jueves, 2 de agosto de 2012

Un activista nacido en La Plata, asfixiado en una comisaría española


ARGENTINA
Un activista nacido en La Plata, asfixiado en una comisaría española

La muerte del argentino okupa

Juan Pablo Torroija fue detenido en la ciudad de Girona y horas después terminó hospitalizado con golpes y secuelas de una asfixia. La policía sostiene que se ahorcó en su celda. Pero hay evidencias que ponen en duda esa versión.

Por Emilio Ruchansky
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Juan Pablo Torroija nació en La Plata, tenía 41 años y dos hijos y vivía desde hacía ocho años en España.
A pocas horas de ser detenido por la policía española, el argentino Juan Pablo Torroija entró el 11 de julio pasado al Hospital Trueta, en la ciudad de Girona, con diversos golpes y asfixiado. Tres días después falleció, según la versión oficial, tras haberse ahorcado en la comisaría. “Llamamos a un amigo de él en Barcelona para que viajara a averiguar. No teníamos noticias hacía dos semanas. Nadie nos informó de su muerte. Y este amigo supo, por otro, que la policía lo había golpeado mucho durante la detención”, señaló ayer a este diario Ana Sol, hermana de Juan Pablo. Torroija era un activista del movimiento Okupa, estuvo con los indignados en Barcelona y se fue de ahí a fines de 2011, tras una serie de desalojos. Sus familiares exigen una nueva autopsia y ser parte querellante en el caso, mientras realizan los trámites para que la Cancillería argentina se sume al reclamo de esclarecimiento.

“Sabemos, por lo que informó el hospital, que Juan Pablo entró a las 4.52 del 11 de julio, trasladado desde la Comisaría Vista Alegre. Llegó en una ambulancia acompañado por la policía municipal. Ahora nos enteramos de que en su detención también participaron los Mossos d’Squadra, una división policial implicada en varios casos de tortura seguida de muerte”, dijo Florencia Mazzadi, directora de la organización Cine Migrante y amiga de Juan Pablo. El amigo que fue en su búsqueda, agregó, pudo ver distintos golpes en las costillas, piernas, manos y “el cuello con la nuez hundida”.
Este último detalle es el que más llamó la atención a familiares y amigos. La autopsia, a la que pudieron acceder ayer, afirma que falleció de un paro cardiorrespiratorio por la lesión sufrida en el cuello. “Pero en el cuello no hay fractura. Es decir que difícilmente se pudo haber ahorcado. Además de los golpes que tenía, en algunas partes le habían puesto cinta, no gasa, como para tapar algunos golpes”, afirmó Mazzadi. La policía adujo que Torroija fue perseguido y detenido tras intentar robar un auto. De hecho, la Justicia española abrió dos causas: una por el robo y otra por el suicidio.
El amigo de Torroija que contactaron los familiares y pudo ver el cuerpo relató que un joven italiano, también integrante del movimiento Okupa, le relató que el activista argentino fue duramente golpeado por la policía. “Y se tomó el cuello y le hizo unas señas, como dando a entender que lo habían ahorcado”, dijo Ana Sol Torroija. Ni la policía ni el hospital ni las autoridades locales informaron a los familiares, omitiendo lo dispuesto por la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares. Recién el sábado pasado, 14 días después de la muerte, llegó la noticia y por vías informales.
“No hagas caso de lo que dice la policía”, dijo el joven italiano al amigo del activista argentino, antes de despedirse. Según publica el Setmanari de Comunicació Directa, los Mossos d’Squadra atribuyeron la detención y el traslado a la policía provincial. “Una vez en la celda, intentó ahorcarse con su camisa, lo que fue observado desde las cámaras de videovigilancia. Los agentes intentaron reanimarlo mientras requerían la presencia del servicio de emergencias médicas”, contaron fuentes policiales al diario catalán.
Los Mossos están implicados en dos de las tres muertes dudosas ocurridas en el último año, entre otras, la de Mustafa el Marrachki, quien también se habría ahorcado según la policía, aunque el caso está siendo investigado. En el último informe de la Coordinadora para la Prevención y Denuncia de la Tortura se reseñan otros seis casos de supuestos suicidios en comisarías y cárceles en toda España durante 2011, advirtió Mazzadi, quien está ayudando a la familia a realizar varios pedidos a la Cancillería argentina para que intervenga como querellante.
“Recibimos las presentaciones y el tema se está evaluando. Seguramente mañana (por hoy) la Cancillería va a tomar una decisión sobre los pedidos”, afirmó anoche una fuente del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. El cuerpo de Torroija está en la funeraria Mémora que, según los familiares, sólo lo devolverá si ellos se hacen cargo del traslado del cuerpo para su posterior entierro, imposibilitando una nueva autopsia. Este último reclamo fue hecho por un hermanastro de Torroija, quien vive en España, es abogado y se presentó como querellante en representación de una hija del activista, nacida en suelo ibérico. Sus pedidos aún no recibieron respuesta.
Torroija tenía 41 años, vivía hacía ocho en España y era padre de dos hijos. Se mantenía haciendo changas, muchas relacionadas con el armado del sonido para recitales.
fuente  Pagina 12
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Murió un okupa argentino en España: sospechan de la policía

