que los rige. También se puede hablar en esta instancia de que las concepciones de poder sostenidas por los cooptados no son disímiles de quienes los cooptan y en ese sentido hay un parecido que si lo es en la lógica después cuesta separarlo en la aplicación, aunque los fines parezcan totalmente distintos.
3- Por otra parte, un facilitador de la cooptación que incluye de algún modo a los dos anteriores, tiene que ver con como los movimientos y organizaciones sociales y populares han ido construyendo un campo popular más amplio y contenedor de todas sus variantes y luchas. Aquí aparece con claridad la dificultad que esta tarea conlleva y que no está desprovista de problemas que van desde lo actitudinal (peleas y competencias por liderazgos de algo que aun no es y que costará que sea, desconfianzas, mezquindades), problemas para sostener las autonomías desde la autogestión, dependiendo siempre de factores externos (financiamiento) a las propias organizaciones, apuros e impaciencias frente a problemas estructurales y lecturas de las manifestaciones coyunturales de esas estructuras que no se ajustan a lo más fidedigno posible en la comprensión de la realidad como una totalidad, falta de lecturas más colectivas y amplias y un proceso de resistencias con dificultades para proponer o vivir desde ahora desde y en el paradigma radicalmente diferente al propuesto por el capitalismo y sus versiones que conlleva a rendirse a las contradicciones que en un punto por fatalismo se aparecen como insuperables (así se quiebran solidaridades, se priorizan apoyos y se niegan violaciones actuales en pos de sanar otras violaciones, etc.)
4- También podríamos hablar de las cooptaciones ideológicas, sensitivas y laborales que cruzan los modos de configuración de las nuevas subjetividades, del planteo de los nuevos modos de relación de las organizaciones entre sí y con este estado y los partidos y en el terreno de la sobrevivencia particular para realizar el proyecto personal de vida. Puedo ser progresista apoyando leyes por internet y defendiendo los glaciares en una escuela, mientras discrimino a mis alumnos por su pobreza o por su disciplina tan indisciplinada. Puedo ser rebelde sintiendo compasión por las luchas de los pueblos originarios, mirando documentales y pasándolos, yendo a charlas y poniéndome triste por el medio ambiente, aunque luego no haga nada. Puedo saber muy bien que este gobierno en este estado es continuidad del proceso iniciado (al menos) en la dictadura pero tengo que trabajar para algún programa de ese estado, que es la caracterización de este gobierno actual o, para una empresa de las depredadoras ambientales o sociales y no tenemos muchas opciones para inventar lo propio, dada la salida feroz del capitalismo en la argentina a través de la partidocracia, para re-institucionalizar bajo su lógica todo lo que había perdido. Entonces sé, pero aun estoy cooptado de hecho (autoritariamente por las escasas alternativas que este sistema dispone) por eso se intenta hacer la maña, buscar atajos, reinventar opciones, alimentar libertades en el mientras tanto.
El medio en el poder.
Cuando lo que fue utilizado como medio para ejercer la dominación de los poderosos sobre las mayorías (divididas en muchísimas minorías con sus particularidades y sus trasfondos comunes a la vez) es develado, este medio pierde algo de su efecto mediatizador y debe ser cambiado por quienes tienen la dominancia por otro medio que sirva a los fines de nuevos engaños dominiatoriales (si me permiten la invención). Vamos a un ejemplo:
El conflicto con el mal llamado “campo” pasó por varias mediatizaciones, aunque siempre intentando dejar en claro una lógica sostenida por el proceso K, pero que remite a la historia nacional (unitarios-federales, azules-colorados, peronistas-radicales, river-boca, K -derecha anti K y creemos ser críticos de ellos entonces somos funcionales a la derecha, siendo que ellos creen no serla, es toda una confusión de la que aun sacan partido o con la que hacen partido) a saber: Estuvo en las rutas del interior agrario y allí se sostuvo. Medio para instalar la lucha apropiado y copiado a los despreciados (por los ruralistas) trabajadores sin trabajo que organizan/ban piquetes frente al estado y las patronales. Inmediatamente la lucha se encarnó en los discursos que plagaron de retóricas variadas pero no demasiado diferentes de los medios oficiales y los privados en pugna con el gobierno, así crecieron programas y voces que otrora pertenecían a la derecha pro dictadura, silenciada frente al avance social de la condena a ese proceso genocida, instalada con 20 años de lucha de los organismos de derechos humanos y las organizaciones sociales y populares. Y los intelectuales de izquierda que no encontraban un país donde tener adeptos y sujetos que parezcan los de su revolución, porque tuvieron medio para decir. Cabe aclarar que tanto esos predicadores como los sujetos ni son revolucionarios y que los medios para decir los tienen, no por a quienes confrontan sino por a quienes adulan. De las rutas a los medios, el medio se fue corriendo hasta llegar a las plazas y a la movilización popular (monumento a la bandera “campo”, plaza de mayo “gobierno”). De la movilización pasó al congreso donde entidades, burócratas, legisladores, asesores y ciudadanos se dieron a una discusión que cuando comenzó a develar el modelo agro exportador y su soja de los venenos junto a las grandes masas de dinero que manejaba el gobierno, entró en una apresurada voluntad de cierre de las partes en conflicto. Allí aparece el Senado, el mismo que iniciara el declive de De La Rua, ahora marcando el ascenso de los mercenarios a su mayor vedetismo, al punto de que incluso, resucitó al decrepito procesado por las alevosas corrupciones de sus años 90´. Y el desgraciadamente famoso Vice del voto no positivo se convirtió no en un traidor, sino en la expresión más clara de cómo está planteado el juego y de quienes (la ideología que representa cleto) son los que dirimen la puja interna de los capitales.
