miércoles, 26 de marzo de 2014

¿Memoria? ¿Verdad? ¿Justicia?... ¿Justicia?

¿Memoria? ¿Verdad? ¿Justicia?... ¿Justicia?

¿De qué justicia nos hablan?

24 de marzo de 2014

         Hace 38 años el sentido del término Justicia, una vez más,
trocó en otro. Justicia no fue lo que tuvieron nuestros viejos
desaparecidos ni tampoco lo que supieron o pudieron reconstruir
sus compañeros y compañeras. Justicia es una palabra
desconocida para aquellos hermanos y hermanas que han sido
apropiados por los militares y sus allegados y que aún no
conocen su verdadera identidad. Justicia no fue una palabra
presente en la infancia de tantos niños y niñas que no tuvimos
a nuestros viejos. Justicia no es lo que nos quieren vender si la
memoria es un museo y el homenaje a los compañeros y compañeras
militantes, una fecha patria en el almanaque. No hay existencia
posible del concepto de Justicia si está en boca de aquellos que
lo utilizan como un slogan de campaña y no como un derecho. Hay
una memoria que no se construye con inauguraciones de edificios
ni con juicios falaces, sino que merece Justicia.

         Pensemos en voz alta.

         ¿Es Justicia la elaborada farsa de la política de derechos
humanos del actual gobierno? Los juicios están estancados y con
una planificada clausura explicitada por el Secretario de DDHH,
Martín Fresneda, para el 2015. A más de 10 años de anuladas
las leyes de impunidad, sólo se condenó a 470 genocidas en todo
el país; menos de 1 represor condenado por cada uno de los 600
Centros Clandestinos de Detención que hubo en dictadura.

         ¿Es Justicia que el 80 % de los jóvenes apropiados aún no haya
conocido su verdadero origen?

         ¿Son Justicia las reiteradas anomalías en todos los procesos
judiciales a los delitos de Lesa Humanidad, desde el momento
mismo de su formación: fragmentación y atomización de la
causas, juicios a cuenta gotas, tardíos, investigaciones
incompletas, falta de colaboración del Estado que se niega a
abrir los archivos y entregar las listas, cárceles domiciliarias
como antesala al permiso de profugación, falta de control y
fiscalización de la injusta prisión domiciliaria, que permite a
los genocidas caminar por la calle sin mayores inconvenientes,
obediencia de vida maquillada ya que en la gran mayoría de los
juicios se analizan sólo las responsabilidades de los altos
jefes del mando militar o policial que funcionaron como
responsables en la estructura orgánica de las zonas represivas?

 ¿Es Justicia la calidad de la condena con que el Estado valora los
crímenes que está juzgando, que son de lesa humanidad -por lo tanto
imprescriptibles- y fueron cometidos por grupos de tareas, utilizando el
aparato del Estado y con acumulación de casos; al equipararlos en
sentencia en el monto de las penas a delitos graves y de sangre, pero
cometidos por delincuentes comunes? ¿Es Justicia el fallo del segundo
juicio por “La Escuelita”, en el que los jueces Coscia, Krom y Lozano
absolvieron en noviembre de 2012 a 8 de los 22 acusados y apartaron por
“cuestiones de salud” a un represor que, ahora repuesto, vuelve a ser
juzgado?

         ¿Es Justicia la política de la foto, la placa y el discurso a
través de la señalización de los Sitios de Memoria cuando se
ha focalizado la misma sólo en 76 centros clandestinos de
detención de los 600 existentes durante la dictadura; sólo
aquellos que le resultan emblemáticos a este gobierno como si
hubiera dictadura  de 1° y 2° clase? ¿Es Justicia que luego
esos centros, “los más importantes”, sirvan como jugosos
emprendimientos inmobiliarios públicos o privados o para que se
hagan cargo del gerenciamiento aquellos organismos que son
obsecuentes con el gobierno y que habilitan cotidianamente el
Circo de la memoria y los derechos humanos con asaditos y visitas
guiadas a una mirada que el gobierno determina como verdad,
ocultando la identidad revolucionaria de los desaparecidos y su
voluntad de cambiar este sistema capitalista?

         ¿Es Justicia la obstinación de un gobierno que designa al
represor César Milani al frente del ejército para, de una buena
vez, lograr la reconciliación con las Fuerzas Armadas que
asesinaron a toda una generación a partir de establecer una
interesada y falaz interpretación del concepto de presunción de
inocencia? ¿Es Justicia que quien está a cargo de estas fuerzas
tenga dos causas judiciales abiertas por su accionar represivo en
Tucumán y La Rioja durante la dictadura y una más por
enriquecimiento ilícito por no poder dar cuenta de su
patrimonio?

         ¿Es Justicia la banalización de la memoria y la lucha de
nuestros padres y sus compañeros y compañeras con la
titulación de eventos cooptados por el kirchnerismo como el
Fútbol para todos con el nombre  de “Torneo nietos
recuperados”? ¿Es Justicia la invisibilización de sectores
opositores, a quienes se corre por izquierda o por derecha como
si fuera lo mismo ser gorila que revolucionario, por no aceptar
la “Década ganada”?