30/07/2012 

Cosecha Roja.-
El ciudadano argentino Juan Pablo Torroija vivía en un Okupa de Girona, España. Hace veinte días fue detenido por la policía y golpeado de forma salvaje. Agonizó durante dos días en un hospital y murió en circunstancias extrañas. Ni su familia ni el consulado argentino fueron avisados de la muerte.
Hoy, el cónsul argentino en Barcelona,  Felipe Álvarez de Toledo, le exigió a la justicia española conocer las causas de la muerte de Juan Pablo Torroija. “Esta mañana presentamos dos escritos ante los tribunales: uno de ellos pidiendo conocer las circunstancias de la muerte de Torroija, y otro para que el cuerpo no sea inhumado”, explicó Álvarez. Los familiares esperan que la Cancillería se sume al reclamo de esclarecimiento. Exigen una nueva autopsia y ser parte querellante en el caso.
“La familia y nosotros mismos conocimos los hechos hace muy poco. Por esta razón, la causa debe permanecer abierta hasta que se esclarezcan los hechos de la muerte de este ciudadano argentino”, agregó Álvarez de Toledo.
Hace siete años, Juan Pablo se fue a vivir a España. Quería estar al lado de Jazmín, su novia de entonces. Se vinculó al movimiento okupa de Barcelona, que busca recuperar viviendas abandonadas. El año pasado, cuando la Marcha de Los Indignados se desperdigó por Europa, las cosas se pusieron difíciles. A él y a todos sus compañeros de militancia los echaron de los viejos edificios y empezaron a perseguirlos. Tuvo que irse de la okupa Barna y llegó a Girona.
De 41 años y con una hija pequeña, en la nueva ciudad tenía pocos amigos. Todos sus conocidos estaban en Barcelona o en La Plata y Buenos Aires, sus territorios de antes. Estaba buscando naturalizarse en España y por eso tenía sus documentos en regla. En cada registro que firmaba, Juan Pablo dejaba el teléfono de su excompañera española: por si lo necesitaban, por si alguien lo buscaba.
El 10 de julio, a días de su cumpleaños, Juan Pablo desapareció. Este sábado, tras 18 días de buscarlo y llamarlo a los teléfonos de sus conocidos, la familia Torroija se enteró de que llevaba muerto dos semanas. También supieron, en Argentina, que algo extraño le había pasado.
Ese día, o tal vez el miércoles 11, la Policía de Girona, conocida como Mossos d’Squadra, lo detuvo en la calle. Estaba solo. Lo llevaron a la Comisaría Vista Alegre y de allí al Hospital Trueta, en el centro de Girona; al menos la ambulancia provenía de ese lugar. Aún no había amanecido. Tenía signos de ahorcamiento. La Policía dijo que Juan Pablo había intentado suicidarse. El relato de otro inmigrante dice algo diferente.
Un chico italiano llegó el 13 de julio a la casa de Mariano, uno de los pocos conocidos de Juan Pablo en la nueva ciudad. Le dijo que estaba en el hospital y que unos policías lo habían ahorcado; eso le describió con señas y casi en silencio. Después, el chico italiano se despidió. Solo agregó que él también se iría: los Mossos d’Squadra lo habían amenazado y ahora temía por su vida.
El conocido de Juan Pablo fue al hospital y lo vio agonizar. El cuerpo está guardado en una morgue judicial de Girona.
La familia Torroija se enteró este sábado de esa parte de la historia. Tuvieron que esperar que un amigo de Juan Pablo fuera a España a buscarlo y allí se encontrara con el relato de Mariano, el otro okupa. “Nos dijo que cuando Mariano lo vio estaba todo golpedo en la cabeza, en las costillas del lado izquierdo, en los brazos y con el cuello todo marcado, no por soga, sino por trauma. Que en todos esos lugares estaba cubierto con cinta blanca, como tapando los golpes”, contó una allegada de la familia.
