jueves, 14 de marzo de 2013

Nuevo México y Pensilvania piden el etiquetado de piensos y alimentos transgénicos


Nuevo México pide el etiquetado de piensos y alimentos transgénicos


Etiquetado de alimentos transgénicos
http://www.gastronomiaycia.com/2013/01/09/nuevo-mexico-pide-el-etiquetado-de-piensos-y-alimentos-transgenicos/
En Estados Unidos aumentan las peticiones para que se pongan en marcha regulaciones que permitan el etiquetado de los alimentos transgénicos, primero conocíamos la iniciativa ‘Derecho a Saber’ del estado de California, en ella se solicitaba una legislación transparente e informativa sobre los alimentos transgénicos, los californianos debían votar la Proposición 37, un proyecto sobre el etiquetado de alimentos transgénicos que no logró prosperar al no obtener la mayoría necesaria. Sus partidarios manifestaron que no se rendían y que lograrían su cometido, se había puesto en marcha una campaña similar en los estados de Oregón y Washington proponiendo una reglamentación parecida, en este último caso nos referimos a la Iniciativa 522, una campaña del etiquetado de los alimentos transgénicos en Washington que de momento ya ha logrado recoger las firmas necesarias. Sin embargo, ahora conocemos otra iniciativa que tiene el mismo fin, Nuevo México pide el etiquetado de piensos y alimentos transgénicos.

Se trata del Proyecto de Ley SB 18 impulsado por el senador Peter Wirth, en él se pide la modificación de la Ley de Alimentos de Nuevo México para que se identifiquen todos aquellos productos destinados al consumo humano o animal que contienen más de un 1% de ingredientes modificados genéticamente. Debe ser una etiqueta o un envoltorio que sea fácilmente identificable y que muestre la información sobre el porcentaje de contenido transgénico. Parece evidente que en Estados Unidos se está gestando el deseo de un cambio significativo en lo que respecta a la información alimentaria, el Derecho a Saber de los alimentos se está convirtiendo en una de las principales reivindicaciones, si una de las iniciativas legislativas logra triunfar, las nuevas leyes alimentarias de uno de estos estados entraría en conflicto con la política estadounidense de no etiquetar los alimentos modificados genéticamente, pudiendo sentar una base para que cambiara la política establecida a nivel nacional.

