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Los manifestantes en la Plaza Tahrir agitan sus zapatos en símbolo de desprecio hacia Mubarak. | Reuters VEA
MILLONES DE EGIPCIOS PRORRUMPEN EN GRITOS DE IRA
FRENTE A LA OBSTINACIÓN DE MUBARAK DE PERMANECER EN EL CARGO
10/02/2011 18:04
Mubarak se resiste a abandonar el poder en Egipto
El presidente siembra la confusión al decir que quiere seguir hasta septiembre pero que transferirá poderes al vicepresidente.- Los manifestantes en la plaza de la Liberación reaccionan con indignación
Ha sido un discurso profundamente paternalista hacia los manifestantes, aunque no les ha concedido la dimisión clara que estos le piden desde hace 17 días. "Como presidente de la nación, no encuentro ninguna incomodidad en oír a la juventud de mi pueblo", les ha dicho. "La sangre de vuestros mártires no se va a perder", ha añadido al anunciar que no habrá represalias por las protestas. Las palabras más duras han ido dirigidas a las "inaceptables imposiciones del exterior". Luego ha recordado su compromiso, expresado la pasada semana, de continuar pilotando el país para realizar una transferencia ordenada del poder. Ha hablado de la reforma de varios artículos constitucionales y de la transferencia de poderes a Suleimán, pero no ha especificado en qué se concreta esa cesión.
Una tarde de sobresaltos
La alocución de Mubarak no ha contribuido a clarificar la jornada de incertidumbre que vive Egipto tras una tarde de sobresaltos. Después del comunicado militar, los manifestantes en la plaza de la Liberación han celebrado un discurso del jefe del Ejército, quien les aseguraba in situ que sus demandas "se cumplirán". A la vez, Hossan Badrawi, secretario del oficialista Partido Nacional Democrático, reconocía que se estaba discutiendo la salida del presidente, pero el primer ministro, Ahmad Safiq, la dejaba "en manos de Mubarak". El ministro de Información, Anás el Fiqi, atribuía todo a "rumores" -"definitivamente no se va", ha dicho escasos minutos antes de la alocución televisada- y la Casa Blanca advertía que estaba siguiendo la "situación fluctuante".
Tras las palabras del Ejército, la mayoría de analistas creían que Suleimán asumiría un poder bajo tutela militar. Un dirigente de los Hermanos Musulmanes, principal fuerza opositora, llegaba a expresar a Reuters su temor a que lo que se está viviendo sea un "golpe de Estado" de las Fuerzas Armadas. Las palabras de Mubarak no han despejado ninguna de ambas incógnitas. Parece claro, en cualquier caso, que lo que se discute en Egipto es la forma de una transición que se ha precipitado ante la masiva protesta que los opositores han convocado mañana.
En la plaza de la Liberación, la rabia ha sucedido a la alegría. Durante la tarde, los militares han cedido el control de los accesos a los organizadores de la concentración. La céntrica plaza cairota se ha llenado más que nunca al saberse que Mubarak podría dejar el poder. Miles y miles de egipcios han puesto rumbo entonces hacia allí. Los registros de mochilas para evitar la entrada armas quedaba en manos de los propios opositores al régimen, una forma clara de agilizar las colas de entrada. No está claro lo que harán ahora los soldados, que durante las últimas horas han limitado a saludar a las personas que llegaban. El vicepresidente Suleimán ha pedido a los manifestantes, en la alocución que ha seguido a la del rais, que se vayan a casa para avanzar "unidos" hacia el futuro.
Viernes, día de oración. La protesta convocada mañana es otra de las jornadas señaladas como clave por los opositores al régimen. Esperan congregar de nuevo a cientos de miles de personas, como lo hicieron el pasado viernes -marcado como el Día de la Despedida" del dictador-, o el martes -cuando desbordaron la plaza y marcharon a miles hacia el Parlamento. Además, tenían previsto plantarse ante el edificio de la radio y la televisión estatales. La previsión, además, es que se les unan egipcios de todo el país, algo que el régimen ha tratado de evitar cortocircuitando el ferrocarril. Hoy era imposible conseguir un billete de tren a El Cairo: todos estaban agotados.
