NICARAGUA
Homenaje a Tomás Borge con presidente de Nicaragua al frente
La capitalina Plaza de la Fe acogerá la ceremonia, prevista en horas de la tarde, mientras el país continúa de duelo nacional por la pérdida del último de los fundadores sobrevivientes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
También el Parlamento sesionará este miércoles por convocatoria especial en homenaje a Borge, político de alta sensibilidad humana que defendió a Nicaragua en cuanto foro internacional estuvo presente, como mismo hizo con las causas justas de otros pueblos, confirmó a la prensa el titular de la Asamblea Nacional, René Núñez.
Nacido el 13 de agosto de 1930, Borge falleció el pasado 30 de abril por afección pulmonar de naturaleza cancerígena, que lo mantuvo internado durante varias semanas en el hospital militar de Managua, donde fue intervenido quirúrgicamente el 6 de abril último.
Numerosos gobiernos, partidos políticos, organizaciones religiosas y sociales e intelectuales de distintas partes del orbe expresaron las condolencias por la desaparición física del revolucionario, destacado escritor, poeta, diputado y diplomático.
Desde horas tempranas, comenzaron ayer las honras fúnebres en el Palacio Nacional; miles de personas marcharon por las calles de esta ciudad para acudir al recinto donde permanece expuesto el cadáver del luchador contra la dictadura somocista, quien sufrió prisión y tortura.
La jornada de manifestaciones populares acaecida la víspera se extendió hasta altas horas de la noche en concierto al aire libre, en la Plaza de la Revolución, porque "ahora celebramos la vida eterna de Tomás, la inmortalidad de Tomás, la alegría de tener a Tomás en el camino hacia más victorias para el pueblo", dijo la dirigente gubernamental Rosario Murillo.
Según detalló, los restos de Borge descansarán junto a los del Comandante Carlos Fonseca (fundador del FSLN), en un mausoleo erigido en esta capital.
"Así nos lo pidió, así lo quiere su familia y Daniel ha escuchado, estamos trabajando ya para que ocupe ese lugar que le pertenece junto a Carlos, dos comandantes vencedores de la muerte, tayacanes vencedores de la muerte", adelantó la funcionaria poco después del fallecimiento.
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NICARAGUA
En la actividad organizada desde primeras horas de la mañana en el Palacio de la Cultura fue notable la presencia de miembros de la Juventud Sandinista
Arlen Pérez

Al anochecer del primero de mayo, cientos de personas colmaban la plaza frente al Palacio de la Cultura para rendirle homenaje a Tomás Borge. Con la bandera a media asta, delegaciones policiales y del Ejército hacían fila para su ingreso.
La frase que Tomás Borge utilizó al enterarse de la muerte de Carlos Fonseca en 1976, al decir que “es de los muertos que nunca mueren”, fue repetida una y otra vez ayer por funcionarios de gobierno y personalidades del país que asistieron a darle el último adiós. En vez de realizar un acto por el Día de los Trabajadores, el FSLN decidió despedirse del último de sus fundadores.
Borge, de 81 años, falleció el pasado lunes en la noche tras una larga enfermedad que lo mantuvo internado en el Hospital Militar de Managua.
En la actividad organizada desde primeras horas de la mañana en el Palacio de la Cultura fue notable la presencia de miembros de la Juventud Sandinista, que como es acostumbrado en actividades del FSLN, portaban camisetas blancas con las leyendas “paz, amor y dignidad”.
Una de las últimas veces que el presidente Daniel Ortega mencionó el nombre de Tomás Borge fue el 19 de julio del año pasado, durante la celebración del aniversario de la revolución sandinista, cuando le dijo: “Tomás, podemos estar tranquilos, que con esta juventud habrá Frente Sandinista para rato”.
Un padre difícil
Para su hija Michelle Borge, él era “como cualquier ser humano”, con cualidades y errores, pero “tuvo un corazón muy grande y siempre pensó en los demás”.
