miércoles, 2 de diciembre de 2009

Todo acto de violencia siempre aparece como un hecho aislado, pero no deja de ser una consecuencia y una herramienta del sistema dinero y su poder


San Miguel de Tucumán, 1 de diciembre de 2009

por Asociación Civil Crecer Juntos


Brutal represión en barrio “El Sifón” a niños, adolescentes, jóvenes y amenazas educadores popularesLa policía provincial irrumpió con desproporcional violencia represiva en un comedor comunitario donde se realizaba un taller artístico del Programa Vida, del gobierno provincial, en busca de un adolescente. Sesenta uniformados de cuatro grupos distintos repartieron golpes y arrojaron gases lacrimógenos, balas de goma y de armas reglamentarias contra personas desarmadas. Las organizaciones sociales denunciaron amenazas.


Una brutal represión policial se desató en la tarde de ayer, en el barrio Juan Pablo I, más conocido como “El Sifón”, uno de los siete barrios de alta vulnerabilidad que se encuentran en el sector noroeste de la capital tucumana. Sin reparar en que en las instalaciones del comedor de la Asociación Civil Los Lapachos Tucumanos se encontraban niñas, niños y mujeres, las fuerzas policiales ingresaron a los golpes y destrozando todo lo que encontraban a su paso.Ante la sorpresa de los educadores que estaban dictando un taller de arte del Programa Vida, un proyecto para jóvenes, que impulsa el Gobierno de la Provincia por medio del Ministerio de Desarrollo Social, la policía repartió golpes a niños y mujeres, y ante la reacción vecinal pidieron refuerzos y comenzaron a arrojar gases lacrimógeno, balas de goma y luego también disparos de sus armas reglamentarias.
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Nota del autor del Blog:
Es preocupante toda represión, todo maltrato, y es indignante esto de Tucumán pero mucho más preocupante si lo sumamos a los palos que están recibiendo las comunidades que luchan contra la minería, los amedrentamientos de quienes en Los Reartes luchan contra las fumigaciones, la feroz represión en Rosario a familias enteras que protestaban frente al palacio municipal para evitar ser desalojados, la persecución (y varias desapariciones y crímenes ya conocidos) a pibes de villas y a educadores o trabajadores sociales y de organizaciones de barrios en Córdoba, en Buenos Aires, en Rosario, por mensionar algunas, la represión a la última manifestación de los desocupados en Buenos Aires. Es cierto que cada coyuntura es particular y las fuerzas responden según el autoritarismo y la impunidad e intereses que tiene el poder en cada contexto, pero no es menos cierto que se huelen coincidencias, sincronías, que hacen sospechar que a lo que no se suma o le suma al poder no hay que seguir tentándolo para cooptarlo o dividirlo sino que ahora hay que pegarle, sin más. Frente a estas escalada casi silenciosa de la violencia represiva del Estado uno no deja de reflexionar:
- Pega quien no tiene razón...
- Pega quien está desesperado...
- Pega quien cree que se le están yendo cosas de las manos...
- Pega quien se siente impotente para hacer que un proyecto sea querido y adherido por serio, honesto y verdadero...
- Pega quien encubre inconfesables mentiras...
- Pega quien se ha resentido anteriormente y ha sido humillado por otro poder...
- Pega quien ignora...
- Pega quien ha sido entrenado para obedecer y se le ha extraviado el propio juicio...
- Pega quien ha perdido toda ética...
- Pega quien teme...
- Pega quien huye de la justicia y de lo justo, quien se esconde frente a la verdad...
- Pega quien no soporta la diferencia...
- Pega quien ha sido despojado por otros, antes, del valor de la solidaridad humana...
- Pega quien no sabe o puede amar, quien desprecia la vida pero más pega quien tiene por sólo aprecio al poder, al dinero...
Los que más pegan no son los que ejecutan el golpe sino los que ordenan el juego para que se pueda pegar...
Hay que parar los bastones...hay que parar las manos alzadas, hay que parar los insultos y agresiones, hay que parar a las armas pero para ello hay que parar al dinero, a los que ejercen su control y despliegue, a los que detentan decidir cuales son las reglas de este juego macabro, a los que ordenan y desordenan según sea necesario avanzar en la conquista de más ganancias...

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