En Nuevo México la SB 18 (Senate Bill 18) fue presentada por Peter Wirth en la 51ª Asamblea Legislativa del Estado, se trata de un primer periodo de sesiones en las que se va a debatir la modificación de las leyes para exigir el etiquetado de aquellos productos alimentarios que contengan material genético modificado, podéis leer todo el contenido de la SB 18 en este enlace. Recordemos que además está en marcha la iniciativa 522 de Washington, son dos terrenos de juego en los que la industria alimentaria opositora a esta medida realizará una campaña en contra tal y como ya hizo en California, podemos recordar la que está actualmente vigente en el post Campaña del etiquetado de los alimentos transgénicos en Washington.
Habíamos citado la posible puesta en marcha de una campaña similar en el estado de Oregón, parece ser que un grupo que pretende que este estado esté libre de transgénicos, planea también llevar a cabo una recogida de firmas el próximo verano para lograr que una iniciativa similar a la Proposición 37 sea incluida en las papeletas electorales, para que los votantes del estado decidan si quieren que se aplique una nueva legislación alimentaria que les permita acceder al derecho a saber de los alimentos modificados genéticamente. Los responsables de este tipo de campañas no están dispuestos a tolerar que se mantenga la política de no dar a conocer la presencia de transgénicos, ya que la FDA considera que esta información es irrelevante porque no se asocia a que los alimentos puedan ser más o menos seguros.
Recordemos que se aplica la equivalencia sustancial, es decir, un alimento transgénico cuya equivalencia en peso, imagen y contenido nutricional es similar a la de un alimento tradicional, es totalmente seguro, esta es la razón por la que no se identifica a este tipo de alimentos. Por otro lado, algunas empresas biotecnológicas presentaron en su momento estudios que determinaban que el material genético introducido en los alimentos transgénicos no representa ningún riesgo para la salud y no puede pasar al ser humano. En este caso, recomendamos leer la investigación publicada en Nature y realizada por expertos de la Universidad de Nanjing (China), en ella se concluía que el material genético del arroz, concretamente el micro ARN, un ARN (ácido ribonucleico) monocatenario capaz de regular la expresión de otros genes, lograba superar el proceso digestivo del ser humano en la alimentación, afectando y alterando la biosíntesis del colesterol. Este descubrimiento daba pie a pensar que los alimentos transgénicos podrían influir en la salud humana, si lo hicieron alimentos convencionales como el arroz, también lo podrían hacer los alimentos modificados genéticamente.
Como nos explican aquí, cada vez son más las iniciativas que pretenden cambiar la política en materia alimentaria en Estados Unidos, si realmente son seguros los alimentos transgénicos, ¿por qué negar el derecho a saber?, ¿por qué no poner en marcha una política de información transparente para poder ganarse la confianza del consumidor?, retomamos las palabras de Mairead McGuinness, miembro del Parlamento Europeo, el parlamentario explica que la falta de información pública ha provocado que se socave la fe en la ciencia, ha existido demasiado mutismo y poca transparencia en toda la trayectoria de los alimentos modificados genéticamente.
Pronto podremos conocer más detalles sobre cómo evolucionan proyectos como la Iniciativa 522 o la SB 18 en la que Nuevo México desea inplantar el etiquetado transgénico de los alimentos.
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http://www.gastronomiaycia.com/2013/03/13/el-estado-de-pensilvania-pide-el-etiquetado-de-los-alimentos-transgenicos/

El Estado de Pensilvania pide el etiquetado de los alimentos transgénicos

Derecho a saber de los alimentos
Como ya hemos indicado en otras ocasiones, el número de Estados norteamericanos que se suman a la solicitud del etiquetado “modificado genéticamente” no deja de crecer, uno de los países por excelencia en lo que respecta a la producción de este tipo de alimentos, se enfrenta a una creciente demanda por parte de asociaciones y consumidores. No se habla de prohibir o vetar, se deja aparcado a un lado lo que se pueda pensar, que son alimentos perjudiciales o beneficiosos, simplemente se solicita transparencia e información clara sobre los alimentos que se comercializan en el país, en definitiva, una legislación transparente e informativa sobre los alimentos transgénicos. A la cruzada se suma ahora elEstado de Pensilvania, pide una nueva reglamentación alimentaria y que se identifiquen los alimentos procesados que contienen materias primas transgénicas.
El Estado de Pensilvania pide el etiquetado de los alimentos transgénicos, concretamente lo solicita una coalición formada por organizaciones medioambientalistas, ecologistas, consumidores y organizaciones empresariales. Hoy han anunciado el lanzamiento de una campaña cuya finalidad es la aprobación de una legislación que regule este tipo de alimentos mediante un etiquetado en el que sean identificados. A esta coalición también se han sumado senadores que han sido muy activos a la hora de impulsar esta campaña. Según explican, ha crecido de forma significativa el número de alimentos que se pueden encontrar en los supermercados y que contienen ingredientes modificados genéticamente, un crecimiento imparable al que no se le ha puesto ninguna barrera, pero esto no quiere decir que no se deban identificar como tales, dándole al consumidor la posibilidad de saber qué es lo que adquiere y lo que va consumir. Es una tónica que día a día crece en Estados Unidos, reivindicar el derecho a saber y elegir qué comer, la industria no debe vetar este derecho, aunque como sabemos lo hace.