“Fue un padre difícil muchas veces, porque tenía un carácter fuerte, siempre quería que fuéramos un ejemplo y quería que nos hiciéramos fuertes (…) Quiero que la gente lo recuerde como ese hombre que se emocionó por lo que era su causa, por esa emoción, esa pasión”, expresó la hija de Borge.
Afirmó que su padre será sepultado el jueves en la tumba de Carlos Fonseca, “como él quería”. “El presidente Ortega habló con nosotros. Estuvieron pendientes. Lo cuidaron a mi padre de una forma increíble, como se cuida a un hermano”, dijo.
El desfile de militantes, trabajadores del Estado, amigos y familiares que querían dar el último adiós a Borge inició a las diez de la mañana. El féretro fue colocado en el segundo piso del Palacio de Cultura, de manera que los visitantes ingresaban, subían las escalares a su derecha y luego de ver el cuerpo bajaban del otro lado.
De manera intercalada en las escaleras y detrás del féretro había banderas del FSLN y banderas de Nicaragua. A medida que pasaba el tiempo la cantidad de coronas y adornos florales era cada vez mayor. Destacaban primero tres del Ejército, la del Ministerio de Gobernación y una de rosas blancas con el nombre de “Aminta Granera y familia”.
El sueño de Borge
A las 10:10, con lágrimas en los ojos y con la voz quebrada, el personal del Colegio La Verde Sonrisa se despidió del jefe y amigo.
Virginia Gómez Guillén, directora de La Verde Sonrisa, recordó que Borge visitaba el colegio cada quince días y estaba pendiente de los alumnos. “Él deseaba tener mil alumnos y estaba pendiente de que se les diera una educación de calidad. Hasta el momento tenemos 450 estudiantes”, afirmó.
Juntos en la eternidad
Para Gloria Margarita Martínez Aguirre, conocida como “La Cachorra”, la partida de Borge fue un adiós momentáneo, porque todos nos encontramos “en la eternidad”.
Una de las primeras en asistir a despedirse de Borge fue Daysi Torres, alcaldesa de Managua, quien aseguró que esperan lo que diga el presidente Ortega para organizar las honras fúnebres a Borge.
El Frente no estaba listo
La magistrada Juana Méndez ingresó al Palacio cerca de las 10:30 a.m., y describió a Borge como un hombre que “imprimió coraje” a la juventud de su generación, un “papá que protege y forma con la crítica”.
“El sandinismo nunca podía estar preparado para perder al comandante Borge. Como le comentaba a su hija Michelle, aunque fuera convertido en una roca queríamos tenerlo. De todas maneras lo tendremos siempre, porque era un hombre que inspiraba a continuar luchando, ejemplar por su determinación, valor y solidaridad”, sostuvo Méndez.
Otros de los que se despidieron antes del mediodía, de Borge, fueron: el presidente del Banco Central, Alberto Guevara, y el procurador general de la República, Hernán Estrada.
El Rey y el jefe de la revolución
Acercándose el mediodía, Samuel Santos, canciller de Nicaragua, acompañado por el vicecanciller Manuel Coronel Kautz, acudió a despedirse de Borge y aseguró que tuvo la “enorme suerte” de considerarse su amigo.
“Lo quise toda la vida, fui leal. Él me tuvo un aprecio que siempre me demostró. Lo importante es cómo lo quería, cómo me duele su viaje. No tenía permiso de irse, pero ahora ya pasó a la eternidad y realmente como él se lo aplicó a Carlos Fonseca, hoy se lo tenemos que aplicar a él, porque Tomás es de los muertos que nuca mueren”, indicó Santos. Señaló que antes de su partida, Borge reconoció a Ortega como el nuevo jefe de la revolución.
“Cuando un amigo se va…”
Por su parte el jefe de bancada del Frente Sandinista, diputado Edwin Castro, recordó que la muerte de Borge fue “un paso a la inmortalidad” y aseguró que la pérdida no es solo para los sandinistas, sino para toda Nicaragua.
