domingo, 1 de julio de 2012

Ceres, la diosa de la agricultura, se ha vuelto drogadependiente.

Ceres, la diosa de la agricultura, se ha vuelto drogadependiente.


Para poder sobrevivir, la diosa Ceres necesita drogarse. Cayó bajo el maleficio de la drogadicción. Si no se da, no puede vivir y mientras muere, más viva cree estar. Como ese cantante que produjo canciones y recitales a más no poder siempre bajo los efectos de narcóticos y paró cuando reventó. Por algo penalizan a quienes ganan en deportes y se les encuentran drogas. Porque claro: rinden más, obvioooo, más vale que rinden más, peroooo, se terminan antes y destruyen todo el sentido que el deporte tiene.

A la diosa le pasa igual, por siglos se mantuvo y mantuvo a millones sin usar un gramito de nada. Pero ahora, ¡altro que gramos!, kilos necesita, litros de droga, y de la pesada (en verdad no hay ni una liviana).

La diosa Ceres se da con todo: “¡quiero merca!” dice, cuando ve lo que los expertos nombraron como maleza, entre sus tierras, y la decretaron su enemiga. Entonces: dale glifosato, 2-4d y si aparece un vichito un saque se cipermetrina o clorpirifós.

Sin merca no funciona.

Muy adicta, la diosa Ceres, cree que no puede salir a la calle sino se estimula. Los efectos tóxicos, pero a la vez alucinantes, de los pesticidas le hace ver, no ya doble, sino una realidad 4x4. Fantasea que todo lo resuelve con llamadas y conversaciones de café o de oficina. Va de paseo al campo y cuando pasa por los barrios antes de salir, en su vuelo dolarizado, de la ciudad, apenas si alcanza a ver allí afuera algo que se mueve. Es que los polarizados no sólo están en los vidrios sino también en la mirada, en el alma.

La diosa Ceres no puede ver lo que está pasando entre súbditos, adoradores y el público que apenas sigue sus avatares. Es comprensible, la diosa está rodeada de expertos que le mienten. Le dicen que eso que usa, como a ciertas estrellas, usado en la medida justa y bien no le hará nada. Le dicen que se de nomás, que todo eso ya fue probado, incluso se la recetan y hay prestigiosas organizaciones que dan fe sobre sus supuestos beneficios. Ella, por las dudas, no pregunta. Si hasta tienen títulos aparentemente importantes esos asesores. No los eligió ella, hay que aclararlo. De algún modo ellos se fueron apropiando de su vida. Ignora que ellos trabajan para los vendedores, para los distribuidores y lo peor, es que los que la trafican han logrado legalizarla.

“¡Quiero merca!”, repite la diosa mientras tres orugas soñolientas intentan comerse unas hojitas de alfalfa. “¡Me comen, me muero!”, grita y enseguida le aplican la dosis. Ella respira, es una forma de decir, en realidad tose y cuanto más tose cree estar mejor. Si le dijeron que era la tos, y esas deformaciones que tenía, lo que espanta a las orugas.

La diosa está tan confundida que ya no sabe que hacer.

Un grupo que intenta que no la sigan enfermando le ha pedido a quienes la administran que aflojen un poco. Pero un poquito nomás. No le pidieron que se deje de dar. ¡NOOO! puede entrar en shock, el síndrome de aftinencia puede ser letal. Nooo, piden nomás que no se de, cerca de los chicos, de los humildes laburantes, de los abuelos, que a ellos les puede hacer mal, porque de tanto que se da, algo vuela, algo se le escapa, siempre, es incontrolable.

Les pidieron a los controladores y a los que le dicen a la diosa que tiene que hacer, que a esas cosas, las haga un poquito más lejos, que la gente no quiere endrogarse con ella, que quieren vivir, que aun tienen sueños, que quieren ver crecer y hacerse grande a sus hijos, grandes y sanos, no enfermos y menos que no lleguen.

Los hombres que la aconsejan, algunos entienden y hacen honestos intentos, otros comprenden pero no se animan, le temen a los traficantes y prefieren esconder la cabeza.

Parece que la diosa, esta vez, no entrará a recuperación, dejarán que se siga dando, un poco menos, pero dando al fin y con ella, dándole a la gente.

El martes, la diosa tiene turno y allí seis concejeros votarán una receta: esperemos, decimos los que la queremos, que la ayuden a salir, aunque sea un poco, de tan terrible adicción, que le den la oportunidad de probar vivir sin químicos aunque sea en un poquito de ella.

Esta breve metáfora surge a raíz de que en la ciudad de Ceres este próximo martes 3 de julio se tratará la ordenanza que regula el uso de agrotóxico. A los vecinos autoconvocados, quienes impulsaron una propuesta que pide 800 metros libres, el bloque radical que posee tres concejales le había dicho a los vecinos que votaría por 500 metros libres de fumigaciones. Lo mismo había dicho el concejal Masento del Map. Recientemente, el bloque radical cambió de opinión repentinamente traicionando la palabra dada a los vecinos, no así el concejal del Map. Una actitud sumamente reprochable la del bloque radical, que habla de que frente a la política honesta, de verdad y con altura le han opuesto la politiquería y la sumisión al amiguismo. Han dicho ahora que votarán que en los 500 metros se permita fumigar a cada productor una vez al año. Nos han dicho que eso lo permitirán sólo por dos años, cosa que pedimos esté bien clara en la ordenanza ya que también desconfiamos de que eso sea cierto. Por eso es importante ir todos al Concejo Deliberante de Ceres este próximo martes a las 19 hs. Para ver que han escrito y que votarán no sólo el bloque radical, sino también los dos concejales del bloque peronista. 
Que no pasen por encima la salud de miles de ciudadanos cerecinos, que protejan a nuestros niños y niñas, a nuestros abuelos y abuelas, a las parejas que quieren tener hijos sin problemas y que los mismos puedan vivir sanos y libres...está en manos de 6 concejales. Ya sabremos a quienes deberemos agradecer porque nos cuidan la salud y a quienes responsabilizar porque nos someterán a más venenos sobre nuestros hijos, nuestras aguas y nuestra tierra. Cada vez más, en Ceres, el Departamento San Cristóbal, la Provincia de Santa Fe y la Argentina están quedando a la vista los responsables de que sigamos padeciendo enfermedades y muertes por algunos tipos de cáncer, malformaciones, abortos espontáneos, problemas hormonales, respiratorios, de piel, de riñones, etc. 
Dime con qué y a cuánto de tu casan te fumigan y te diré que es posible que sufras.

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