lunes, 15 de abril de 2013

QUE PODEMOS HACER CON LAS CRECIENTES

QUE PODEMOS HACER CON LAS CRECIENTES

Enviado por guillermo el día 13 abril, 2013 a la hora 20:582 Comentarios   
Forman parte de la crónica local desde la fundación misma de la ciudad (Gualeguaychú), aunque pasando los años han ido cambiando su forma en sintonía con los cambios ocurridos por la acción antrópica no solo en el planeta sino también en la región donde transcurre el curso de agua que nos nombra.
Antiguamente el temor era lo que ocurría en el Río Uruguay aguas arriba, circunstancia que se potencia con las temidas sudestadas, que no solo impiden el desagüe natural del Gualeguaychú, sino que incluso, por nuestra peculiar geografía ingresan aguas de aquel a su cauce.
Pero nuevos fenómenos redefinen el periódico meteoro agravándolo y planteando escenarios a futuro que no pueden ser previstos con certeza aunque si imaginados en su desconocida gravedad.
El primero es el ahora tan nombrado cambio climático que consiste en la modificación del clima con respecto a lo que había venido ocurriendo anteriormente ya sea en todo el planeta como en una región específica.   La razón de este cambio en las últimas décadas es el calentamiento global consecuencia del fenomenal consumo de energías fósiles cuyos gases, liberados a la atmósfera están reteniendo calor en cada vez mayor magnitud debajo de ella.
Como consecuencia se están derritiendo las grandes masas de agua congelada en los polos terrestres y las altas cumbres y alterando dramáticamente los regímenes de temperatura y de las lluvias en todo el planeta.
Localmente, y no menos grave que las causas mencionadas, en las últimas décadas hemos alterado groseramente el paisaje regional con desmontes indiscriminados en toda la cuenca, desmontes que han incluido la Selva en Galería y que han liberado el escurrimiento pluvial que antes era retenido y demorado por el monte nativo y su sotobosque dando tiempo al Gualeguaychú a que regulara su desagüe en el Uruguay morigerando el impacto de la crecida en nuestra ciudad.
Ya en la crecida de 1978 se vio que algo diferente estaba ocurriendo, porque la velocidad con que descendieron las aguas, tomaron desprevenidos a ignorantes y baqueanos por igual, tapando la ciudad en una magnitud y velocidad desconocida hasta ese entonces.
Si consideramos que desde esa época hasta el presente los desmontes no solo continuaron, sino que en estos últimos años se profundizaron podemos decir con certeza que de repetirse la circunstancia del 78 las consecuencias serían inexorablemente mucho mayores.
Pero ahora, los 400 Mm. caídos en La Plata nos muestran que los volúmenes de lluvia caída también han cambiado drásticamente su ritmo haciendo posibles magnitudes instantáneas que antes solo eran esperables en meses.
En estas condiciones, creadas por nuestra exclusiva irresponsabilidad, lo esperable solo puede ser lo extraordinario en su magnitud y gravedad.
Por supuesto que la razón esencial de estos cataclismos es la desición recurrente que tomamos los que vivimos a la vera de los cursos de agua de construir viviendas en el lecho de los ríos.             Es sabido que éste no solo es el ocupado por su cauce en condiciones habituales, el lecho incluye todo su valle de inundación, determinado por el alcance de la mayor crecida conocida.
O sea que tomando los datos el 78, el lecho del río Gualeguaychú llega hasta el Colegio Nacional, en la intersección de las calles 25 de Mayo y Mitre, y llegada las circunstancias podría aumentarse todavía más.
Hecha esta somera descripción podemos decir entonces que dado que la ciudad esta construida en un porcentaje importante en el lecho del río, no habrá forma de parar el agua llegada la circunstancia, aunque si podemos hacer algunas cosas para que las consecuencias no nos impacten tan de lleno.
-En primer lugar y por sobre todo impedir los desmontes y la urbanización de la costa ribereña con proyectos que alteran la geografía y el escurrimiento natural de sus aguas, proyectos basados en la codicia desmedida de algunos que impactan con sus consecuencias negativas a todos.
-En segundo lugar reglamentar que las construcciones ribereñas tengan lugares donde refugiar personas y bienes poniéndolos en altura, a resguardo de las crecidas.
-En tercer lugar desarrollar un sistema de alerta temprana efectiva que anticipe a los posibles damnificados de los riesgos, con tiempo suficiente para la evacuación.
-Y finalmente, lo que a largo plazo es lo mas importante: que tomemos conciencia que el planeta es un ser vivo al que estamos destruyendo entre todos, para de una vez por todas comenzar a revertir nuestras acciones y comencemos a preservarlo y cuidarlo como única posibilidad de sobrevivencia a futuro.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Criticidad, honestidad intelectual y de todas las especies, creatividad, denuncia y anuncio...

Los más leídos

Novelas, cuentos y relatos

Fernando Albrecht: todos sus libros en una web

Libros de Fernando Albrecht  Óleo - Griselda Abdala- Buenos Aires   Encontrarás aquí las novelas, cuentos, relatos y crónicas ...