“Cuando un amigo se va siempre hay un vacío, pero realmente el legado de Tomás llena y colma ese vacío que deja su persona. Su muerte no es su presencia física, sin embargo su ejemplo, su admiración, su mística, su solidaridad, ese corazón que tenía Tomás, enorme, nos hace que nos sirva de ejemplo para todos nosotros”, afirmó Castro.
Después del mediodía fue colocada sobre el ataúd de Borge, la bandera azul y blanco, según lo establece la Ley sobre características y uso de los símbolos patrios, en su Artículo 31: “La Bandera Nacional podrá ser colocada sobre el féretro de cualquier ciudadano nicaragüense cuando el gobierno de la República así lo disponga”, aunque una vez más no fue usada de la manera correcta, porque en el mismo Artículo se indica que “deberá colocarse sobre el féretro en forma longitudinal, con los amarres hacia la cabeza del difunto; no ha de bajar a la sepultura, ni ha de tocar tierra”.
FUENTE: EL NUEVO DIARIO (MANAGUA)
NICARAGUA
Miles se despiden de Borge
En la actividad organizada desde primeras horas de la mañana en el Palacio de la Cultura fue notable la presencia de miembros de la Juventud SandinistaArlen Pérez
Al anochecer del primero de mayo, cientos de personas colmaban la plaza frente al Palacio de la Cultura para rendirle homenaje a Tomás Borge. Con la bandera a media asta, delegaciones policiales y del Ejército hacían fila para su ingreso.
La frase que Tomás Borge utilizó al enterarse de la muerte de Carlos Fonseca en 1976, al decir que “es de los muertos que nunca mueren”, fue repetida una y otra vez ayer por funcionarios de gobierno y personalidades del país que asistieron a darle el último adiós. En vez de realizar un acto por el Día de los Trabajadores, el FSLN decidió despedirse del último de sus fundadores.
Borge, de 81 años, falleció el pasado lunes en la noche tras una larga enfermedad que lo mantuvo internado en el Hospital Militar de Managua.
En la actividad organizada desde primeras horas de la mañana en el Palacio de la Cultura fue notable la presencia de miembros de la Juventud Sandinista, que como es acostumbrado en actividades del FSLN, portaban camisetas blancas con las leyendas “paz, amor y dignidad”.
Una de las últimas veces que el presidente Daniel Ortega mencionó el nombre de Tomás Borge fue el 19 de julio del año pasado, durante la celebración del aniversario de la revolución sandinista, cuando le dijo: “Tomás, podemos estar tranquilos, que con esta juventud habrá Frente Sandinista para rato”.
Un padre difícil
Para su hija Michelle Borge, él era “como cualquier ser humano”, con cualidades y errores, pero “tuvo un corazón muy grande y siempre pensó en los demás”.
“Fue un padre difícil muchas veces, porque tenía un carácter fuerte, siempre quería que fuéramos un ejemplo y quería que nos hiciéramos fuertes (…) Quiero que la gente lo recuerde como ese hombre que se emocionó por lo que era su causa, por esa emoción, esa pasión”, expresó la hija de Borge.
Afirmó que su padre será sepultado el jueves en la tumba de Carlos Fonseca, “como él quería”. “El presidente Ortega habló con nosotros. Estuvieron pendientes. Lo cuidaron a mi padre de una forma increíble, como se cuida a un hermano”, dijo.
El desfile de militantes, trabajadores del Estado, amigos y familiares que querían dar el último adiós a Borge inició a las diez de la mañana. El féretro fue colocado en el segundo piso del Palacio de Cultura, de manera que los visitantes ingresaban, subían las escalares a su derecha y luego de ver el cuerpo bajaban del otro lado.
De manera intercalada en las escaleras y detrás del féretro había banderas del FSLN y banderas de Nicaragua. A medida que pasaba el tiempo la cantidad de coronas y adornos florales era cada vez mayor. Destacaban primero tres del Ejército, la del Ministerio de Gobernación y una de rosas blancas con el nombre de “Aminta Granera y familia”.