El movimiento seguía hoy activo en la capital egipcia. Miles de estudiantes han salido a primera hora a la calle para sumarse a las protestas. A todo se une la cadena de huelgas de trabajadores de varios sectores que reclaman mejoras de salarios y de sus condiciones laborales. Miles de trabajadores de los sectores textil, de telecomunicaciones y metalúrgicos secundan paros por todo el país, lo que podría causar una aún mayor parálisis económica. Trabajadores del canal de Suez se niegan a retomar la actividad desde hace varios días, y profesores universitarios y funcionarios han protagonizado protestas en pos de mejores salarios, al igual que trabajadores de correos y de la compañía estatal de comunicaciones Telecom Egypt. No está claro como afectarán los acontecimientos de la tarde al nutrido movimiento del 25 de enero. Aunque, por las reacciones que han seguido al discurso presidencial, parece poco probable que se disuelva.
Fuente: El Pais
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| La Plaza Tahrir reacciona con virulencia al discurso televisado del presidente
Mubarak no dimite pero delega poderes en Suleiman
El desengaño que sienten los manifestantes en la Plaza de Tahrir esta noche no debe sorprender a nadie. Desde primera hora de la tarde, lo único que se escuchaba en El Cairo era la noticia de la dimisión inminente del presidente Hosni Mubarak. Tras 30 años de poder absoluto, y más de dos semanas de revueltas populares, parecía que, por fin, Egipto tomaba sus primeros pasos definitivos hacia la transición democrática.
En su esperado discurso de esta noche, Mubarak se ha burlado de todos aquellos que habían pasado la tarde celebrando su partida. Todos esperaban que anunciara el traspaso de sus poderes al recién nombrado vicepresidente -y hombre de confianza de Washington-, Omar Suleiman, y quizá incluso su partida hacia alguna tierra lejana. En vez de ceder a las demandas de los manifestantes, el mandatario ha presentado su lado más desafiante, y ha reiterado su determinación absoluta de mantenerse en el poder hasta la conclusión de su mandato el próximo mes de septiembre.
Partiendo de su autoproclamada posición como "padre" de los "ciudadanos y hijos de Egipto, hombres y mujeres, jóvenes de Egipto en la Plaza de Tahrir", Mubarak se ha dirigido a la nación con un tono firme, incluso a veces severo, y sobre todo serio. "No voy a salir del país en este momento difícil y voy a apoyar a cualquiera que quiera apoyar a Egipto para conseguir nuestros objetivos en medio de una concordia nacional", ha asegurado el 'rais' egipcio.
El mandatario fue más explícito al comprometerse a reformar los problemáticos artículos 76, 77, 88, 93, 179 y 189 de la Constitución.
La mayoría de los artículos que ha mencionado Mubarak tienen que ver con ley electoral y derechos humanos básicos. El artículo 76 limita quien se puede presentar como candidato a la presidencia y, en la práctica, elimina toda posibilidad de que el presidente tenga competición seria en los comicios. El 77 refuerza el poder del presidente al eliminar toda restricción sobre el número de veces que se puede presentar a la reelección.
Los artículos 88 y 93 facilitan el fraude electoral. El primero, introducido en 2007, este artículo eliminó el control judicial sobre las elecciones; el segundo limita las formas en las que se puede cuestionar la legitimidad de los comicios electorales: sólo el Parlamento -con mayoría absoluta del partido de Mubarak- puede poner en duda los resultados.
Quizá el artículo más polémico es el 179: toda persona sospechada de participar en actos terroristas puede ser detenida sin explicación mayor; el presidente tiene derecho a ordenar el juicio de los mismos por tribunal militar (bajo cuyo régimen el acusado deja de tener derecho a representación legal).
El 189, finalmente, asegura el control del presidente sobre todas estas medidas legales al limitar el derecho de proponer enmiendas constitucionales a su persona.
Mubarak ha terminado su discurso asegurando que él también fue un joven y que entiende a la juventud que está pidiendo reformas. "La voluntad de los egipcios, su unidad y nuestra consideración a la Historia de Egipto son la esencia de nuestra existencia desde hace 7.000 años. Viviremos el espíritu de Egipto mientras dure Egipto y su pueblo".
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En su esperado discurso de esta noche, Mubarak se ha burlado de todos aquellos que habían pasado la tarde celebrando su partida. Todos esperaban que anunciara el traspaso de sus poderes al recién nombrado vicepresidente -y hombre de confianza de Washington-, Omar Suleiman, y quizá incluso su partida hacia alguna tierra lejana. En vez de ceder a las demandas de los manifestantes, el mandatario ha presentado su lado más desafiante, y ha reiterado su determinación absoluta de mantenerse en el poder hasta la conclusión de su mandato el próximo mes de septiembre.
