Bressanelli: la minería “es una golosina para el Estado” que puede tener “graves consecuencias ambientales”

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17:00 - El obispo coadjutor de la diócesis de Neuquén, monseñor Virginio Bressanelli, resaltó en Radio Del Mar que “la minería es una golosina atractiva por el Estado o no se sabe para quién” pero advirtió que puede traer “problemas ambientales graves”. Bressanelli, quien estuvo al frente de la diócesis de Comodoro Rivadavia manifestó que “la gente está siempre más interesada en una solución integral, solidaria, que mire al bien común más allá del resultado inmediato”. Esta semana, un comunicado emitido por la Pastoral Social y Aborigen de Comodoro expuso nuevamente los principales conceptos en torno a la minería propuestos por Bressanelli antes de partir hacia la provincia de Neuquén. El obispo instó a discutir la minería fuera de los intereses inmediatos y aseguró que esta actividad económica “no es la única alternativa para la meseta central” de Chubut.

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“Nosotros como Iglesia reconocemos la importancia de las industrias mineras que estén al servicio de la comunidad humana, de las economías y de un progreso sustentable y solidario de toda la población, dijo. “No hay una actitud directamente en contra –aclaró- sino una preocupación sumamente grave, no sólo local sino incluso internacional sobre la megaminería”.
“Esa explotación minera metalífera a cielo abierto con el uso de tóxicos que pueden contaminar la realidad ambiental, las aguas, y cambiar realmente lo que es la situación ecológica de la naturaleza. En ese sentido estamos sumamente preocupados y vemos que no dan una respuesta satisfactoria”, manifestó en alusión a las autoridades responsables.
Bresanelli agregó que “se le ha pedido a los gobernadores que trabajen en esto y a las operadoras, que den una respuesta de que se va a salvar ese conjunto de problemas que ese tipo de minería desata”.
El obispo agregó: “no creo que sea una salida laboral en el sentido de que hoy por hoy el empleo de personas para ese tipo de trabajo es mínimo”, sobre todo porque “con tanto adelanto tecnológico cada vez se necesita menos la mano humana”, determinó.
“El empleo como tal no es como dicen y generalmente este tipo de mineras tiene un respiro no muy largo, a lo sumo 20 años pero no es solución para un lugar”, consideró.
“Creo que hay que estudiar otras posibilidades”, disparó.
“Quizá la megaminería se convierte en una golosina atractiva porque parecería que dejara al Estado un rédito muy grande pero no es el criterio suficiente como para instalar algo que puede dejar un impacto ambiental que luego lo sufrirán las futuras generaciones por mucho tiempo”, advirtió.
“Cuando me pronuncié sobre eso en el 2009 era cuando estaba bastante en actividad la exploración en el norte de la meseta: en Gastre, Gan Gan, la llamada mina Navidad”, resumió.
“Como estaba desinformada en ese momento uno se queda con las promesas que vienen de que eso traerá un adelanto”, dijo. “A todos nos atrae que se nos ofrezca un progreso pero a veces se oculta todo los otros tipos de problema que son un retroceso”, explicó.
Puso como ejemplo lo que ocurre en Neuquén, “sobre todo en la zona de Loncopué”, dijo. “La gente está siempre más interesada en una solución integral, solidaria, que mire al bien común más allá del resultado inmediato”, comparó.
“La conciencia del pueblo creció muchísimo, lástima que no siempre tiene en sus manos el poder político de decidir de acuerdo a cómo está esperando”, manifestó Bressanelli.
Al consultarle si cree que las autoridades políticas escucharán este posicionamiento de la iglesia, enfatizó que ésta “es una de las tantas instituciones que plantean esto. No somos técnicos”, resaltó. “Lo que planteamos como preocupaciones con humildad a las que hay que responder, aclarar y afrontar de forma honesta libre de todo tipo de intereses inmediatos, particulares, individuales, partidarios o de un gobierno de turno”, indicó.
“Hay que desligar eso. En ese sentido, alguien que mira para el bien común debería estar muy interesado en que los pasos que se dan hoy no afecten el mañana y pasado mañana, que es el futuro inmediato y a largo plazo de las generaciones que deberán habitar la Patagonia”, recalcó el obispo.