El sueño de Borge
A las 10:10, con lágrimas en los ojos y con la voz quebrada, el personal del Colegio La Verde Sonrisa se despidió del jefe y amigo.
Virginia Gómez Guillén, directora de La Verde Sonrisa, recordó que Borge visitaba el colegio cada quince días y estaba pendiente de los alumnos. “Él deseaba tener mil alumnos y estaba pendiente de que se les diera una educación de calidad. Hasta el momento tenemos 450 estudiantes”, afirmó.
Juntos en la eternidad
Para Gloria Margarita Martínez Aguirre, conocida como “La Cachorra”, la partida de Borge fue un adiós momentáneo, porque todos nos encontramos “en la eternidad”.
Una de las primeras en asistir a despedirse de Borge fue Daysi Torres, alcaldesa de Managua, quien aseguró que esperan lo que diga el presidente Ortega para organizar las honras fúnebres a Borge.
El Frente no estaba listo
La magistrada Juana Méndez ingresó al Palacio cerca de las 10:30 a.m., y describió a Borge como un hombre que “imprimió coraje” a la juventud de su generación, un “papá que protege y forma con la crítica”.
“El sandinismo nunca podía estar preparado para perder al comandante Borge. Como le comentaba a su hija Michelle, aunque fuera convertido en una roca queríamos tenerlo. De todas maneras lo tendremos siempre, porque era un hombre que inspiraba a continuar luchando, ejemplar por su determinación, valor y solidaridad”, sostuvo Méndez.
Otros de los que se despidieron antes del mediodía, de Borge, fueron: el presidente del Banco Central, Alberto Guevara, y el procurador general de la República, Hernán Estrada.
El Rey y el jefe de la revolución
Acercándose el mediodía, Samuel Santos, canciller de Nicaragua, acompañado por el vicecanciller Manuel Coronel Kautz, acudió a despedirse de Borge y aseguró que tuvo la “enorme suerte” de considerarse su amigo.
“Lo quise toda la vida, fui leal. Él me tuvo un aprecio que siempre me demostró. Lo importante es cómo lo quería, cómo me duele su viaje. No tenía permiso de irse, pero ahora ya pasó a la eternidad y realmente como él se lo aplicó a Carlos Fonseca, hoy se lo tenemos que aplicar a él, porque Tomás es de los muertos que nuca mueren”, indicó Santos. Señaló que antes de su partida, Borge reconoció a Ortega como el nuevo jefe de la revolución.
“Cuando un amigo se va…”
Por su parte el jefe de bancada del Frente Sandinista, diputado Edwin Castro, recordó que la muerte de Borge fue “un paso a la inmortalidad” y aseguró que la pérdida no es solo para los sandinistas, sino para toda Nicaragua.
“Cuando un amigo se va siempre hay un vacío, pero realmente el legado de Tomás llena y colma ese vacío que deja su persona. Su muerte no es su presencia física, sin embargo su ejemplo, su admiración, su mística, su solidaridad, ese corazón que tenía Tomás, enorme, nos hace que nos sirva de ejemplo para todos nosotros”, afirmó Castro.
Después del mediodía fue colocada sobre el ataúd de Borge, la bandera azul y blanco, según lo establece la Ley sobre características y uso de los símbolos patrios, en su Artículo 31: “La Bandera Nacional podrá ser colocada sobre el féretro de cualquier ciudadano nicaragüense cuando el gobierno de la República así lo disponga”, aunque una vez más no fue usada de la manera correcta, porque en el mismo Artículo se indica que “deberá colocarse sobre el féretro en forma longitudinal, con los amarres hacia la cabeza del difunto; no ha de bajar a la sepultura, ni ha de tocar tierra”.
FUENTE: EL NUEVO DIARIO (MANAGUA)
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