Partiendo de su autoproclamada posición como "padre" de los "ciudadanos y hijos de Egipto, hombres y mujeres, jóvenes de Egipto en la Plaza de Tahrir", Mubarak se ha dirigido a la nación con un tono firme, incluso a veces severo, y sobre todo serio. "No voy a salir del país en este momento difícil y voy a apoyar a cualquiera que quiera apoyar a Egipto para conseguir nuestros objetivos en medio de una concordia nacional", ha asegurado el 'rais' egipcio.
Reformas constitucionales
El anuncio más anticipado del día -el traspaso de poder a Suleiman- quedó reducido a un breve comentario; Mubarak se limitó a decir que delegaría ciertos poderes en la persona del vicepresidente, sin entrar en mayor detalles.El mandatario fue más explícito al comprometerse a reformar los problemáticos artículos 76, 77, 88, 93, 179 y 189 de la Constitución.
Mubarak, durante su discurso. | AP
Los artículos 88 y 93 facilitan el fraude electoral. El primero, introducido en 2007, este artículo eliminó el control judicial sobre las elecciones; el segundo limita las formas en las que se puede cuestionar la legitimidad de los comicios electorales: sólo el Parlamento -con mayoría absoluta del partido de Mubarak- puede poner en duda los resultados.
Quizá el artículo más polémico es el 179: toda persona sospechada de participar en actos terroristas puede ser detenida sin explicación mayor; el presidente tiene derecho a ordenar el juicio de los mismos por tribunal militar (bajo cuyo régimen el acusado deja de tener derecho a representación legal).
El 189, finalmente, asegura el control del presidente sobre todas estas medidas legales al limitar el derecho de proponer enmiendas constitucionales a su persona.
Inepto intento de calmar los ánimos populares
Eso sí, el presidente ha intentado calmar los ánimos de los manifestantes insistiendo en que las elecciones del mes de septiembre serán libres y abiertas: "Se van a facilitar las condiciones de acceso a la candidatura de cualquiera, la justicia verificará el acceso a los parlamentarios para garantizar las libertades de los ciudadanos y poder suspender la ley de emergencia; pero lo primero es recuperar la seguridad entre los egipcios, la confianza en nuestra economía y la seriedad de que el movimiento de cambio no tiene vuelta atrás".Mubarak ha terminado su discurso asegurando que él también fue un joven y que entiende a la juventud que está pidiendo reformas. "La voluntad de los egipcios, su unidad y nuestra consideración a la Historia de Egipto son la esencia de nuestra existencia desde hace 7.000 años. Viviremos el espíritu de Egipto mientras dure Egipto y su pueblo".
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La protesta desborda la plaza de la Liberación mientras las huelgas se extienden por Egipto
Los manifestantes anti-Mubarak se instalan frente a la sede del Parlamento y reclaman el enjuiciamiento del presidente egipcio.- Numerosos conflictos laborales amenazan con estrangular al régimen
G. HIGUERAS / E. GONZÁLEZ / N. TESÓN | El Cairo 09/02/2011
Por ahora pocas cosas parecen moverse en el Gobierno. El nuevo ministro de Cultura de Egipto, Gaber
Asfour, dimitió este miércoles de su cargo, para el que fue designado el pasado 31 de enero, por "razones médicas", según informaron hoy medios locales de comunicación. Pero otras fuentes dan versiones distintas. La edición digital del diario Al Ahram asegura que Asfour había aceptado el puesto asumiendo que se trataba de un "gobierno de salvación nacional", pero al percibir lo contrario decidió renunciar, también presionado por el descontento que había generado su designación entre los intelectuales egipcios.
Las manifestaciones del ministro de Exteriores apuntan en la misma dirección que otras anteriores de Suleimán. El martes por lnoche aseguró que, de fracasar el plan de transición gubernamental, el país corría peligro de un golpe de Estado. Antes, en declaraciones a periódicos locales había asegurado que el Gobierno no podría tolerar la ocupación de la céntrica plaza durante mucho más tiempo. Un representante de los Hermanos Musulmanes ha asegurado que las palabras del vicepresidente son una "amenaza inaceptable al pueblo egipcio". "Los manifestantes han creado una nueva legitimidad que debe ser respetada y no puede ser amenazada", ha añadido el ex parlamentario de la principal fuerza opositora (oficialmente ilegal, aunque se presentó a los comicios de 2005), según informa Reuters.