Los médicos del Hospital Trueta habían dicho que el argentino tenía daños irreversibles por la asfixia. El 14 de julio, Juan Pablo murió. Según sus familiares, quien lo vio con vida no pudo avisarles porque no sabía cómo comunicarse: la Policía no le había entregado los objetos personales, donde tal vez estaría anotado un teléfono, un correo, una dirección.
El cónsul argentino aún no ha tenido acceso a la causa. Su muerte debió ser informada al consulado argentino en Girona, así también el proceso judicial que significó la aprehensión. “El cónsul de Argentina en Barcelona se enteró el sábado de la historia. Se presentó hoy al fiscal y no le dieron más explicación que la informada en la autopsia. Hay en este caso violación a los Derechos Humanos, estamos hablando de apremios ilegales y de torturas en situación de cárcel”, dice una allegada a la familia.
Entre Argentina y España hay un océano de distancia. Eso lo saben ahora los familiares de Juan Pablo. Primero, no han podido investigar los hechos o elevar un reclamo de justicia; segundo, no han logrado la repatriación del cadáver. Los amigos del okupa, antes asentados en Barcelona, hoy andan dispersos por toda España, no son ya el grupo cerrado y fuerte de antes de la crisis económica, que podría luchar contra algún desmán oficial. Sus conocidos en Girona son pocos y tienen miedo: temen que por escarbar en el caso de Juan Pablo los persigan aún más, que, como dijo Mariano, “se les vuelva a ir la mano”.
El hermanastro de Juan Pablo, junto a su excompañera y su hija, se presentaron con abogados al Juzgado N.° 1 de Girona. Sus intenciones eran que se realizara una nueva autopsia y que los policías que actuaron en la detención fueran interrogados. El juez desestimó ese pedido y agregó que no hay más para investigar: que la muerte del okupa argentino fue un suicidio. Al paso de los hechos, la causa será archivada en 15 días.
La respuesta que obtuvieron las autoridades consulares no fue mayor. Les entregaron el acta de la autopsia y el gobierno local les pidió disculpas por no haber informado del fallecimiento del ciudadano argentino.
fuente: web Cosecha Roja

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EL CASO DEL JOVEN ARGENTINO ASESINADO POR LA POLICIA ESPAÑOLA

“Jamás se suicidaría”, aseguró la exmujer de Juan Pablo Torroija

Jazmín Eyheralde, quien conocía al joven muerto en España desde los 15 años y con quien tuvo una hija, negó la versión de la policía española. Vive en Palma de Mallorca y se trasladó a Girona para saber más de la confusa muerte del hijo de un empresario de Trelew.
Jazmín Eyheralde aseguró hoy que a su ex pareja y padre de su hija, Juan Pablo Torroija, “lo mató la policía”, al desmentir a las autoridades locales que aseguraron que este militante del movimiento Okupa se suicidó en una celda de una comisaría de Girona, norte de España.

“No nos dejan ver el cuerpo. ¿Por qué no nos dejan?. ¿Qué está pasando? Si lo sacan de la morgue no podremos reclamar nada”, denunció Jazmín, quien se presentó esta mañana ante los Juzgados de Girona justo a un hermano de Torroija, Omar Vicente, y un abogado, Alejandro Francisco Torres Rico, para exigir información.