¿Es Justicia que se plantee el escenario político con dos polos -los k
como los patriotas y los antik como los enemigos del pueblo- que se tocan
ideológicamente y que abogan por lo mismo? ¿Es Justicia que el doble
discurso de cierto progresismo de salón oculte la persecución y el
espionaje a través de la sanción de disposiciones como la Ley
Antiterrorista o el Proyecto X?

         ¿Es Justicia la palabra Inclusión en boca de aquellos que nos
quieren hacer creer que ésta es una “Argentina para todos” y
que lo que hacen es entregar sólo un poco más a los más
necesitados para entregar lo mismo o más a quienes se llevaron y
se llevan todo? ¿Es Justicia que se reprima y se desaloje a las
familias sin vivienda que quieren acceder a su casa propia porque
quedan fuera de todo crédito o repartija?

         ¿Es Justicia que a aquellos que se encargan de cuidar la
propiedad privada de la burguesía y que funcionan como brazo
armado del aparato represivo se les dé un aumento salarial por
la posibilidad de que toda la “tranquilidad lograda” se
convierta en una ruptura de la gobernabilidad? ¿Es Justicia que
cada vez que los gremios estatales, como los docentes o los
trabajadores de la salud, reclaman dignidad en sus salarios y en
su rol social, se hable de “derecho esencial”, de
“desestabilización”, de “vagos”?

         ¿Es Justicia que este gobierno, la gestión de los Kirchner,
acapare más de la mitad de los casos del mal llamado gatillo
fácil -como el de Matías Casas o Brian Hernández, por
mencionar sólo algunos- desde 1983 y la mayor cantidad de casos
de procesados por luchar como los trabajadores petroleros de Las
Heras que son las víctimas de la última lección que se nos
quiere enseñar?

         ¿Es Justicia la criminalización de la protesta, la represión
como control social, la continuidad de la explotación y el
saqueo a través de políticas entreguistas a las grandes
multinacionales, desoyendo no sólo al pueblo con conciencia
ambiental sino también a los pueblos originarios quienes hace
cientos de años están admirablemente en pie de lucha? ¿Es
Justicia que se entregue la tierra al fracking, a Chevron, a
Monsanto y a tantas empresas que viven de las leyes que sancionan
los empleados de esta pantomima democrática dentro del recinto y
que reprimen los soldados de uniforme azul con palos afuera?

         ¿Es Justicia que la presidenta enuncie que ahora gracias a la
democracia “nadie desaparece y estamos todos vivitos y
coleando”?

Deberíamos recordarle qué sucedió con Julio López el 18 de septiembre
del 2006...y qué es lo que sucede con las miles de mujeres que son
secuestradas y explotadas con distintos fines y que vienen a engrosar la
larga lista de personas desaparecidas por la trata.



        No!!, para HIJOS Alto Valle nada de esto se acerca a la Justicia.





No es Justicia porque en medio de la aplicación de un nuevo plan de
ajuste socioeconómico, las medidas represivas se multiplican con la
intención de mantener la tasa de ganancia de los capitalistas, propósito
que se logra a partir de pensar que represión y ajuste son las piezas de
un mismo plan de ataque a la clase trabajadora.

         No es Justicia porque la Memoria de los compañeros militantes
Revolucionarios de los '70 y de todas las víctimas del
Terrorismo de Estado que lucharon por otro país y un mundo
diferentes al de aquellas décadas, y al de hoy, Nos grita la
palabra Revolución.

         No es Justicia porque la Memoria no es algo estático que se
conserva en un museo, sino una herramienta de acción y de lucha
contra la impunidad de ayer pero sobre todo contra la impunidad
que hoy sigue generando el mismo sistema de hambre, opresión y
saqueo contra el que lucharon los compañeros desaparecidos.

         No es Justicia porque al borrar, institucionalizar o banalizar la
identidad revolucionaria de los desaparecidos no se cuestiona la
construcción del capitalismo dependiente argentino, de un
sistema injusto que promete desigualdad e impunidad.



   Justicia son los proyectos colectivos, la denuncia, los caminos
alternativos al modelo, el escrache, la condena social, la calle.
Justicia es reivindicar no sólo la Memoria de los 30.000 sino su
capacidad revolucionaria y su construcción de Verdad que escapa a los
laberintos del poder. Resistir en la calle por los 30.000, su historia,
nuestra historia y nuestro futuro... éso es Justicia.



·        JUICIO Y CASTIGO A TODOS LOS GENOCIDAS Y POR TODOS LOS CRÍMENES

·        BASTA DE PRISIONES DOMICILIARIAS Y CONDENAS IRRISORIAS

·        RESTITUCIÓN DE TODOS LOS JÓVENES APROPIADOS

·        BASTA DE BANALIZAR LOS EX CENTROS CLANDESTINOS DE DETENCIÓN

·        APARICIÓN CON VIDA DE JORGE JULIO LÓPEZ

·        APARICIÓN CON VIDA DE LUCIANO ARRUGA Y TODOS LOS JÓVENES
DESAPARECIDOS

·        NO A LA CRIMINALIZACIÓN DE LA PROTESTA



POR LOS 30000 COMPAÑEROS DESAPARECIDOS, PRESENTE

AHORA Y SIEMPRE

SI NO HAY JUSTICIA, HAY ESCRACHE...

HAY JUSTICIA POPULAR

H.I.J.O.S.

Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio

ALTO VALLE

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