La protesta sale de la plaza
Hasta el martes, las entradas y salidas de la plaza de la Liberación estaban controladas por el despliegue de tanques y barricadas del Ejército, que contenía de esta manera la protesta. Pero el miércoles por la mañana varios accesos quedaron despejados por la presión de los manifestantes, ante la cual los soldados no pudieron hacer nada. Miles de personas tomanron el corazón de la ciudad en dos grandes marchas, encabezadas por sendas banderas, entre gritos de "fuera, fuera Mubarak" y recibiendo el apoyo de cientos de vecinos asomados a los balcones de sus casas.
El resultado de este movimiento, tolerado por el Ejército, es que el epicentro de la revuelta, que suma ya 16 días, se ha trasladado a las puertas del Parlamento. Allí, los soldados custodian el edificio para evitar que la gente salte la valla y acceda al interior. En esa misma calle, hasta hoy territorio inhóspito para los manifestantes, está también la sede del Ministerio de Sanidad y las oficinas del primer ministro, igualmente blindadas por el Ejército.
Una multitud ocupa toda la avenida. Entre los gritos y cánticos, la novedad es que aumentan las voces que reclaman que Mubarak vaya a juicio. Unos recuerdan que es el principal responsable en la represión que ha ejercido su régimen desde hace 30 años (llegó al poder en octubre de 1981) y otros le preguntan dónde ha guardado el dinero de todos los egipcios. En el boca a boca, un comentario generalizado es que el siguiente objetivo podría ser la toma del edificio de la televisión estatal. Con la salida de la protesta al exterior de la plaza de la Liberación, la oposición se apunta una doble victoria en su pulso contra el presidente. Por un lado, el altavoz de las protestas se ve amplificado; y por otro, la masiva presencia de personas en la calle supone en la práctica la paralización del trabajo de las cámaras y de otros organismos oficiales.
Las huelgas se extienden
Además, desde hoy están en huelga unos 3.000 trabajadores públicos de los transportes, lo que ya está afectando a la salida de trenes en El Cairo. Tampoco habrá operarios de limpieza en la capital egipcia. Los conflictos laborales han prendido a velocidad de vértigo desde que ayer se supiera que unos 6.000 trabajadores del Canal de Suez se negaban a ocupar sus puestos de trabajo. El motivo, además de la agitación general, otra tecla mal tocada por el régimen: el lunes anunció una subida salarial del 15% a los funcionarios. Desde ayer, numerosos trabajadores de empresas públicas y privadas exigen incrementos similares. En El Cairo, los miembros del sindicato de músicos y numerosos profesores universitarios han secundado los paros, indica la agencia Reuters.
Mientras, la situación no mejora en el Canal de Suez, un paso de embarcaciones estratégicamente fundamental para Europa. Según Reuters, las protestas laborales continúan en las tres principales poblaciones por las que pasa: Suez (en el mar Rojo), Ismailia (en la parte central) y Port Said (en el Mediterráneo). En esta última ciudad, una concentración de unas 3.000 personas ante la residencia del gobernador ha prendido fuego a uno de sus coches oficiales, aparcado en la calle, ante la mirada del Ejército. Con todo, los incidentes más graves de las últimas horas se han producido en la región de Nuevo Valle (suroeste), donde hay cinco muertos después de que las fuerzas se seguridad abrieran fuego en un enfrentamiento con manifestantes. En Asiut (unos 350 kilómetros al sur de El Cairo, junto al Nilo), alrededor de 4.000 manifestantes han cortado la línea férrea que une el norte y el sur del país. También han bloqueado, con la quema de neumáticos, la autovía que une la capital con Asuán.
Peligro de golpe de Estado
Tampoco ayudan mucho a la solución de la crisis las últimas declaraciones del hombre fuerte del régimen. Anoche el vicepresidente, Omar Suleimán, aseguró que Egipto aún no está preparado para la democracia y advirtió del peligro de un golpe de Estado si las reformas constitucionales puestas en marcha por su gabinete descarrilaban. Unas manifestaciones que le valieron la reprimenda inmediata de la Casa Blanca, que las tildó de "particularmente inútiles".
