miércoles, 1 de abril de 2015

Virrey Del Pino: morir por Klaukol en la capital de la contaminación

Martes 31 de marzo de 2015 | Edición del día
CONTAMINACIÓN EN LA MATANZA
Virrey Del Pino: morir por Klaukol en la capital de la contaminación

Klaukol es amo y señor en el sur de La Matanza. Un barrio de Virrey del Pino, Las Mercedes, contaminado con altísimas tasas de enfermedades y mortalidad ante las autoridades municipales y provinciales que permiten esta situación.

Ariel Iglesias
Secretario de Organización SUTEBA La Matanza


Klaukol es amo y señor en el sur de La Matanza. Un barrio de Virrey del Pino, Las Mercedes, contaminado con altísimas tasas de enfermedades y mortalidad ante las autoridades municipales y provinciales que permiten esta situación.

Un informe interno de ACUMAR (Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo) reconoce que la población del barrio está afectada por el material que despide Klaukol donde los vecinos padecen enfermedades respiratorias, dermatológicas y cáncer.
Virrey del Pino es una localidad del inmenso distrito de La Matanza. Allí convergen barrios y zonas industriales que se fueron desarrollando a la vera de la ruta 3, aunque en algunos casos, las fábricas invadieron lo que hace décadas era para sus habitantes una zona rural. El barrio Las Mercedes está ubicado en el km 44.500, entre la ruta 3, el límite de la fábrica Mercedes Benz y lindando por una estrecha calle con la cementera Parex Klaukol. Son once manzanas con 300 viviendas.
En el año 2000 el Grupo Parex, una multinacional de origen francés, se instala en el barrio y a partir de ahí con la producción comenzaron los problemas para los vecinos quienes desde el año 2009 vienen denunciando a la empresa por la contaminación ambiental que produce su actividad. Desde el lunes 9 de marzo, un grupo de vecinos ha instalado un campamento en la puerta de la empresa exigiendo una solución a este grave problema.

Como se ve en el informe “la fábrica trabaja las 24 horas y expulsa material particulado al aire y al suelo, que nos tapa el barrio, no de una simple arenilla, sino que es un cóctel químico. Se han hecho análisis de este material y aparecen restos de partículas como plomo que resultan altamente contaminante”.

El 100% de los casos analizados arroja como resultado que existe plomo en sangre en cada una de las personas estudiadas y que el 80% de las personas tiene problemas respiratorios, dermatológicos y oftalmológicos con síntomas recurrentes. En una muestra de efluentes tomada en Parex Klaukol, según admite un informe de Acumar, se encontró: Cianuro, hidrocarburos, benceno, tolueno xileno, cromo, cromo trivalente, cromo hexavalente, cadmio, plomo, mercurio, arsénico, sustancias fenólicas, nitrógeno amoniacal, nitrógenos nitrato, fósforo y Ecerichia Coli. Las napas de agua están contaminadas y el barrio no tiene agua potable, ACUMAR entrega 3 litros de agua diario por persona ya que el agua no es apta para el consumo humano, ni animal.

La planta tiene cuatro tolvas gigantes (chimeneas) que expulsan las partículas al aire, como una arena muy fina, casi polvillo o cenizas y que según el día, va cambiando de tonalidad. “Llueve oro” dicen los chicos, que tapan los techos de las casas, las plantas, la ropa colgada que queda dura como si tuviera apresto, esas tolvas están separadas unos metros de donde termina el barrio. Es en realidad un material particulado conformado por diferentes elementos y metales pesados que utiliza Klaukol para la fabricación de sus productos.

Ni la OPDS (Organismo Provincial para el Desarrollo Sustentable) ni ACUMAR que como dijimos comprobó la contaminación, hasta el día de hoy hicieron algo

Los vecinos han radicado denuncias en el Juzgado Federal del juez Jorge Rodríguez quien interviene en las causas de ACUMAR y en el juzgado No 1 de Morón del juez Jorge Salas que duermen el sueño de los justos.

Pero se privilegia el negocio a las vidas humanas, ya que es muy costoso para Klaukol instrumentar medidas técnicas para garantizar la no contaminación ante el silencio de Espinoza y Scioli.

Resulta insultante que el intendente y precandidato a gobernador Fernando Espinoza mire para otro lado y pretenda ignorar este caso. El intendente Espinoza cuida los intereses del monopolio y no de los vecinos, le da el permiso para funcionar, ya que dice que La Matanza es la capital de la industria. Pero el barrio es la capital de la contaminación. Klaukol tiene una absoluta impunidad.
Efectos sobre la salud

El barrio comenzó a notar que todos sufrían enfermedades respiratorias, afecciones en la piel, una tasa altísima de mortalidad infantil y un desmedido número de casos de cáncer.

Luego de 15 años de producción, el 99% de los habitantes del barrio usa PAP (aspiradores), con medicamentos para poder respirar, gotas para los ojos, cremas para la piel ya que los efectos principales son sobre la piel, ojos y vías respiratorias.
El promedio de vida en el barrio es alrededor de 60 años, los más grandes tienen cáncer o la salud deteriorada. Los chicos que pasaron por el hospital o se realizan análisis tienen plomo en la sangre, chicos que hace unos años tenían 7 mg. de plomo por litro de sangre y hoy tienen 17 mg.

A su vez, Klaukol, hace del trabajo precario una forma permanente. Ya que no tienen obreros permanentes, son subcontratados. Y cada 3 o 6 meses meses renueva a sus trabajadores. Ante el aval del ministerio de trabajo provincial y nacional y los dirigentes sindicales vendidos.
Parexklaukol

La empresa pertenece al ParexGroup, una multinacional de origen francés que opera en más de 20 países con alrededor de 70 plantas industriales, de las cuales 5 se encuentran en la Argentina: Virrey del Pino (La Matanza), Tucumán, Rosario, Cipolleti (Rio Negro) y San Luis. Es líder en adhesivos, pastines, revestimientos para la construcción.

Líder en la fabricación industrial y venta de productos para la Construcción, la empresa dice tener “los más altos niveles de calidad, como resultado de la integración eficiente de sus recursos humanos, tecnología y procesos, comprometidos con la Seguridad y el Medio Ambiente”, pero sin embargo para quienes viven en el barrio, este enunciado está muy lejos de ser real.

El barrio y Klaukol no pueden estar en el mismo lugar bajo estas condiciones. El Estado Nacional, provincial y municipal tienen que hacerse cargo y ordenar un completo control de los materiales que arroja esa fábrica, y garantizar un servicio de salud para el tratamiento urgente de las enfermedades que ya están padeciendo los vecinos y prevención para las nuevas generaciones o quienes puedan llegar a instalarse en el barrio. Y si se determina que esa fábrica por lo que produce es imposible que deje de arrojar esos residuos: relocalizarla en un lugar NO cercano a viviendas y garantizando el traslado diario de los trabajadores, reduciendo el horario de trabajo porque se le debe sumar el tiempo de traslado al nuevo lugar donde estaría alojada la fábrica y por ser un trabajo de alto riesgo para la salud. Estas son medidas elementales para dejar de poner en riesgo la vida de los vecinos y de los propios trabajadores de Klaukol, garantizando su salud.

Fuente: video producido por “Buenos Aires 2.0”

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