viernes, 6 de agosto de 2010

Vamos por la ley...?

El poder K y su oposición funcional parecen haber acordado hacer de la política parlamentaria el estadio donde se dirimen casi todos los partidos en el que, esta vez, la tribuna cree tocar la pelota, dar el pase gol o parar una buena gambeta. En el mientras tanto, los hacedores del poder real siguen facturando y avanzando con su tecnología por punta, con sus máquinas del infierno a codazo limpio, con sus tranzas de papel con cello legal comprando y vendiendo referíes, técnicos y jugadores, con sus reflexivos aparatos de propaganda convertidos ahora al formato programa de tv, diario completo, discurso sobre cualquier  gran hombre o mujer caído en defensa, de lo que ellos pasaran por encima.
Y como los que somos parte de la generalidad nos tragamos el ansuelo de turno, vamos por las leyes. Por cada ley que parece un triunfo popular hay ciento de realidades que contradictoriamente a la recién promulgada, nos estampa o estampará en la cara nuestra derrota, esa que la materialidad de la vida convertida en muerte dibuja en nuestros cuerpos y en nuestras historias cuando ya casi es tarde, cuando no tarde.
Muchas luchas populares sueñan, a partir de las que llegaron (en hora buena, sin dudas) con llegar allí también, a ese palacio que ahora es "la democracia". Un medio que ha sido convertido en fin muy hábilmente por Cristina cuando después de los dolores de cabeza por la 125 y de descubrir que la mejor forma para esta coyuntura era tirarle el señuelo del poder a la cámara baja y a la extra baja, donde además picarían los que otrora, en leyes poco andaban nadando, pues muy metidos en el barro de la construcción popular andaban.
Dos décadas difíciles, los 80´y los 90´como para dilapidar en esta última lo mucho construido realmente.
La fuerza de la coherencia popular que es organización moviéndose y aprendiendo, haciendo y transformando está deviniendo ley y propaganda, palabra complicada pero de poco peso real. Mientras tanto, cuando el poder ataca para abrir otra mina, ampliar más la cosecha unilateral de dólares sojeros, renegociar contratos con vueltas y vueltos, perseguir a pibes y mirar para otro lado en la verdadera distribución de la riqueza que es la tierra, la tecnología, el conociemiento y el dinero no en su dádiva abundante sino en su modo de recaudación progresivo y limitante de la generación de riquezas y más poderes, los nosotros que permanecen con los pies en el barro se encuentran solos de toda soledad. Ya no están las madres donde duelen a los hijos de esta argentina, las abuelas nos cuentan una parte del cuento y parecen no ver a los que siguen perdidos en la trama actual, los altermedios están a medio alter con su ego confundiendo lo que les dieron con lo que merecen de por sí.
¿Esperamos que un ley de glaciares, que sin duda es necesaria y buena, pare a los desgraciadores?, ¿Qué una ley limitando las fumigaciones pare a los fumigadores? ¿Qué una ley que diga que los ricos distribuyan los hará más buenos y ya no habrá más pobres? Vamos por las leyes pero no como si fueran estas la panacea o la tierra sin mal. Vamos por y con los amigos, con los compañeros, con los hijos y los padres y las madres, que no estén ni siquiera cerca de alguien de esos que dicen tener en sus manos algunas cartas o mañas del juego para cambiar la ley, hacer la ley o influir en algún poder o simplemente creer tenerlo. Lo que haya que hacer vamos a intentar hacerlo nosotros con ley o sin ley. Porque si hay ley y se pierde el nosotros no pasará nada que los poderosos no quieran que pase. Y con un nosotros fuerte y caminando pero sin ley será dificil. Aun así, prefiero la segunda opción.
Hecho el poder hecha la ley hecha la trampa caído el pueblo. Hechos pueblo hecha la conciencia hecha la organización decaído el poder.

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