El papel de Suleimán en la crisis no está colmando las expectativas de Washington. Barack Obama y Hillary Clinton habían confiado en que el nuevo hombre fuerte del régimen egipcio maniobrara con más habilidad y que ofreciera unas perspectivas creíbles de reforma. Nada de eso parece estar ocurriendo. Además, Suleimán está agitando el fantasma del miedo al islamismo radical al informar de que entre los miles de prisioneros que huyeron de las cárceles coincidiendo con el estadillo de la revuelta hay presos islamistas próximos a Al Qaeda. Suleimán ha dicho que estos presuntos yihaidistas están "convencidos de que la sociedad es impía" y suponen "una gran amenaza" para la seguridad del país.
Los Hermanos Musulmanes han recordado esta mañana a través del editor de su página web que rechazan los llamamientos a la yihad efectuados por algunos grupos extremistas, en unas declaraciones recogidas por Efe. En una conferencia de prensa posterior, dos dirigentes de la organización han reiterado que no desean presentar un candidato en los comicios presidenciales de septiembre y han apelado al régimen a iniciar ya "conversaciones reales" con la oposición. Saad al Katatni, representante de los Hermanos Musulmanes en el encuentro entre Suleimán y opositores el pasado domingo, ha señalado que el segundo encuentro con el Gobierno se producirá en los próximos días, y que esperan que se hable ya de transferencias reales del poder para acabar con los casi 30 años de régimen.
Las últimas medidas anunciadas por el Ejecutivo no contentaron a los manifestantes. A juzgar por el volumen de las manifestaciones que siguieron a sus palabras, difundidas a mediodía de ayer por las cadenas de televisión egipcias, lo de Suleimán equivalió a un brindis al sol. No convenció ni a sus patrocinadores estadounidenses. La Casa Blanca hizo saber su insatisfacción ante un discurso que en Washington se interpretó como contraproducente. Barack Obama y Hillary Clinton habían confiado en que Suleimán maniobrara con más habilidad, fuera capaz de dividir al movimiento de protesta y de ofrecer unas perspectivas creíbles de reforma. Por el momento, solo había conseguido agravar el bloqueo que vive Egipto.
Cinco muertos y cien heridos por bala en el sur de Egipto
Al menos cinco personas han muerto y alrededor de un centenar han resultado heridas en enfrentamientos entre policías y manifestantes en el sur de Egipto, según fuentes médicas. La protestas en la localidad de El Jariyá (sur) comenzaron pacíficamente el lunes, pero se volvieron violentas al día siguiente después de que un agente insultara a los manifestantes, según ha explicado a France Presse un responsable de seguridad que ha pedido el anonimato.Con el recrudecimiento del conflicto, los agentes dispararon fuego real contra la multitud (unas 3.000 personas) y dejaron un centenar de heridos. Cinco de esos heridos han fallecido hoy, según fuentes médicas, mientras que el gobernador local solo ha reconocido cuatro muertes.
Los hechos han enfurecido a los manifestantes, que ha prendido fuego a siete edificios oficiales, incluyendo dos comisarías y la sede local del Partido Nacional Demócrata (la fuerza que respalda al presidente egipcio, Hosni Mubarak).
El Jariyá es un oasis situado unos 400 kilómetros al sur de El Cairo. Es capital de la provincia de Nuevo Valle, que abarca territorio del suroeste de Egipto y es la más extensa del país (aunque tiene poca población porque está mayoritariamente ocupada por desierto).
Fuente: El País
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EGIPTO
El mártir de la revuelta popular
Así murió el 'bloguero' de Alejandría que inspiró la protesta
por GEORGINA HIGUERAS 09/02/2011
Jaled Said, de 28 años, fue golpeado hasta morir por la policía de Mubarak
Mohamed Faris, el portero del edificio en cuyo portal mataron a Jaled, dice que vio cómo los dos policías vestidos de civil le arrastraban desde el cercano cibercafé. "Jaled se agarró a la reja de la puerta para que no se lo llevaran, pero como está vieja, el hierro se rompió y trató de defenderse con él. Entonces le pusieron boca abajo con los brazos sujetos a la espalda y durante media hora no pararon de golpearle", afirma Faris, que ya ha sido interrogado como testigo por el juez. "Cuando Jaled perdió la conciencia, uno de los agentes llamó a su jefe. Vinieron dos coches, uno de la policía y otro sin identificación, con agentes de paisano. Se lo llevaron y 10 minutos después le trajeron de nuevo, tiraron su cuerpo en la calle y llamaron a una ambulancia", cuenta Faris.