Poder ponerse en el medio.
Siempre fue un intento de las organizaciones de la sociedad civil poder poner en el centro de la realidad sus preocupaciones, demandas, problemas, sueños, ideas, construcciones. No por capricho, sino porque su lugar fue siempre el olvido, el costado, la basura, el hambre, el despojo, la contaminación, el desierto, la villa.
Siempre que se pone al medio corre riesgos, que sabe debe asumir para que estos puedan ser visibilizados y apropiados por otros, tantos muchos otros y otras.
En esto hay varias dificultades:
- Que te coopten o capten, como dijimos anteriormente: (Como a algunas organizaciones de Derechos Humanos o territoriales, o personas de tradición en el trabajo autónomo y popular)
- Que tergiversen el problema planteado. (Como intentan con algunas reivindicaciones de los trabajadores, pasándolas al plano de una disputa política en términos partidarios, confundiendo a través de ligar la palabra política con partidismo)
- Que sea puesto al medio de la sociedad en un tiempo poco oportuno, ya sea porque no se cuenta con la fuerza suficiente para hacerlo, o la construcción no tiene claridades al respecto o simplemente porque será fácil acallar esas voces no habiendo quien se solidarice o proteja o ayude. Aunque siempre alguien tiene que decir las primera palabras:(Como sucedió a las madres durante la dictadura, como fue con los piqueteros al inicio, o con las primeras empresas recuperadas, como les pasó a los que rompieron con las burocracias sindicales, como le puede suceder a alguien que no está con este gobierno, no es de derecha, tampoco Trotsko y puede quedar sólo de toda soledad o al menos aislado temporalmente)
- Que los actores del mismo sean perseguidos, difamados, encarcelados o desaparecido. (Aquí también es válido el ejemplo de las madres, también de la lucha del pueblo Qum, o los de Maxi y Dario, Julio López, Luciano Arruga, asambleístas contra la minería o la soja, los pibes víctma del gatillo fácil, las mujeres que luchan por sus libertades, etc. y seguro es muy larga la lista antigua y también la actual)
- Que tenga costos muy altos para quienes sufren las consecuencias de ese problema y haya que replegarse. (Como sucede con gente que denuncia en sus pueblos o ciudades el trabajo precarizado y corre el riesgo de que sus familiares sean echados, o denuncian fumigaciones pero son contratados para otros trabajos, por el mismo que los rocía con el veneno en sus barrios)
- Que no se esté preparado para la contraofensiva del poder y huya la manada perdiendo a los más débiles en la retirada, o se emprenda una fuga en la cual después se pierde el sentido o la orientación vital por la que se vivía o se luchaba. (Quizá algo de esto pasó con las Asambleas y con organizaciones chiquitas que no pudieron agruparse con otras frente a municipios fuertes y provincias feudales).
- Y seguro se podrán agregar muchas dificultades más
Es una necesidad hacerse visible pero no hacerse moda. Ni la desocupación, ni la lucha por los derechos humanos, ni por el medio ambiente, ni contra el trabajo esclavo pueden ser modas reivindicativas, están todas atravesadas, producidas por la misma lógica y los mismos intereses, el del capital. Son un resultado de sus tripas y quieren que creamos que nosotros somos ese resultado. Nosotros padecemos sus resultados pero somos otra cosa, estamos llamados a la dignidad, somos la dignidad, rebelde porque le decimos “no” a ese entripado. Más que hacerse/nos visible también hacerse/nos parte, con las otras partes de ese todo mancillado y explotado, enfermado y vilipendiado por el capital y sus señores del estado y de lo privado. Vernos, decirnos, olfatearnos, juntarnos, apasionarnos y construirnos juntos, sabiéndonos mediatizados por los vicios de esta coyuntura, pero sin perder la mirada y el espíritu de fondo, Pararnos dignos frente a ellas y sabernos. Que no es en soledad que se hace la dignidad, la alegría, la bronca y esa esperanza que nos junte y se haga otra vida.
Al fin de cuentas, el medio por el cual ha de pasar la pasión por la vida y la lucha por otro mundo, somos nosotros con nuestra dignidad, y los problemas por los que todos incurrimos en la infelicidad, sin ser simplistas, pasan por algún grado de deshumanización. La vida está en nosotros, somos el medio para ella, por ello los señores del dinero quieren matar o maniatar nuestros cuerpos, nuestras palabras, nuestras manos y pensamientos, nuestros deseos, nuestro sexo e incluso nuestros dolores y dudas. Unas luchas por las humanizaciones de los y las mayorías ha de contemplar a cada persona, sujeto por sujeto, dolor por dolor, infelicidad por infelicidad, con la palabra y el gesto particular de cada quien, y a la vez podrá hacerlo si es en colectivo, en movimiento, con organización y libertad.
Desesperanzarse, apurarse, ponerse un precio, canjearse, rendirse, creérsela, vedetizarse, dogmatizarse, traicionarse, huir, negarse, quedarse quieto, son formas de ir hacia el fracaso. Frente al capitalismo tendremos muchas derrotas y las seguiremos teniendo. Pero esas derrotas no son nuestro fracaso, son acaso nuestro aprendizaje para volver a intentar ser más (al decir de Paulo Freire) y seguir amando la libertad, la dignidad y otro mundo donde quepan todos los mundos humanizantes que queramos inventar, los que con todo el amor soñamos.
Quien se espeja en el poder deja de ver al ser humano. El poder ya no lo ve.
Fernando Albrecht - Hersilia, febrero de 2011
Leer crítica a este texto en Micropolíticas pág. 6 y 7
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