viernes, 8 de abril de 2011

“No hay fisuras en la prueba”


8-04-11 - Blog Zainuco

En la mañana de ayer fueron los alegatos del  juicio al Sargento José Abel Riquelme, acusado de disparar a Luís Acuña, un vecino del barrio Sapere, la madrugada del 8 de septiembre de 2006.
Por la parte querellante, los abogados Federico Egea y Santiago Navaes, integrantes de Zainuco, pidieron diez años de prisión y el doble del tiempo de inhabilitación. Es el máximo de la pena estimada para el delito de “Lesiones graves” doblemente agravado: por su condición de policía que utilizó el arma en ejercicio de su función y por haber provocado las lesiones que recibió la víctima empleando un arma de fuego.
La fiscal Dolores Finocchietti en su alegato expresó: “No hay duda de la autoría y no hubo justificación para que utilizara la escopeta, ya que no había enfrentamiento ni estaba en riesgo su vida. No hay fisuras en la prueba”, luego cambió la calificación inicial de “Vejaciones” a “Lesiones graves” con el mismo agravamiento que lo hiciera la querella y pidió una pena de seis años de prisión para Riquelme.

Estefanía Saulí, abogada defensora de Riquelme pidió la absolución del acusado y basó su alegato en la hipótesis de que había un enfrentamiento en el barrio en el momento en que patrullaba el imputado. Recurriendo a los partes diarios de la policía como prueba y, refiriéndose probablemente a los acontecimientos posteriores al hecho, dijo que “fueron los mismos vecinos los que llamaron para que se acercaran los móviles porque había disturbios (…) en el barrio había una batalla campal”. Otro argumento esgrimido en el proceso de audiencia es que el tiro se efectuó con efecto rebote, aunque no demostró fundamentos lógicos ni físicos que sostengan el supuesto.
La Cámara, compuesta por los jueces Héctor Dedominicci, José Andrada y Daniel Varessio, fijó la fecha de lectura de la sentencia para el jueves 14 de abril a las 12 horas en la Cámara Criminal II, Hipólito Irigoyen 179.
“Que saquen a este tipo de la calle”
Finalizada la sesión, entrevistamos a Luís Acuña acerca de su perspectiva sobre el juicio.
¿Cómo te sentías antes de empezar el juicio?
Muchos nervios, no había estado nunca en una situación similar, en un juicio mío ni de nadie. Es mi primera experiencia. Y por otro lado, sentí alivio de que haya una solución porque después de cuatro años es mucho tiempo.
¿Cómo te sentiste en el juicio? ¿Qué es lo que esperas?
El primer día fue bravo porque fue revivir los momentos traumáticos, pero a medida que fueron pasando los días me sentí más tranquilo. Lo único que pido es justicia y que saquen a este tipo de la calle, es lo principal.
¿De qué manera recibiste el acompañamiento de tu familia, de las organizaciones?
Buenísimo. Los de Zainuco me atendieron todo el tiempo. Mis hermanos trabajan pero dentro de todo pudieron venir la mayoría. Vamos a ver qué pasa el jueves.
¿Lo que te ocurrió a vos, es una situación se da reiteradamente en el barrio?
Si. Ahí en el barrio cerca de mi casa, en Provincias Unidas, le pasó a un señor grande lo mismo. Uno o dos casos hay iguales, tipo gatillo fácil porque ellos llegan y tiran. Viene siendo moneda corriente desde hace un par de años.
¿Qué te parecieron los alegatos?
Hay suficientes pruebas que comprueban la mala forma en que actuaron. Pero la defensa va a mentir, obviamente, por su defendido. Era esperado.

Testimonios policiales

Los últimos dos testimonios de juicio correspondieron a Jorge Bustos, oficial inspector de la Comisaría 1ª que reforzaron el fundamento del enfrentamiento: “Habíamos recibido un llamado de una casilla del sereno de la plaza, porque la estaban apedreando. Sale la camioneta, primero  no encuentra a nadie y en un segundo patrullaje, nos hacen un pedido de apoyo. Voy con mi compañero en un móvil, llego al lugar y veo que la camioneta tenía la baliza rota y un chico estaba con un cuchillo enfrentando a un policía. En ese momento me agarran de atrás y un femenino me pega con un caño en el cuello”.
Por su parte, el Cabo Norberto Ariel Bustamante, chofer del móvil policial el día de los incidentes, relató que del Comando los habían mandado y, cuando llegaron al lugar, “vimos un grupo drogándose en la vía pública. Nos tiraron piedras y rompieron el parabrisas. Cuando estaba pidiendo apoyo, escucho dos estruendos de escopeta y el Comando nos dice que nos retiremos del lugar. No había mucha iluminación. Luego vinieron el resto de los móviles.” También refirió que un grupo de siete u ocho personas estaban “tirando piedras”, aunque no supo explicar porqué ni hacia adónde. Al finalizar su declaración, la querella pidió que se investigue a Bustamante por el delito de falso testimonio, ya que el mismo contradecía los demás relatos, encubriendo así a su colega imputado.

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