Al parecer, en ese tiempo llevaron al bloguero muerto a la comisaría cercana y le colocaron en la boca una bola de droga con la que justificar la brutal actuación. "Yo oí como Jaled gritaba: 'Me voy a morir' y la policía, mientras seguía pateándole, le contestaba: 'Sí, morirás antes o después'. No habría podido gritar así con esa bola en la boca", sostiene el testigo. Al preguntarle si trató de defender al joven que veía que estaban matando, Faris responde sin titubear: "Cuando la policía actúa nadie puede hacer nada. Contra ellos no se puede alzar la voz porque entonces van también a por ti".
Nadie abre la puerta en la casa en la que Jaled Said vivía con su madre. El vecino de arriba, Aladin Ahmed, ingeniero mecánico de 53 años, cree que la madre se ha ido a El Cairo con su hija Zahraa, también muy activa en las redes sociales para denunciar el salvaje asesinato de su hermano y la vergonzosa impunidad que ampara a la policía secreta.
"La muerte de Jaled no ha sido el detonante de las actuales protestas contra Mubarak, pero no hay duda de que ha servido para levantar al pueblo contra la policía secreta", señala Ahmed, cuyos hijos adolescentes llevan en el móvil tanto la foto de Jaled muerto como otra anterior de un muchacho algo introvertido, que no tenía trabajo, pasaba largas horas en el cibercafé y comentaba en su blog la realidad social de un Egipto donde casi el 70% de la población tiene menos de 30 años. Un país en el que, pese a que la economía ha crecido en los últimos años a una media del 5%, más del 40% de sus 80 millones de habitantes vive con menos de un euro al día. Un Egipto orgulloso de su historia y de la influencia que mantiene en el mundo árabe, pero donde los jóvenes como Jaled tienen pocas esperanzas de encontrar un trabajo que les permita vivir una vida digna.
Fue la página Todos somos Jaled Said la que convocó el Día de la Ira, el pasado 25 de enero. Sus 400.000 seguidores fueron tal vez los únicos que anticiparon el impacto de la protesta, a la que acudieron cientos de miles de personas entre El Cairo y Alejandría.
Aquel primer día, la policía logró, con gases lacrimógenos y disparos al aire, desalojar a los manifestantes de la plaza de la Liberación, en el corazón de El Cairo, y de la plaza de Mencheia, en Alejandría. Pero los egipcios habían roto la barrera del miedo y las ansias de libertad comenzaban a cambiar la faz del país. "Estoy contenta de haber llegado a esta edad para vivir este momento de liberación. No hay marcha atrás, Egipto será libre", decía ayer Nabila Dakri, de 73 años, ya retirada de su cátedra de Toxicología en la Universidad de Alejandría.
La aparición, el pasado día 2, de violentos defensores de Mubarak, que reventaron el pacifismo de las manifestaciones celebradas hasta entonces y que dejaron 1.500 heridos en El Cairo y varios centenares en Alejandría, no logró amedrentar a quienes no se cansan de gritar "fuera Mubarak" y "se acabó la dictadura".
Las ilusiones perdidas de Jaled renacen cada día en la gran mezquita de Ibrahim, desde donde parten los manifestantes de su ciudad para llegar a la plaza Mencheia, protegida por tanques, al igual que los lugares más emblemáticos de la ciudad, como la Biblioteca de Alejandría. También hay desplegados tanques en el entorno de las instalaciones militares, como el cuartel general del norte de Egipto, el hospital militar y la colonia de edificios de viviendas militares que se levanta junto a la cornisa sobre el Mediterráneo. Pero los egipcios siguen confiando en su Ejército y muchas familias suben a sus hijos pequeños a estos vehículos para hacerles una foto. Del Ejército más que nunca depende hoy la democratización de Egipto.
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HAITÍ
Matan a balazos a un periodista haitiano en Puerto Príncipe.
Jean Richard Louis-Charles (29) de la emisora privada Radio Kiskeya, murió a manos de la policía. Según medios locales era considerado uno de los reporteros más activos.
El periodista cayó asesinado este 9 de febrero en la calle Capois, despues de recibir disparos por parte de un individuo, que segun las informaciones recogidas en el lugar, pertenecería a la policía.
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