Cada vez deben acometer más frentes el sector industrial de la alimentación que no quiere identificar los alimentos modificados genéticamente, se puede deducir que las campañas contra este tipo de información van a proliferar tanto como las campañas que exigen una legislación alimentaria transparente. Como ya sabemos, la industria no acepta el etiquetado identificativo amparándose en el principio de equivalencia sustancial, un alimento transgénico es seguro cuando es equivalente a un alimento tradicional en composición, características organolépticas y nutricionales. La negativa lo único que hace es aumentar las sospechas de los consumidores de que no son productos iguales o tan saludables como manifiestan, a esto sería interesante sumar las declaraciones de Mairead McGuinness, miembro del Parlamento Europeo, declaraba que la falta de información pública ha provocado que se socave la fe en la ciencia, en cierto modo reconocía que el exceso de mutismo, la falta de información y la poca transparencia en la trayectoria de los alimentos modificados genéticamente, son las principales causas de la creciente desconfianza, de ello hablábamos en el post La industria alimentaria tiene que promover los alimentos transgénicos.
No es de extrañar que se haya producido un creciente movimiento en todo el país en el que se solicita el etiquetado de alimentos transgénicos, ya hemos conocido varios casos, algunos han fracasado y otros están pendientes de resolución, VermontOregónIllinoisNuevo MéxicoWashington y California, posiblemente en las próximas semanas se sigan sumando nuevos Estados del país solicitando lo mismo.
Pensilvania pide mediante un proyecto de ley etiquetar los alimentos modificados genéticamentey aclara que en ningún caso busca prohibirlos, simplemente quiere que los consumidores puedan ejercer su derecho a la elección y que sepan qué es lo que adquieren, creemos que es una reivindicación justa y coherente, las piedras que pone en el camino la industria no hace más que enrarecer el ambiente y levantar continuamente sospechas, como ya hemos indicado, si tan inocuos son, porque se niegan, ¿no sería mejor adoptar una política transparente en el que se informara debidamente?, dejar que se realizaran todas las pruebas de seguridad necesarias por parte de cualquier organismo independiente, dar las explicaciones y respuestas oportunas a todas las cuestiones…. pero no, la política es la de mutismo total y veto a un derecho.
Para algunos senadores de Pensilvania no tiene sentido que se pueda dar información sobre el contenido de grasas, azúcares o sales, además de otro tipo de ingredientes o compuestos químicos, y que en cambio, exista tal oposición a identificar los ingredientes modificados genéticamente. Por ello deducen que quizá son ingredientes que son perjudiciales para la salud y el bienestar, la verdad es que se puede llegar perfectamente a esta conclusión. La tecnología alimentaria avanza a pasos agigantados y del mismo modo debe avanzar la liberación de información, si se tiene el derecho de saber el contenido de grasas de un alimento, también se debe poder saber el contenido de OMG.
Algunas empresas como la cadena estadounidense de supermercados Whole Foods Market ha anunciado su propósito de que los alimentos que comercialice estén etiquetados tal y como solicitan estos movimientos sobre el derecho a saber, pero indica que no lo llevará a cabo hasta el año 2018, bueno, es un comienzo. Cada campaña que se anuncia toma como ejemplo la actuación de la Unión Europea ante los alimentos modificados genéticamente y se solicita lo mismo, también se recuerda que las encuestas realizadas en el país muestran que una gran mayoría de consumidores están de acuerdo con esta demanda. Nos gustaría citar lo ocurrido en California y cómo la Proposición 37, proyecto de etiquetado dealimentos transgénicos, fue desestimada en las urnas, ¿hasta qué punto estas encuestas son fiables?
A través de Nwspf podemos saber que para estas organizaciones, el consumidor ha despertado durante los últimos años de su letargo, algo de lo que se han estado aprovechando las empresas alimentarias, pero ahora se dibuja un nuevo panorama y no se puede obviar el derecho fundamental a saber que hay en los alimentos y permitir que se elija libremente. No tardaremos mucho en conocer noticias sobre la propuesta de etiquetado transgénico en Pensilvania y cuál será el desenlace final, recordemos que de momento ya se contabilizan dos derrotas y no hay un dos sin tres.
Escrito por  el    |   Categorías: Transgénicos y OMG

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