Indemnizarían a familia de trabajador muerto por intoxicación con glifosato

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La Justicia laboral ordenó a una empresa y a una ART a indemnizar a la familia de un trabajador rural que murió intoxicado tras realizar tareas de fumigación con glifosato en un campo de Rauch.

El inédito fallo, dictado por la Sala III de la Cámara del Trabajo, incluyó la orden para que el Ministerio de Trabajo "realice las correspondientes inspecciones en ejercicio del poder de policía que reviste" e incluya el dato "al momento de elaborar la Memoria Anual del cumplimiento de la Declaración Sociolaboral del Mercosur".

"Los demandados no cumplieron con ninguna medida preventiva, ni entregaron al trabajador los elementos de seguridad, como así tampoco le impartieron asesoramiento alguno para el uso del glifosato. Por lo tanto el riesgo existió y ello tiene vinculación con el desenlace (muerte del trabajador)", advirtió la sentencia dictada hace un mes pero conocida hoy a través del portal judicial ElDial.com, consignó la agencia DyN en un comunicado.

La causa se inició tras la muerte de R.O.O., un trabajador rural que, en su carácter de "puestero", debía realizar tareas de desmalezamiento en un campo ubicado cerca de la estación ferroviaria de Colman, en el partido de Rauch.

"El 5 de diciembre de 2005 el trabajador comenzó a desmalezar un sector del establecimiento con el producto mencionado (...), el que transportaba con una mochila y aplicaba con un pico aspersor. Durante esa semana, el trabajador hizo la misma tarea y hacia el final de la jornada del 13 del mismo mes presentó un cuadro de salud completamente anormal, con náuseas, vómitos, sudoración extrema y dificultades respiratorias", sostuvo la demanda.

Frente a esa situación, el trabajador "fue internado en terapia intensiva, y el 19 de diciembre falleció como consecuencia de la intoxicación", se indicó.

La mujer de R.O.O. y sus hijos presentaron una demanda contra los empleadores y la aseguradora, donde el responsable del campo confirmó que el hombre trabajaba desde 1993 pero "negó que realizara tareas de fumigación y sembrado".

Según los empleadores, "en una oportunidad, R.O.O. les comentó que solían crecer yuyos o pajas a la vera de la tranquera, que le molestaban cuando tenía que montar y desmontar el caballo, y por ese motivo, sólo para eso, se le entregó una mochila fumigadora de mano con los pertinentes elementos de seguridad".

Incluso, plantearon que en aquella época "el trabajador estaba atravesando serias desavenencias familiares, que discutía permanentemente con su esposa y uno de sus hijos y que luego de estas fuertes discusiones, era frecuente que le manifestara a sus familiares más directos, su intención de quitarse la vida".

El juez de primera instancia rechazó entonces la demanda al considerar que "se acreditó la culpa de la víctima" por haber actuado de manera "negligente" en el manejo del glifosato.

Pero la Sala III de la Cámara del Trabajo, a cargo de los jueces Víctor Pesino, Néstor Rodríguez Brunengo y Diana Regina Cañal, revirtió ahora esa decisión y ordenó condenar a los demandados a pagar la suma de "860.200 pesos, más intereses" a la esposa y sus hijos.

Tras destacar informes del Conicet y la instrucción para que el glifosato se aplique con la intervención de un ingeniero agrónomo, el tribunal advirtió que "no existe prueba de que se le hayan dado las indicaciones al trabajador para el uso correcto del producto químico".

"El trabajo de O. consistió en manipular un producto químico (potencialmente tóxico), por lo que los demandados debieron arbitrar los medios para que recibiera asesoramiento para su manipulación, a fin de evitar daños en la salud y en el ambiente", sostuvo el fallo.

Puntualizó que no se le otorgaron "guantes, botas y en especial máscaras de exposición (con filtro de carbón) dada la manipulación que debía hacer con el glifosato", ni "tampoco existe prueba que acredite que los accionados hayan realizado estudios y adopción de medidas para proteger la salud" de su empleado.