La jueza del caso recién volverá mañana de vacaciones, por lo que ellos regresarán también a los tribunales para pedir autorización para ver el cadáver y demandar los detalles de la dudosa muerte.

“Nos están presionando para que nos olvidemos de todo, pero no lo vamos a hacer. No vamos a parar hasta que se sepa la verdad. Se pensaban que no tenía familia, que era un argentino tirado, pero se equivocaron”, dijo Jazmín a Télam.

Jazmín, quien vive en Palma de Mallorca, se trasladó a Girona tras tener conocimiento de la muerte de Juan Pablo el pasado sábado, dos semanas después de la tragedia.

“No es normal que dejen a una persona en la morgue y no le avisen a la familia”, denuncia. “Creemos que lo mató la policía. Lo pienso yo, su hermana, sus padres y amigos. Había un chico con él, un italiano, que por algún motivo desapareció”, relata la ex pareja de Torroija.

“A mí no me cuadra nada, no me entra en la cabeza, él era un superviviente, no un suicida”, sostiene Jazmín, quien conoce a Juan Pablo desde los 15 años y, con su muerte, dice haber perdido a “un amigo de toda la vida”.

Juan Pablo murió el pasado 14 de julio en un hospital de Girona, a donde ingresó tres días antes tras un supuesto intento de suicidio cuando estaba bajo custodia policial en una celda de una comisaría de esta ciudad catalana. La policía lo había detenido tras acusarlo de un intento de robo de un vehículo.

Si bien los investigadores policiales aseguraron que se trató de un suicidio, la familia cree que en verdad pudo haberse tratado de un crimen. El fallecimiento del argentino no fue comunicado a las autoridades consulares por las vías oficiales.

“Como pareja no nos entendíamos, éramos el agua y el aceite, pero él era una buena persona, con buen corazón, no dejaría jamás a su hija, no se suicidaría”, dijo conmocionada esta mujer argentina de 44 años, madre de la menor de las dos hijas de Torroija.

Entre lágrimas, Jazmín explicó que Juan Pablo “siempre se ocupó de su hija a nivel afectivo” y “tenía proyectos para el futuro”. “Tengo mensajes de él en mi teléfono móvil (celular) y estaba bien. Estábamos planeando venir a visitarlo en octubre, porque quería mostrarnos donde vivía”, añadió Jazmín.

“Se que se fue a vivir a Girona porque quería tranquilidad, alejarse de la locura de Barcelona. Jamás se suicidaría”, insistió. Según Jazmín, Juan Pablo “vivía como Okupa porque era antisistema y tenía ideales anarquistas, pero era un niño bien, no tenía motivos para suicidarse”.

“Era una luz, vivía como quería, no tenía arrugas, ni preocupaciones. Su padre le enviaba dinero”, relató sobre la vida en España del hijo del empresario de Chubut Omar Torroija, propietario de la cadena de indumentaria y electrodomésticos Torca y ex presidente del club Independiente de Trelew.

“No nos cuadra el hecho de que estaba robando un coche, o que se hubiese ahorcado con una camisa. Si estaba detenido por un intento de robo y saldría en unos días ¿por qué iba a suicidarse en la comisaría?”, se pregunta Jazmín, sobre las circunstancias de la muerte de Juan Pablo.

La ex pareja de Torroija pudo hablar con alguno de los chicos que vivían con él y que fueron a verlo al hospital. “Dos chicos me dijeron que tenía golpes en las costillas, y que tenía los ojos cerrados pero se le caían las lágrimas”, cuenta sollozando.

“Otro chico me comentó algo terrible, que uno de los médicos dijo que si era argentino, inmigrante, y nadie lo reclamaba iba a terminar en una fosa común, y se lamentó de que ya no existieran”, relató Jazmín.

“Sé que él no se suicidó, quiero que se haga justicia, que se sepa qué paso”, remarcó.El consulado argentino en Barcelona también exigió hoy ante la justicia española conocer las causas y circunstancias de la muerte de Juan Pablo Torroija.

(Télam)

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