miércoles, 4 de enero de 2012

Biocombustibles: energía para el holocausto

Biocombustibles: energía para el holocausto
Enviado por  el día 29 diciembre, 2011 a la hora 8:19
Colaboraciones
El Argentino, 29 de diciembre de 2011

El consumismo absurdo de los países ricos ya no puede ser satisfecho por sus propias reservas y disponibilidades de recursos naturales y materias primas; entonces se han lanzado por asalto a controlar los del resto del mundo y trasladarlas a sus economías.

En este cometido desarrollan campañas institucionales para convencernos que el blanco es negro y lo bueno, malo, en el afán de que seamos espectadores cómplices del latrocinio a nuestras posibilidades presentes y futuras de generación de alimentos, proponiéndonos la participación en sus proyectos de generación de “energías limpias”, como arteramente las llaman, cuando en realidad significan transformar nuestros alimentos en combustibles que soporten su desenfrenado consumo aún a costa de agravar los problemas de hambre estructural que afligen centenares de millones de personas en este cada vez mas sobrepoblado planeta.
Paradojalmente para elaborar biocombustibles es necesario utilizar combustibles, de hecho cultivar una hectárea significa utilizar no menos de 400 litros de petróleo en forma de insumos a la maquinaria empleada y además fertilizantes elaborados con él.
Se da entonces la paradoja de que, dado que nuestros productores agropecuarios acceden a combustibles subsidiados para sus procesos productivos, al enviar nuestros biocombustibles a los países del norte estamos transfiriendo no solo nuestra fertilidad vía las semillas utilizadas para elaborarlos sino también subsidios económicos para que sean aprovechados por los consumidores de los países ricos.
En esta época en que algunos subsidios sociales son cuestionados por algunos sectores de la población por diversos motivos, estos mismos sectores, sin cuestionarlos como en este caso, son el vehículo de transferencia de recursos y subsidios a consumidores extranjeros.
En un planeta cuya organización social y productiva parece haber sido diseñada por un monstruo mitológico, los hombres avanzamos disciplinadamente hacia el precipicio.

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EN EL OJO DEL HURACÁN

Enviado por  el día 30 diciembre, 2011 a la hora 9:37No Comentado
Las cosas no cambian por el almanaque, sino cotidianamente, pero es habitual hacer balances en los fines de año para ver hacia donde vamos.
Los tiempos de la humanidad transcurren cada vez con mayor celeridad por la inercia arrolladora de un modo de producción que encuentra su sobrevivencia en el aceleramiento de los procesos que ha instalado.
En el último siglo los seres humanos cuadruplicamos el número en el planeta, a inicios del siglo veinte éramos menos de 2.000 millones, hoy somos más de 7.000 y esta abrumadora cifra exige respuestas en lo que respecta a los insumos necesarios para su sostenimiento.
El modelo productivo instalado para darlas esta basado en dos columnas: la incorporación irrestricta de la tecnología, en segundo lugar, que esta tecnología se aplica a la extracción insustentable de los elementos necesarios para sostener la vida, sin objeciones éticas ni racionales, al solo ritmo de la obtención de ganancias de las empresas que intermedian estos procesos.
La inequitativa distribución de la riqueza ha producido desbalances inéditos, como por ejemplo que el 4% de la población mundial que vive en EEUU, consume el 30% de los recursos planetarios.        Y si le sumamos la población europea veremos que el 15% de la población total del planeta consume mas del 50% del total de bienes generados.
Para sostener esta inequidad, han diseñado un modelo de relaciones internacionales, al que han bautizado globalización, que consiste en tomar el control de todos los recursos planetarios ya sea a través de empresas enormes, más grandes aún que muchos de los países donde operan, o directamente por las armas como lo hacen los aliados de la OTAN en los países de África y el cercano oriente para controlar las reservas petroleras.
Una vez controlados, son transferidos febrilmente a los países ricos del norte para sostener sus irracionales niveles de consumo.
La llegada de China e India al club ha desatado una fiebre por materias primas que literalmente esta haciendo hervir la economía mundial y devastando la Tierra.
En este contexto, Sudamérica ha sido puesta en el centro del escenario, por su disponibilidad de naturaleza, fertilidad y agua dulce, imprescindibles para el modelo de consumo de los países del norte.
En un par de décadas despertamos de un somnoliento letargo a una febril ilusión de bonanza, basada en la transferencia de nuestros tesoros naturales.
Nos dan créditos, para que construyamos la infraestructura de transporte necesaria para enviarles lo que queda de nuestros minerales andinos, y para poner en producción de cereales  para el envío de biocombustibles necesarios para sostener el irracional consumismo al que no renuncian, sino que multiplican y agudizan, a pesar del agotamiento de los hidrocarburos y las consecuencias de su uso para el calentamiento global.
Vemos surgir la infraestructura que nos prepara para nuestro vaciamiento final en forma de supercarreteras como la autovía de la R14, ó las hidrovías sobre nuestros principales ríos.
Este cuidado plan, ha significado el traslado de las industrias sucias del norte a nuestra región, para que nos hagamos cargo de los desechos tóxicos de muchos de sus procesos productivos.
No por referido el caso de UPM-BOTNIA deja de ser esclarecedor, al inicio eran dos pasteras para el río Uruguay, Botnia y Ence, entre las dos producirían 1.4 millones de TM de celulosa, no habilitaron la española por que en ese momento era “demasiado” volumen de desechos tóxicos en un solo punto geográfico, y apenas un par de años después aceptan que la pastera finlandesa produzca ella sola esa cifre y multiplican por dos la apuesta autorizando una equivalente pocos kilómetros al sur de la primera.
Sobre la región, se reedita esta lógica. Los políticos de Misiones apuran la concreción de Garabí, soñando con las tajadas que pellizcarán vía coimisiones  de los miles de millones de dólares que costará este insensato proyecto, los de Corrientes se desvelan por habilitar megapasteras sobre el río Paraná y además desarmar los humedales del Iberá para regalárselos a inversores extranjeros para la producción de arroz y materia prima forestal, siempre encandilados por las coimisiones de los negocios que habilitarán.
Finalmente Entre Ríos.            Hasta el momento la histórica lucha de los entrerrianos, primero para impedir el proyecto Paraná Medio y luego contra BOTNIA, frenaban la llegada de estos procesos de incorporación de la provincia a los esquemas de abastecimiento del consumismo de los países ricos.
Pero los anuncios hechos en la reasunción desde la Secretaría de Ambiente de la provincia han dejado claro que la ilusión de cuidar nuestra naturaleza y nuestros acuíferos ha sido doblegada impíamente por nuevos planes de ajuste e integración al modelo de aspiración masiva de recursos naturales que han instalado desde el norte.
Los anuncios de nuevas leyes y disposiciones ambientales han sido efectuados desde la Unión Industrial de la provincia, completando el concepto con la noticia que estas nuevas leyes se elaborarán concensuándolos con los industriales, sin mencionar en ningún momento a los actores sociales que expresan en forma insobornable su rechazo al modelo de consumismo al que nos incorporarán a pesar de nuestra manifiesta oposición y rechazo.
El escenario que se inaugura es atemorizante, los anuncios efectuados hablan claramente de un alineamiento incondicional al modelo de extracción masiva e irracional de nuestros tesoros naturales para ser puestos en disponibilidad del irracional consumo de los países del norte rico, anticipando que en los próximos años, estaremos en el ojo del huracán de devastación y envenenamiento de recursos naturales y territorio.

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